Las tragedias bajo la lluvia que revelan la negligencia municipal en Managua

Hace una década, Managua vivió una tragedia similar a la ocurrida el pasado viernes en el barrio Hialeah el pasado viernes. Esto confirma que la capital continúa siendo una bomba de tiempo para familias vulnerables

La tragedia del barrio Hialeah demuestra la negligencia de las autoridades gubernamentales
Los cuerpos fueron rescatados por miembros de los Bomberos y la Alcaldía de Managua. CORTESÍA / DESPACHO 505
default.png
Despacho 505
  • julio 01, 2024
  • 11:35 AM

La tarde del viernes 28 de junio, un hombre y sus tres hijos menores de edad fallecieron soterrados luego de que un muro de una casa vecina cayera sobre su humilde vivienda en el barrio Hialeah, Managua. La tragedia reedita el drama ocurrido el 16 de octubre del 2014, cuando nueve personas fallecieron en el barrio 18 de Mayo, seis eran miembros de una misma familia. Ese día, las fuertes lluvias hicieron que el muro del residencial Lomas del Valle colapsara sobre tres viviendas.

Las muertes así como las inundaciones de viviendas, las calles y cauces convertidos en violentos ríos son "la normalidad" de cada temporada lluviosa en la capital de Nicaragua. La desgracia que tocó a las familias del barrio 18 de Mayo cumplió una década. No se conoce una investigación sobre lo sucedido ni se estableció responsabilidad por esas muertes. Los sobrevivientes fueron reasentados y en el lugar donde se encontraban las casas nunca más se volvió a edificar.  

Expertos que analizaron en aquella época lo sucedido señalaron que era una situación derivada del creciemiento desordenado de Managua y la negligencia de las autoridades que no cumplen sus obligaciones en materia de regulación, supervisión y control de las construcciones. 

Los tres menores y su padre que perdieron la vida el pasado viernes vivían en un cuarto construido con láminas de zinc, y a pesar de las advertencias sobre una eventual caída del muro vecino, ni los dueños de este ni las autoridades muicipales hicieron nada para evitar la tragedia.

“Ellos no querían vivir en ese cuarto porque ya habían visto que el muro estaba en mal estado, y aunque ya le habían dicho a la dueña que lo reparara, ella siempre hizo caso omiso”, dijo este domingo 30 de junio, Margina García, tía de los niños fallecidos.

LEA: Los niños que murieron por derrumbe de muro en Managua clamaron por "ayuda"

Más de 2 mil puntos críticos

Según el Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención de Desastres (Sinapred), en Nicaragua hay más de 2 mil puntos críticos, de estos 450 son de alto riesgo y al menos 51 de ellos están en Managua. 

La alcaldesa Reyna Rueda, de durante un recorrido por distintos barrios de la capital, el pasado 14 de mayo, reconoció la vulnerabilidad de la capital ante las lluvias, pero no precisó cuántos puntos de alto riesgo tienen identificados. Únicamente dijo que tres estaban en la categoría B de riesgo medio y otro número igual en categoría C de riesgo eventual.

LEA: El huracán Beryl alcanza la categoría 4 y tocaría parte de Nicaragua

De acuerdo con el artículo 2 del Reglamento de Permiso de Construcción para el Área del Municipio de Managua, vigente desde 1982, “toda obra de construcción en el área urbana - regional para iniciarse debe contar con el correspondiente Permiso de Construcción extendido por el Ministerio de Vivienda y Asentamientos Humanos (hoy Invur), quien revisará los planos y demás documentos que se requieren para la obra y otorgará la Aprobación Técnica, cuando cumplan con los reglamentos, códigos y normas que le sean aplicables”.

Sin embargo, estos reglamentos no se cumplen. ¿Qué falla? Autoridades que no cumplen con su función y ciudadanos marginados por la pobreza.

Centenares de familias tienen que ingeniárselas con paupérrimos ingresos para medio comer y habilitar "un techo" en cuya construcción no siempre toman en cuenta elementos de seguridad. Otros, ante la falta de terrenos donde habitar, se ubican cerca de cauces y zonas vulnerables en pequeñas casas construidas de zinc y plástico, sin que las autoridades les procuren ningún tipo de asistencia.

Mauricio Santiago Arroliga, de 49 años de edad, (q.e.p.d.) y Eveling Carolina Garcia, 42 años, eran una pareja de comerciantes. Juntos vivían con sus hijos de 12, 9 y 8 años en la humilde vivienda. Por sus bajos ingresos económicos no podían optar a un plan de viviendas y tampoco tenían capacidad para construir una casa con las condiciones de seguridad básica, una situación que enfrenta un número no determinados de familias en Managua, pues ni el Sinapred ni la Alcaldía de Managua lo informa.

Las muertes ocurridas hace 10 años en el barrio 18 de Mayo es un claro ejemplo de la falta de planes de prevención de riesgo en Managua, pues fue hasta entonces que se tomó la decisión de reubicar a los sobrevivientes. Fueron llevados a Ciudad Belén, pero para ello tuvieron que esperar a que se construyeran las viviendas con dinero de la cooperación de Taiwán.

Ayúdanos a romper la censura, necesitamos tu apoyo para seguir informando

Donar