Un pescador nicaragüense es acusado por tráfico de migrantes y homicidio culposo en Colombia

El nicaragüense Alvis Adolfo Blandón Jackson, de 57 años, es imputado por la Fiscalía colombiana, por los delitos de homicidio culposo y tráfico de migrantes doloso, ambos agravados.

Blandón Jackson, de quien se supo se dedicaba a labores de pesca, fue capturado el pasado 9 de julio en aguas del caribe cercanas a San Andrés, Colombia, luego del naufragio de la embarcación que él dirigía y de la que además fueron rescatados 19 migrantes y un colombiano, por la Armada Nacional de ese país.

Según las autoridades colombianas, la embarcación naufragó cuando se dirigía hacia Nicaragua. En el incidente murió una persona de origen asiático y cuatro adultos están desaparecidos, entre ellos, el otro tripulante de la embarcación.

“Uniformados de la Armada Nacional se encargaron de rescatar a los tripulantes de la embarcación, entre quienes estuvo el procesado, de 57 años, quien fue trasladado a un centro asistencial por presentar quemaduras en el cuerpo”, indicó la Fiscalía de Colombia en un boletín.

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Origen de los migrantes

Entre los migrantes rescatados se conoció que dos son originarios de Kazajistán, tres venezolanos, un ecuatoriano, un iraní, un chileno, un colombiano; y cinco menores de entre 2 y 17 años.

El niño, de 2 años, fue dejado bajo la protección del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y los jóvenes de 12, 14 y 17 años, junto con sus padres quedaron a disposición de las autoridades migratorias de Colombia.

“Blandón Jackson, al parecer, habría facilitado la salida hacia Centroamérica de los extranjeros a quienes les cobraría cifras entre 700 y 2.000 dólares por persona. Parte de ese dinero se cree estaba en poder del procesado a quien le fueron incautados 2.205 dólares”, agrega la Fiscalía de Colombia.

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Pese a las acusaciones, el nicaragüense no aceptó ninguno de los cargos por los que está siendo señalado.

La ruta marítima entre San Andrés y la Costa Caribe de Nicaragua es una de las usadas por migrantes de distintas nacionalidades que ven al país centroamericano como un trampolín para dirigirse a Estados Unidos, ahí también tienen presencia redes de tráfico de personas.

Esta ruta es “tanto o más peligrosa que la propia selva del Darién”, según dijo a la Voz de América en marzo este año, Gustazo Azocar, abogado de las familias de al menos 70 migrantes venezolanos desaparecidos desde el año pasado en San Andrés.