"Operación Limpieza" en la Diócesis de Matagalpa": venganza del régimen contra monseñor Álvarez
El régimen Ortega-Murillo ha barrido con más del 70 por ciento de los religiosos de la Diócesis de Matagalpa, pero todavía no ha podido doblegar la fe católica.
- agosto 07, 2024
- 08:44 AM
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Doce religiosos que llevaban a cabo su misión pastoral en Matagalpa cumplen cinco días en desaparición forzada este 8 de agosto. Es la acción represiva más grave registrada en Nicaragua contra la Iglesia católica desde diciembre de 2023, cuando la dictadura de Daniel Ortega llegó a encarcelar a número similar de sacerdotes.
También es una señal clara de que la guerra contra la fe no ha cesado en el país y, peor aun, de que hay un operativo de venganza: una especie de "operación limpieza" para desmantelar a la familia religiosa del obispo Rolando Álvarez, coinciden analistas.
El Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más denunció el pasado sábado la detención en serie de sacerdotes que desató la dictadura entre el 1 y 2 de agosto, y que fue ejecutada por efectivos en las casas curales de las parroquias que administraban. Con esta redada, la dictadura a golpeado a al menos el 70 por ciento de los templos Matagalpa.
La abogada e investigadora Martha Patricia Molina, que da seguimiento a la situación de la Iglesia católica en Nicaragua y ha documentado las agresiones del régimen desde 2018, sostiene que el operativo que la dictadura ha emprendido en Matagalpa obedece al “odio” que Rosario Murillo le tiene al obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez.
De acuerdo con Molina, a pesar de que el obispo Álvarez se encuentre en el exilio y de que permaneció encarcelado en Nicaragua, la Diócesis de Matagalpa se ha mantenido vigente y "la misión pastoral se ha venido desarrollando con mucho éxito, entonces todo lo que tenga que ver con oraciones, procesiones, misas, eso a la dictadura le incomoda, le afecta y no le gusta”.
Obispo Álvarez incomoda a la dictadura
Monseñor Rolando Álvarez ha sido uno de los obispos de la Conferencia Episcopal, más críticos a la dictadura Ortega-Murillo, razón por la que los dictadores ordenaron su detención en agosto de 2022, luego de permanecer sitiado por agentes policiales en el Palacio Episcopal de la Diócesis de Matagalpa.
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El obispo, tras ser enviado a la cárcel, fue sentenciado a más de 26 años de prisión por los puestos delitos de “conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas”, pero debido a la presión internacional que pedía su liberación, fue expulsado Nicaragua rumbo a Roma en enero de este 2024 junto a todos los religiosos que purgaban prisión política. Desde entonces, permanece en silencio y con pocas apariciones públicas. Sin embargo, su presencia, aunque ahora lejana, sigue incomodando a la dictadura.
La Diócesis de Matagalpa estaba asistida por 70 sacerdotes (entre franciscanos y diocesanos): 57 nacionales y 13 extranjeros. A raíz de la persecución a la Iglesia 30 sufren destierro (incluido a su obispo Rolando Álvarez), 4 sacerdotes han fallecido, 2 jubilados continúan celebrando misas y otros sacramentos. Al desgrane de la iglesia de Matagalpa se suman los apresados en la radada del 1 y 2 de agosto de los cuales 8 se encontrarían secuestrados en el Seminario Interdiocesano Fátima. En total, actualmente la carga de la catedral y 28 templos recae sobre los hombros de 22 sacerdotes.
“Ellos pensaron que una vez que desterraron al obispo la Diócesis iba a desaparecer por sí sola, pero como vieron que no desapareció y más bien se fortaleció entonces están buscando nuevos mecanismos para obligar el cierre. Desde el momento en que tienen tomado el Palacio Episcopal del obispo miramos la agresividad que ha tenido la dictadura en contra de esta diócesis”, agrega Molina.
Régimen tiene miedo
El periodista especialista en temas religiosos, Israel González Espinoza, explica que la persecución religiosa “nunca ha desaparecido” en Nicaragua y que la dictadura busca “atacar ferozmente” a la Iglesia.
“Al parecer, la orientación sería dejar a la zona pastoral del Norte con una presencia clerical bastante mermada. El orteguismo pretende que la presencia pública de la Iglesia quede reducida a su mínima expresión, y eso, en el fondo denota miedo. El régimen sabe que la única institución que puede hacerle peso real es el catolicismo, que es el credo religioso que profesa la mayoría abrumadora de los nicaragüenses”, expone González.
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Martha Molina tiene la certeza de que las aprehensiones de servidores católicos no cesará. “Todos los sacerdotes que quedaron en Matagalpa están bajo total asedio y vigilancia por la dictadura”, denuncia.
Molina insiste en que la reactivación de la persecución religiosa es motivada por el odio en contra de la fe católica y principalmente también contra monseñor Rolando Álvarez, a pesar de que el obispo ha permanecido en silencio desde que fue desterrado a Roma. "La dictadura lo que quiere es desaparecer por completo a la Iglesia católica de la Diócesis de Matagalpa”, añade la abogada.
Israel González, en cambio, percibe miedo. “La Iglesia católica es la única y última institución dentro del país que le planta cara” a la dictadura y que no ha sucumbido ante el “totalitarismo avasallador, inhumano y hasta blasfemo” que representa el orteguismo, subraya.
“Por ello, los ataques son fuertes y virulentos. La Iglesia, los obispos, sacerdotes y religiosas son escuchados y respetados por los nicaragüenses sin distinción, y en el silencio impuesto por la represión brutal, siguen acompañando al pueblo en medio de las sombras del autoritarismo que hoy viven los nicaragüenses”, explica González.
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La Santa Sede y el régimen es compleja
¿Podría la Santa Sede nuevamente interceder por la Iglesia de Nicaragua? Gonzalez ve un panorama complejo ya que las relaciones entre Managua y el Palacio Apostólico “están en mínimos”, además de que no hay nuncio apostólico en el país.
“Si el régimen tuviera sincera voluntad de dialogar, dejaría espacio para ello. Sin embargo, el orteguismo no tiene mayor vocación de abrir un proceso de negociación porque ha seguido persiguiendo a la Iglesia… existe un odium fidei (odio de la fe) en sus acciones”, agrega el periodista y asegura que de continuar la represión contra la Iglesia, “el Papa volverá a abordar la persecución religiosa que se vive en Nicaragua en algunas de sus alocuciones públicas”.
González afirma que el Vaticano "ya está haciendo las gestiones para lograr la libertad de los sacerdotes detenidos de manera arbitraria” y que una señal de ello, es la denuncia de la represión contra clérigos nicaragüenses en los medios de comunicación católicos especializados de España y América Latina.
“Sin embargo, es difícil dialogar con un régimen profundamente mentiroso, manipulador y ateo, que lo único que desea es acabar con la fe del pueblo cristiano de Nicaragua”, puntualiza el periodista.