OACNUDH: "Las violaciones a la libertad religiosa deben cesar" en Nicaragua

El régimen anunció la "salida" de Nicaragua hacia Roma, Italia, de siete sacerdotes católicos. La nota oficial omite que en realidad los religiosos fueron desterrados tras ser sacados de sus templos y casas curales como delincuentes, en un operativo ejecutado por la Policía sandinista entre el 1 y 2 de agosto.

La detención arbitraria y expulsión al Vaticano de este grupo de sacerdotes es la mayor arremetida de la dictadura contra la Iglesia católica de Nicaragua desde diciembre de 2023 cuando llevó a prisión a un número similar de curas a los que un mes después, en enero de 2024, terminó expulsando a Roma, señaló el Colectivo Nicaragua Nunca Más en un comunicado.

El organismo de derechos humanos basado en Costa Rica, subrayó que esta nueva represión "está focalizada principalmente en la Diócesis de Matagalpa" que tras el secuestro político de su titular, el obispo Rolando Álvarez estuvo a cargo de los sacerdote Ulises Vega y Edgard Sacasa quienes están entre los capturados y nuevos desterrados.

Monseñor Álvarez fue encarcelado en agosto de 2022. En un primer momento fue mantenido en arresto domiciliar, pero tras negarse al destierro en febrero en de 2014 fue sentenciado y enviado al Centro Penitenciario Nacional La Modelo donde permaneció en una celda de castigo hasta, finalmente, ser desterrado bajo la etiqueta de "traidor a la patria". 

#Nicaragua #OACNUDH Recibimos con alivio la liberación de al menos 7 sacerdotes, arrestados arbitrariamente por ejercer su libertad de religión. Celebramos su libertad, subrayando que las violaciones a la libertad de religión deben cesar inmediatamente.

— OACNUDH (@OACNUDH) August 8, 2024

La expulsión de los sacerdotes víctimas de esta nueva ola represiva genera "alivio".  Aunque fuera del país, están en libertad, expresó la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) desde su cuenta en X. A su vez, el organismo internacional hizo un claro llamado al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo a frenar la persecución religiosa en Nicaragua. 

"Recibimos con alivio la liberación de al menos 7 sacerdotes, arrestados arbitrariamente por ejercer su libertad de religión. Celebramos su libertad, subrayando que las violaciones a la libertad de religión deben cesar inmediatamente", pronunció OACNUDH.

A 24 horas de la llegada a Roma de los sacerdotes nicaragüenses desterrados, el Vaticano no se pronuncia sobre el caso. El régimen se la limitado a informar "que llegaron bien" y fueron acogidos en la Santa Sede.

Fuentes de la Iglesia católica reportan que los desterrados son los sacerdotes monseñor Ulises René Vega Matamoros, monseñor Edgar Sacasa Sierra, el padre Jairo Pravia, el padre Víctor Godoy, el padre Marlon Velázquez, el padre Raúl Francisco Villegas y el padre Jarvin Torrez; todos de la Diócesis de Matagalpa. El séptimo expulsado es fray Silvio Romero de la Diócesis de Juigalpa.

La investigadora Martha Molina, dedicada desde 2018 a documentar la represión del régimen a la Iglesia católica de Nicaragua, tiene un registro de 30 sacerdotes de la Diócesis de Matagalpa, incluido el obispo, en exilio forzado. Esta sede religiosa es la más golpeada por la represión del régimen Ortega-Murillo desatada en el contexto de la crisis sociopolítica que padece el país desde hace más de seis años sin que asome una salida. 

De acuerdo con los registros de Molina, antes de la embestida contra la Diócesis de Matagalpa que comenzó en 2022 con el aprhensión de monseñor Álvarez, estaba integrada por 70 religiosos: 57 nacionales y 13 extranjeros. Todos los que faltan, excepto 4 que fallecieron, es por la persecución religiosa del régimen.

Tras el destierro todavía permenecen en paradero desconocido los sacerdotes Frutus Constantino Valle Salmerón, administrador ad omnia de la Diócesis de Estelí y el padre Francisco Tercero, párraco de la comunidad de Solingalpa, en Matagalpa. 

Valle Salmerón fue sacado por policías de la Iglesia San Diego la noche del 26 de agosto después de que la Policía prohibiera  a la Diócesis de Estelí realizar la ordenación sacerdotal de tres vicarios. Fuentes cercanas a la Iglesia confiaron que tras ser sometido a interrogatorios fue trasladado como "detenido" al Seminario Interdiocesano Nacional Nuestra Señora de Fátima, ubicado en Managua.