Los sacerdotes siguen huyendo de la represión del régimen contra la Iglesia

El asedio del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo contra la Iglesia católica de Nicaragua no cesa. La semana pasada, un sacerdote se vio obligado a exiliarse, mientras otros están valorando hacer lo mismo ante el hostigamiento. 

“El silencio impuesto a la Iglesia católica no es sinónimo de alto a la represión. Al contrario, existe más asedio y vigilancia. Esta semana salió al exilio un sacerdote y otros tienen planes de también exiliarse”, expresó en sus redes sociales la investigadora Martha Patricia Molina, quien además es autora del informe "Nicaragua: ¿una iglesia perseguida?", en el que recoge las agresiones sufridas por la Iglesia en los últimos años.

Molina explicó a DESPACHO 505 que el sacerdote “estaba siendo asediado por la dictadura y por su seguridad física decidió exiliarse”. Agregó que la represión es constante y que “obligará a más sacerdotes a abandonar su misión en Nicaragua y continuarlas en otro país”.

La abogada sostiene que al menos cinco sacerdotes “están preparándose para salir del país”, ante los constantes hostigamientos del régimen.

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Otra de las muestras de que el asedio contra la Iglesia católica continúa es el hecho de no permitirles a los católicos realizar las acostumbradas procesiones de las imágenes religiosas. El régimen ha prohibido todas estas expresiones y mantiene vigilancia en las parroquias.

Este fin de semana, un grupo de efectivos policiales se mantenía vigilante en las afueras de la parroquia Sagrado Corazón de Jesús de Ticuantepe, en Managua, durante una celebración religiosa que debió realizarse casi en silencio sin la quema acostumbrada de pólvora y dentro de la iglesia ante las prohibiciones de las procesiones.

AMENAZAN CON PRISIÓN A FELIGRESES

“Miembros de la policía sandinista continúan vigilando, acosando, tomando fotos y videos a los laicos de la parroquia Sagrado Corazón de Jesús de Ticuantepe, quienes están celebrando las festividades del Sagrado Corazón de Jesús. No permitieron procesión ni la quema de pólvora”, denunció Martha Molina en sus redes sociales.

La investigadora resaltó que los efectivos policiales amenazaron con “llevarse preso a algunos feligreses”.

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“La parroquia en Ticuantepe está celebrando al Sagrado Corazón de Jesús en este su mes, la Policía no ha dejado de asediar, toman fotos y videos a los fieles católicos para intimidarlos, no autorizaron salir en procesión a la imagen del Corazón de Jesús. Es un asedio permanente y la población tiene miedo de denunciar pero poco a poco lo van perdiendo”, agregó Molina en la conversación con DESPACHO 505.

Enfatiza que “no existe bonanza entre la dictadura e Iglesia católica”,, al contrario lo que hay es “un silencio impuesto a obispos y sacerdotes y una represión permanente”.

CURAS Y MONJAS SUFREN EN SILENCIO

“Los curas y monjas están sufriendo en silencio las persecuciones. Claro que hay curas allegados al régimen que gozan de ciertos privilegios pero esto no es ni el 1% del total de curas que existen en el país”, asegura la investigadora.

Desde 2018, cuando iniciaron las oleadas represivas del régimen Ortega-Murillo, hasta el cierre de 2023, la Iglesia católica de Nicaragua ha sufrido 740 ataques, según el recuento de Martha Molina.

Ha explicado que el 2023 fue el año en que más ataques se registraron contra Iglesia católica en los últimos cinco años, el número alcanzó las 275 agresiones. Además de esto, 176 religiosos y religiosas no están ejerciendo su ministerio en Nicaragua porque fueron expulsados, se les prohibió el ingreso o fueron enviados al destierro.