Solo 3 de cada 10 estudiantes de la UCA se matricularon para seguir en la Universidad Casimiro Sotelo 

La Universidad Casimiro Sotelo finalmente inició las clases con una matrícula de 4.664 estudiantes, de los cuales apenas 1,669 son de reingreso, es decir, que estudiaban en la confiscada Universidad Centroamericana (UCA).

El rector de la Casimiro Sotelo, Alejandro Genet Cruz, dijo a medios oficialistas que 2.995 de estudiantes matriculados son de nuevo ingreso y optaron por las 15 diferentes carreras que ofrecen.

Los datos oficiales revelan que solo 3 de cada 10 matriculados en la Universidad Casimiro Sotelo son exalumnos de la UCA, que bajo el mando de los jesuitas era uno de los centros de estudios privados más prestigiosos de Nicaragua.

Al momento de su cierre y expropiación, la UCA tenía registrados más de 5.000 estudiantes. Al menos 2.200 de ellos mostraron interés en continuar sus estudios en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) de El Salvador y la Universidad Rafael Landivar de Guatemala, ambas jesuitas, aunque de momento solo 1.200 de ellos se han matriculado, según las autoridades de esos centros.

La gran mayoría ha optado por no continuar en la creada universidad Casimiro Sotelo porque consideran que será un centro más de adoctrinamiento político de la dictadura, donde no se promoverá el pensamiento crítico y la calidad de la educación que distinguía a la UCA. 

MENOS PERSONAL DOCENTE EN LA CASIMIRO SOTELO

La Universidad Casimiro Sotelo inició las clases tras dos intentos fallidos de apertura y con menos de la mitad de la planta docente que tenía la UCA para atender a unos 5.000 estudiantes.

La semana pasada Rosario Murillo, vocera del régimen, detalló que esta casa de estudios contaría con 129 docentes para atender a unos 5.000 estudiantes cuando la UCA lo hacía con al menos 418.

A finales de agosto pasado, alumnos de la UCA denunciaron que la privada Universidad Americana (UAM), ligada al Ejército de Nicaragua y que había aceptado a unos 600 universitarios para continuar sus estudios, les retiró la matrícula sin ninguna explicación y les informó de que sólo podían estudiar en la estatal Universidad Casimiro Sotelo.

La jesuita UCA de Managua, considerada uno de los últimos bastiones de libertad de pensamiento en Nicaragua, fue disuelta y expropiada el 17 de agosto de 2023 tras ser acusada por el Ministerio Público de ser un "centro de terrorismo", aunque nunca presentaron pruebas.