El régimen extrema vigilancia y acoso policial en los templos de Nicaragua

La Semana Santa en Nicaragua inició con una extremada vigilancia policial en las distintas parroquias que desde este Domingo de Ramos realizan actividades propias de este tiempo de Cuaresma, aunque la mayoría al interior de los templos por la prohibición de facto de la dictadura para realizar procesiones en las calles de las principales ciudades del país.

Ante la prohibición de procesiones por segundo año consecutivo, la abogada e investigadora Martha Patricia Molina, denunció la presencia de agentes policiales en distintas parroquias del país.

"Más de cuatro mil policías utilizados por la dictadura sandinista para vigilar/asediar a la Iglesia católica de Nicaragua", señaló la investigadora que ha sistematizado la persecución del régimen contra la Iglesia.

Los agentes policiales se encuentran dentro y fuera de los templos tomando fotos y videos de los feligreses que asisten a las actividades de la Semana Santa.

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La Policía Orteguista también se mantiene a las afueras del Santuario Diocesano San Francisco de Asís, León, en donde se llevará a cabo la tradicional repartición de chicha este Lunes Santo.

EL MIEDO DE LA DICTADURA

Por segundo año consecutivo, la Iglesia católica de Nicaragua celebra la Semana Santa sin permiso para celebrar procesiones en las grandes ciudades como Managua, Masaya, Matagalpa o León (en algunas parroquias). Si bien es parte de la férrea persecución religiosa de la dictadura a la Iglesia, no está ni cerca de ser una demostración de fuerza, coinciden expertos en asuntos religiosos.

“El régimen orteguista continúa teniéndole temor al inmenso liderazgo social que poseen los obispos, sacerdotes y religiosas dentro del país. La Iglesia es la única y última institución que sigue resistiendo al control totalitario y represivo del orteguismo”, sostiene el periodista sociorreligioso Israel Espinoza.

La investigadora Martha Patricia Molina, por su parte, agrega que las procesiones son eliminadas por segundo año consecutivo porque no son los dictadores quienes las convocan y porque el régimen "quiere a sacerdotes y laicos sometidos a sus órdenes".

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El sacerdote en el exilio Erick Díaz asegura que “si la iglesia ha sido perseguida y amedrentada es porque ha hecho su misión de fidelidad a Jesús de defender los más sagrado del hombre: la dignidad humana. Si la iglesia no lo hubiera hecho, solo fuera una institución humana con reglas y normas muy humanas, lejos de cumplir el mandato divino”.