Condenan a 30 años de cárcel a paramilitar que violaba a su hija adoptiva

Manuel Jesús Flores Peralta fue condenado a 32 años de cárcel por abusar y violar a su hija adoptiva de 19 años, desde que era una niña. La condena fue impuesta por la jueza Lesbia Malena Tinoco, del Juzgado de Distrito Penal Especializado en Violencia de la ciudad de Estelí.

Flores Peralta, un paramilitar reconocido en la zona, se jactaba de ser intocable por sus influencias con el partido Frente Sandinista. La jueza le impuso por el delito de violación agravada, 20 años de cárcel y por abuso sexual 12, para un total de 32 años.

Sin embargo, por mandato constitucional, Flores Peralta deberá permanecer en la cárcel durante 30 años, ya que esa es la pena máxima a excepción de la prisión perpetua revisable.

LA ABUSABA DESDE EL 2008

Flores Peralta, de 47 adquirió autoridad paternal sobre la víctima en el 2006, cuando decidió reconocerla legalmente al establecer una relación de pareja con la mamá de la menor. En ese momento la víctima tenía 3 años. Dos años después comenzó a someterla a constantes abusos sexuales, según la sentencia condenatoria.

Aprovechándose de que era una niña, el paramilitar tocaba sus partes íntimas y le hacía creer que era algo normal. Los abusos los cometía cuando la mamá de la menor se trasladaba a dar clases en una comunidad, lejana del departamento de Nueva Segovia. 

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En el 2018 cuando la menor cumplió 15 años, Flores Peralta , quien habitaba en el municipio de Wiwilí, Nueva Segovia, también comenzó a violarla bajo amenazas y para evitar que saliera embarazada, la obligaba a tomar pastillas anticonceptivas. 

A esa edad también empezó a acosarla, controlarla y para intimidarla le decía que por trabajar con el partido Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), era intocable y que poseía armas de fuego para defenderse.

En la sentencia se detalla que el paramilitar le decía a la menor que tenía manos y armas para matarla y cuando la víctima se negaba a ser ultrajada, el hombre reaccionaba de manera violenta y maltrataba a sus tres hijos menores.

LA JOVEN SE FUE A ESTUDIAR A ESTELÍ

Para despistar a sus vecinos, el paramilitar fingía ser evangélico. Cuando la víctima se bachilleró en 2020, se trasladó a Estelí a estudiar inglés a una universidad, pero no logró liberarse de las agresiones sexuales. 

El hombre decidió irse a vivir con ella a Estelí y sus tres hermanos menores, para hacer creer que era un buen padre. 

Al quedarse a vivir en Estelí, Flores Peralta obligó a la víctima a estudiar magisterio y le permitió paralelamente que cursara la carrera de su preferencia en una universidad de esta ciudad, a cambio de dejarse violar en las noches. 

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Pero cuando se enteró que en la Normal platicaba con una psicóloga, optó por retirarla y la obligó solamente a estudiar inglés en la universidad, aunque eso tampoco detuvo los episodios de terror. 

En diciembre del 2022, tras cumplir 18 años, la joven decidió enfrentar a su agresor y le manifestó que si la volvía a violar lo denunciaría y le contaría todo a su mamá, quien desde el 2021 se encuentra en Estados Unidos. 

La reacción del violador fue correr a su víctima de su casa por negarse a las violaciones, para ese entonces sus compañeros de clases y dos psicólogas ya habían detectado que presentaba prácticas depresivas, ataques de pánico y que hasta había intentado suicidarse. 

Posteriormente la joven decidió contar detalladamente el terror que vivió desde los 5 años y el 9 de mayo Flores Peralta fue capturado y acusado por los delitos por los cuales deberá pasar en la cárcel 30 años. 

El abogado defensor del agresor, Ramón Díaz González, apeló la sentencia el pasado once de octubre, con el objetivo de reducir la pena.