La violencia desangra Nicaragua: los homicidios repuntan en los primeros meses de 2024

Especialistas consultados por DESPACHO 505 acusan al régimen de usar a la delincuencia contra la población, al liberar a miles de reos comunes. Las baja cifra oficial de homicidios es para dar la idea de un país seguro, indican.

None
El régimen ha liberado a delincuentes comunes que luego salen a robar y a matar.
default.png
  • mayo 14, 2024
  • 07:52 AM

Los primeros cinco meses de 2024 han sido violentos en Nicaragua. Femicidios, parricidios, asesinatos, homicidios, algunos al mejor estilo de los sicarios, han inundado las noticias de los medios de comunicación del país.

Sin embargo, la Policía Orteguista insiste que en Nicaragua ha bajado la tasa de homicidios hasta en 6.2 por cada 100,000 habitantes. En 2020, la institución dijo que la tasa de homicidios fue de ocho por cada 100,00 habitantes y en 2021 de siete. 

“Probablemente estaremos cerrando prácticamente el día de mañana, pasado mañana en 6.2 homicidios por cada 100,000 habitantes, una reducción sustantiva con respecto a las estadísticas de nuestro mismo país y con respecto a las estadísticas de los demás países de la región”, aseguró el pasado 2 de enero el inspector de la Policía, comisionado general Jaime Vanegas.

Esa estadística, Vanegas la ha mantenido como válida en los últimos meses en distintas ocasiones, aunque esa aseveración no concuerda con lo que reflejan la violencia en las calles del país. 

Dos gatilleros, que se movilizaban a bordo de una motocicleta, mataron a balazos al ciudadano Bernardo José Reyes Martínez, de 36 años de edad, en El Sauce, León, en la noche del pasado domingo 21 de abril.

Un video muestra que la víctima se encontraba en una acera cuando pasaron los matones y el que viajaba como pasajero le realizó cuatro disparos, al estilo de los sicarios en Colombia.

Crímenes con ese estilo se han repetido en el inicio de este año 2024 en Nicaragua, como el de Christian Rugama Arauz, de 29 años, quien fue ultimado por dos hombres a bordo de una motocicleta, el 12 de abril pasado, en Rancho Grande, Matagalpa.

En el Caribe de Nicaragua, la violencia también pulula. En la madrugada del pasado primero de mayo, hombres armados desataron una balacera en una discoteca de Bluefields, matando a un hombre y a una mujer, en el barrio Punta Fría.

Y, en Laguna de Perlas, en la comunidad Tasba Pounie, Kenny Bendliss, de 48 años de edad, fue acribillado a balazos por desconocidos, en la mañana del 18 de marzo.

En Managua, un joven deportista, Alexis Mendoza Laguna, de 19, fue abatido de dos balazos por dos sujetos a bordo de una moto que lo estaban asaltando, en una calle del barrio Américas Uno, cuando la víctima estaba a 100 metros de llegar a su casa, el pasado 23 de abril.

La lista es larga de crímenes cometidos desde el inicio de este 2024, que arrancó con el hallazgo del cadáver en estado de descomposición del joven trabajador de la Portuaria, Dereck Gómez, de 22. Fue encontrado en los predios de la Catedral de Managua el siete de enero. Tres días antes, otro joven, Kevin González Matamoros, lo mató a cuchilladas supuestamente para robarle.

Dos parricidios también han estremecido a la opinión pública, el último de Magda de los Ángeles Noguera Vega, de 78 años de edad, a quien su hijo César Alejandro Lacayo Noguera, de 44, bajo los efectos de drogas, la roció de alcohol y le prendió fuego el pasado 18 de abril, en Villa Fontana, en la capital. La víctima murió 16 días después en un hospital.

Los femicidios también ha estado presentes y, hasta el pasado 3 de mayo, el organismo Católicas por el Derecho a Decidir contabilizaban 28 crímenes contra las mujeres en el país, una cifra que ha aumentado en los últimos días.

Lea también: Las mujeres están más indefensas en Nicaragua ante el alarmante aumento de femicidios

Dictadura utiliza a delincuencia

El mayor en retiro del ejército, Roberto Samcam, no trabaja temas de seguridad, sino solo militares, pero a él le llama la atención que la dictadura intente mostrar que Nicaragua es un país pacífico y seguro, cuando desde 2018 han liberado a más de 40,000 reos comunes.

“Hay un ocultamiento de las cifras por parte de la Policía”, sentencia Samcam, refiriéndose a que la tasa de homicidios que indica la Policía podría ser mayor.

“Con esos reos comunes liberados es imposible que la tasa de criminalidad no haya aumentado. No sacaron angelitos. Son gente que han cometido violaciones, asesinatos, han andado en narcotráfico, en narcomenudeo”, expresa el exmilitar, quien considera que la dictadura ha realizado acuerdos con esos delincuentes liberados, para que delincan y le ayuden a Ortega a controlar a la población.

Según Samcam, por las noches la Policía ya está cansada para andar patrullando y es en esos momentos en que los delincuentes liberados entran en acción.

“Actúan con impunidad y son como un apéndice de la Policía, sobre todo en horas de la noche. Lo que buscan es que la gente no salga a las calles, para evitar brotes de protestas o que gente se movilice clandestinamente por la noche. Ese es el rol que les han dado a estos liberados”, enfatiza Samcam.

