Las abuelas y abuelos sin nada que celebrar en su día

Desde 2014 las abuelas y los abuelos de Nicaragua cuentan con un día en que por ley se les debe reconocer “su contribución en la formación, desarrollo y educación de la familia”. Este 26 de julio se cumplen 10 años de que se aprobó la Ley del Día del Abuelo y la Abuela Nicaragüense (Ley 857), pero hasta ahora poco o nada tienen que celebrar.

Si bien la Ley 857 solo establece que durante el mes de julio se deben efectuar “actos de homenaje y reconocimiento a las abuelas y abuelos”, existen otras leyes como la Ley del Adulto Mayor (720) que les conceden otros beneficios que no se cumplen, y aunque se sabe que no todos los abuelos son adultos mayores, en junio del año pasado, el diputado Carlos Emilio López enfatizó en una entrevista en el Canal parlamentario, que “la gran mayoría de personas adultas mayores son abuelos”.

La Ley 720, que fue aprobada cuatro años antes de la Ley del Día del Abuelo y La Abuela Nicaragüense, establece entre los beneficios para los adultos mayores, atención preferencial en los servicios de salud, también en la adquisición o remodelación de viviendas, créditos en instituciones estatales y trato preferencial en las entidades públicas y privadas, pero sus paupérrimos ingresos siguen siendo un impedimento para aprovechar algunos de estos derechos.

Adicionalmente el uso del transporte urbano colectivo debe ser “gratis”; sin embargo, este no se cumple, a diario centenares de adultos mayores hacen uso de las rutas en la capital para moverse hacia distintas zonas y todos pagan los 2.50 córdobas.

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En el caso del transporte interurbano (fuera de Managua), aéreo y marítimo nacional, la ley dispone que tienen derecho a un descuento no menor al 30 por ciento, además de asientos preferenciales, que en raras ocasiones están disponibles para ellos, en algunas unidades de trasporte ni siquiera hay rótulos donde se indique que son de uso preferencial.

Además de un descuento del 50 por ciento al ingresar a centros de recreación, turísticos, culturales y deportivos que estén bajo administración gubernamental o municipal, la ley les concede un descuento de 30 por ciento en el pago del servicio de agua potable, 20 por ciento en el del servicio telefónico convencional, y hasta antes de la entrada en vigencia de la Ley 971 tenían derecho al 50 por ciento de descuento en la factura de energía eléctrica.

Pensiones no cubren ni la mitad de la canasta básica

De acuerdo con el anuario estadístico de 2021 del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), hasta ese año había 257,874 pensionados, entre los que se incluyen 66,649 que reciben pensión reducida. Para este 2024 la institución tiene planteado alcanzar las 352,212 pensiones en curso de pago, según su “Plan de Acción”..

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Estas pensiones cuyo monto promedio mensual en 2021 era de 6,106.88 córdobas si se calculaba incluyendo las pensiones reducidas, se encuentra muy por debajo del costo de la canasta básica, que las supera 3.8 veces, es decir, se necesitan casi cuatro pensiones para poder cubrir los 53 productos básicos, lo que empeora la calidad de vida de los abuelos en Nicaragua.

El régimen no hace cumplir a cabalidad los beneficios a los que por ley tienen derecho las abuelas y abuelos, por el contrario, se los ha reducido, en 2018 envió a sus turbas a agredirlos cuando protestaban por una reforma a la Seguridad Social que les limitaba sus recursos obligándolos a aportar el 5 por ciento de sus paupérrimas pensiones para los servicios de atención médica, pese a que durante sus años de cotizaciones ya lo había asegurado. Al final la reforma fue impuesta en 2019.

A pesar de que la legislación nacional obliga las consideraciones y estimaciones con los abuelos y abuelas, miles de ellos viven en la pobreza y en el desconocimiento sin poder reclamar sus derechos.