Iglesias evangélicas tampoco escapan de la persecución del régimen en Nicaragua

Analistas y defensores coinciden que el régimen de Daniel Ortega manipula la fe como un arma política, mientras persigue, encarcela y cancela organizaciones cristianas.

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Los pastores de Puerta de La Montaña están encarcelados en Nicaragua tras ser acusados por la dictadura por "lavado de dinero". CORTESÍA / DESPACHO 505
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Despacho 505
  • Managua, Nicaragua
  • agosto 20, 2024
  • 10:46 AM

Las iglesias evangélicas en Nicaragua tampoco están a salvo de la persecución del régimen de Daniel Ortega, quien este lunes canceló 1500 organizaciones, la mayoría de denominación cristiana. Este paqueteazo exprés del Ministerio del Interior afecta a colegios, medios de comunicación y creyentes en todo el país. 

Las organizaciones ilegalizadas fueron acusadas de no presentar estados financieros por hasta 32 años y de supuestamente tener sus juntas directivas vencidas.

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Desde el año 2018, la dictadura a través de la Asamblea Nacional, dominada por diputados sandinistas, comenzó a cancelar las personerías jurídicas de las organizaciones defensoras de derechos humanos o donde la población podía hacer incidencia en la vida política y social del país.

Los ataques de la dictadura en contra de la Iglesia católica se han extendido a las iglesias evangélicas, como una muestra de la persecución religiosa.

“Este ataque forma parte de una estrategia más amplia que comenzó con la persecución de la Iglesia Católica, la primera en ser atacada y que sigue siendo la más perseguida. Sin embargo, es evidente que las iglesias evangélicas tampoco están a salvo de la furia del régimen, que no tolera ninguna expresión de fe o independencia que escape a su control autoritario”, dice el polítólogo Félix Maradiaga.

La cancelación de las personerías jurídicas de este lunes es parte del sistema de represión sistemática contra los nicaragüenses, principalmente hacia los creyentes en el cristianismo.

“La reciente cancelación de 1.500 organizaciones sin fines de lucro, muchas de ellas iglesias evangélicas, es un acto de represión sistemática y perversidad sin precedentes por parte de la dictadura de Daniel Ortega. Este ataque forma parte de una estrategia más amplia que comenzó con la persecución de la Iglesia católica, la primera en ser atacada y que sigue siendo la más perseguida”, advirtió el opositor.

Control totalitario

El ataque a las iglesias evangélicas, al igual que la persecución sistemática contra la Iglesia católica, demuestra que en Nicaragua ningún espacio de libertad es tolerado.

"Para los nicaragüenses esta represión deja claro que no hay sector de la sociedad civil, sea religioso o secular, que esté exento de la violencia y el control totalitario del régimen. La perversidad de Ortega Murillo no tiene límites y su intención es clara: silenciar a toda voz que se atreva a proclamar la verdad o a desafiar su poder”, considera el exaspirante presidencial.

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Recientemente, Rosario Murillo dijo que preparan un plan para las organizaciones sin fines de lucro que queden en el país, las que trabajarán en alianzas con los proyectos sociales impulsados por el gobierno central, lo que a criterio de opositores es un mecanismo que busca ejercer mayor control sobre las oenegés y el dinero que reciban.

Régimen en “cacería” contra oenegés

Pablo Cuevas de la Defensoría Nicaragüense de Derechos Humanos recuerda que la mayoría de las organizaciones canceladas por la dictadura han sido parte de la vida política y social del país, al promover o impulsar iniciativas de políticas públicas en beneficio de la ciudadanía.

“Desde hace algunos años, el gobierno sandinista determinó y ha venido ejecutando una verdadera cacería en contra de estas instancias tan importantes, pero toda voz discordante, toda voz crítica o toda voz de participación que no se somete a directrices del del gobierno de manera cruel y abusiva la dictadura las ha mandado a cerrar”, denunció el defensor de los derechos humanos.

Con el cierre de las organizaciones, el Ministerio del Interior ordena que todos sus bienes sean confiscados por el régimen.

“El gobierno ha hurtado, ha saqueado mucho de los bienes de estas organizaciones. Todos sabemos que estas instancias, vivían de donaciones del extranjero y es evidente que la obra del gobierno va por estas donaciones”, señaló.

Cuevas dijo tener conocimiento que algunas oenegés que fueron canceladas y que trabajan en servicios a la población, fueron absorbidas por la dictadura, cuyos servicios son cobrados a la ciudadanía.

Doble discurso de la dictadura

Ante el anuncio que hizo la vocera Rosario Murillo sobre una celebración masiva en ocasión al Día Nacional de la Biblia, a realizarse en septiembre próximo, Félix Maradiaga tildó al régimen de hipócrita porque canceló las organizaciones de las iglesias evangélicas, con las que hará dicho festejo.

“El hecho de que el régimen de Ortega, por un lado, promueva la celebración del Día de la Biblia en septiembre, mientras por otro lado destruye a las mismas iglesias que predican ese mensaje, es la máxima expresión de su hipocresía y cinismo”, dijo.

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Maradiaga calificó de “doble discurso” las declaraciones de Murillo, quien manipula la fe, como herramienta política, mientras ordena cancelar las organizaciones.

En este sentido, Pablo Cuevas critica cómo de manera "hipócrita", el régimen sandinista está promoviendo la celebración del Día de la Biblia con la iglesia evangélica, mientras persigue y encarcela a pastores.

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