Por último, el exmilitar lamenta que en Costa Rica las autoridades informan mensualmente los datos sobre criminalidad, pero en Nicaragua esa información es “cerrada”, con lo que Ortega y Murillo “pretenden hacer creer que Nicaragua es un país pacífico”. “El ocultamiento (de estadísticas) es para dar la idea de que es un país seguro”, manifestó.

Según el organismo Insight Crime, Nicaragua es célebre por la falta de transparencia de los datos de homicidios. Nicaragua se negó a ofrecer estadísticas sobre el crimen, dijo en su informe de balance 2023, publicado en este año. Es difícil analizar las tendencias en el crimen organizado nicaragüense debido a la escasez de información. La censura de medios de comunicación se intensificó en 2021 cuando el régimen de Ortega comenzó a detener a periodistas y a allanar las oficinas de periódicos", señala el informe. 

El jurista y especialista en derechos humanos Uriel Pineda considera que no es verificable la estadística que presenta la Policía del régimen, aunque podría ser real dado el control férreo que tiene la dictadura sobre la sociedad nicaragüense.

“Es tan fuerte la presencia policial que dificulta la operación de organizaciones criminales. En todo caso, de operar, sería con la venía del régimen”, estima Pineda.

Para el jurista, el problema de Nicaragua hoy no es la inseguridad, sino “el estado policial y la representación a cualquier expresión crítica hacia el gobierno”. “La violencia que padecemos es una violencia de Estado”, expresa Pineda.

Lea también: Italia incauta 116 kilos de cocaína embarcados en Nicaragua

Expresiones de sicariato

Crímenes como el de Bernardo José Reyes Martínez, a manos de dos gatilleros, así como el de Christian Rugama Arauz, tienen características similares a los de los sicarios que le trabajan al narcotráfico en Colombia.

El mismo patrón criminal se repitió el pasado 16 de marzo, cuando también dos hombres a bordo de una motocicleta le arrebataron la vida a tiros al productor Bismarck Calero Blandón, de 43 años de edad, en el municipio de Río Blanco.

Tras el asesinato de Kenny Bendliss, en Laguna de Perlas, en la comunidad Tasba Pounie, los pobladores del Caribe nicaragüense aseguran que la Policía conoce perfectamente a dos hombres que se dedican a matar a sueldo.

"A ellos los contratan para matar a personas por encargo y entre sus víctimas se encuentran tres jóvenes que secuestraron, la noche del ocho de enero, en la comunidad de Haulover, del municipio de Laguna de Perlas, para luego asesinarlos a balazos a la orilla del río Ñari”, afirmó a DESPACHO 505 un expolicía de Bluefields.

El exuniformado agregó que esos mismos dos hombres, entre noviembre y diciembre del 2023, también fueron contratados para ejecutar a otras personas, entre ellos a los hermanos Clevridge Leonard López Davis y Sheivon Anthy López McCoy.

En un monitoreo que realizó DESPACHO 505, se constató que, en más de 20 crímenes ocurridos en este 2024, quedaron en evidencia las huellas del sicariato en el país. No obstante, la Policía también evita hablar de este tipo de crímenes. Dice que no se dan en el país.

Un experto en temas policiales afirmó a DESPACHO 505 que no existe documentación sobre ese tipo de casos en Nicaragua y que no se debe confundir el sicariato con pasadas de cuentas por vendettas o venganza.

Además, señala que la dictadura nunca aceptará que existe el sicariato en el país, porque “eso significa que el sistema de control del Estado no sirve”.

En el caso de los sicariatos en sí, “es importante determinar el móvil por el cual se contrata al sicario. Las principales características son que se paga por ejecutar y se utiliza a una tercera persona con el objeto de no involucrarse directamente para evadir ser inculpado”, explica el experimentado en temas policiales.

La fuente indica que, en los casos de sicariato en el país, la mayor peligrosidad es por móvil político o por desavenencias de opinar diferente.

“El oficio de sicariato es quitarle la vida a otra persona por un pago determinado, sin importar la causa”, manifestó, recordando que uno de los casos más famoso de ese tipo de crímenes en Nicaragua es el del periodista Pedro Joaquín Chamorro, en enero de 1978.

En el asesinato del también periodista Carlos Guadamuz, en febrero de 2004, no se trató de sicariato, explica la fuente, porque el asesino “estaba plenamente identificado con los Ortega Murillo”. “Otra cuestión es camuflar el modo de operar”, dijo.

El experto añade que, para que un crimen sea sicariato, debe haber un margen de garantizar impunidad, que no van a ser capturados. Por último, indica que casi siempre el sicario tiene alguna experiencia militar y usa camuflaje.

Otra fuente, un especialista en temas de seguridad, aseveró que las formas de sicariato en Nicaragua nada tienen que ver con el sicariato “clásico” de los países en los que predominan los carteles de la droga y el crimen organizado, como en México o Colombia.

“En lo único que se asemejan es en el modus operandi: dos tipos en moto disparan y matan al blanco”, dice.

Según el especialista, en Nicaragua usualmente el sicariato se trata de rencillas personales por herencia o propiedades en disputa. También, por motivos pasionales. La explicación de por qué no existe el sicariato en Nicaragua, finaliza diciendo la fuente, es porque en el país no existen cárteles de la droga ni organizaciones del crimen organizado. 

Ayúdanos a romper la censura, necesitamos tu apoyo para seguir informando

Donar