El cardenal Brenes pide orar por “sacerdotes ausentes” arrestados por la dictadura

El Arzobispo de Managua, cardenal Leopoldo Brenes, envió este domingo un mensaje a la feligresía católica de la Arquidiócesis por la “ausencia de sus sacerdotes”, en referencia a la cacería que ha desatado la dictadura esta semana y que ha llevado a la cárcel a un obispo, 12 sacerdotes y dos seminaristas.  

“En este domingo de la familia he querido preparar un pequeñito mensaje para todas las familias, un mensaje de ánimo, de esperanza, sobre todo un mensaje en el cual nos unamos en la oración”, dijo Brenes al final de la misa este domingo en la Catedral de Managua.  

“A las familias y comunidades que en este momento sienten la ausencia de sus sacerdotes o viven otra clase de penas quiero manifestarles mi cercanía. Es el momento de buscar juntos en la oración el consuelo de Dios y en la unidad eclesial nuestra fortaleza”, expresa Brenes.  

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Esta semana la dictadura ha encarcelado a ocho sacerdotes de la Arquidiócesis de Managua a cargo del cardenal Leopoldo Brenes. No se sabe dónde están ni de qué se les acusa. Entre los detenidos se encuentra monseñor Silvio Fonseca, monseñor Carlos Avilés, vicario general de la Arquidiócesis; y monseñor Miguel Mántica, de la parroquia San Francisco de Asís.  

“Pidamos al buen Dios la gracia de la sabiduría y que nuestras palabras y nuestras acciones den testimonio de aquella paciencia que todo lo alcanza y que la luz de Jesús nos ayude a todos a encontrar caminos de concordia y fraternidad”, exhorta Brenes.

SILVIO BÁEZ PIDE MÁS PRESIÓN CONTRA LA DICTADURA

El Obispo Auxiliar de Managua, monseñor Silvio Báez, urgió a la comunidad internacional ser “más eficaz en la presión” contra la dictadura de Daniel Ortega, por su “odio hacia la Iglesia” católica en Nicaragua que ha provocado el arresto de un obispo, 12 sacerdotes y dos seminaristas en los últimos 10 días.

“La decisión arbitraria e ilegal de la dictadura sandinista en Nicaragua de mantener a dos obispos encarcelados (monseñor Rolando Álvarez e Isidro Mora Ortega) y de secuestrar a varios de sacerdotes en pocos días, evidencia una vez más su desprecio flagrante hacia los derechos humanos, su falta absoluta de respeto hacia la libertad religiosa y su inquebrantable y permanente odio hacia la Iglesia”, denunció Báez.

Este odio de la dictadura sandinista hacia la Iglesia, dice Báez, es un reflejo de su miedo ante la fuerza liberadora del Evangelio, la luz de la verdad de Jesús y el poder de la oración.

“Los tiranos son conscientes de que el pueblo nicaragüense ama a su Iglesia y a sus pastores, y les aterra la existencia de un pueblo consciente y movilizado por la fe cristiana, porque es un pueblo crítico, libre y sujeto de su propia historia”, explicó.