Educación en Nicaragua empeora: hay poca inversión, salarios de miseria y adoctrinamiento político
Estudiantes y docentes regresaron a las aulas, pero la calidad sigue empeorando. Hay nuevos textos con adoctrinamiento y más de 60,000 maestros con poca preparación y un salario promedio de US$220 que no protestan por un incremento desde hace más de 13 años.


- febrero 04, 2020
- 09:16 AM
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Estudiantes y docentes regresaron a las aulas, pero la calidad sigue empeorando. Hay nuevos textos con adoctrinamiento y más de 60,000 maestros con poca preparación y un salario promedio de US$220 que no protestan por un incremento desde hace más de 13 años.
Un millón 800 mil estudiantes regresaron este lunes a las aulas en un año en que la calidad de la educación en Nicaragua se ve más afectada por la crisis sociopolítica desde abril de 2018. Los fondos para mejorar la infraestructura en las escuelas se han reducido, los maestros promueven un ensalzamiento a la figura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, y las brechas de la ya deteriorada calidad del sistema, se acentúan más en las zonas rurales del país, advierten expertos.
El asesor presidencial en temas de educación, Salvador Vanegas, aseguró en el acto inaugural del año lectivo 2020, desde el Instituto Miguel Ángel Ortéz de Chinandega, que este año se pretende mejorar las capacidades de los docentes y formarlos en el uso de las nuevas tecnologías.
“Nos vamos a especializar en la promoción de valores, en el programa educativo Aprender, Emprender y Prosperar”, dijo.
Mejorar las capacidades profesionales de los docentes es un paso necesario, pero no suficiente, asegura Jorge Mendoza, de la Federación Coordinadora Nicaragüense de ONG que trabaja con la Niñez y Adolescencia (CODENI).
Sobre la formación docente, Mendoza explica que en Nicaragua esto se encuentra absolutamente desatendido y es curioso que el tema político, partidario e ideológico de alguna manera afecta la calidad de la educación. “Aquí nos estamos refiriendo a que los docentes a pesar de que tienen los salarios más bajos de toda Centroamérica, si revisamos la historia de los últimos 13 años no existe ni una sola huelga o manifestación para reclamar una mejora salarial. El techo del salario de un maestro en la actualidad es de 220 dólares”, lamenta.
El Mined debería mejorar las capacidades docentes para educar a niños que requieren de educación especial o capacitarlos en temas como la violencia de género. Pero por el contrario, dice Mendoza, el gremio docente “está adormecido e instrumentalizado para hacer formación partidaria pervirtiendo la naturaleza del sistema educativo nacional”.
ADOCTRINAMIENTO EN LAS ESCUELAS
Los nuevos textos escolares de los colegios públicos y los nuevos contenidos a impartir este año fueron impuestos por el Ministerio de Educación, dominado por el régimen. En las portadas de los libros hay clara alusión al partido Frente Sandinista y se enarbola la figura de Daniel Ortega, algo que se replica es los actos escolares.
“Actualmente los textos escolares están sirviendo para el adoctrinamiento político y para hacer culto a la persona del presidente y la vicepresidenta (Daniel Ortega y Rosario Murillo). En estos casos, creemos que definitivamente hay que tomar medidas”, afirma Mendoza.
CODENI sostiene que para mejorar la calidad de la educación en Nicaragua urge eliminar el adoctrinamiento político en las escuelas, que es prohibido por la Constitución, y tomar medidas en cuatro aspectos. se debe aumentar la inversión al menos a un 6 por ciento del Producto Interno Bruto, mejorar la capacidad docente y aumentar los salarios, articular el sistema desde preescolar hasta la universidad y mejorar la infraestructura de los colegios públicos del país.
Para la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides) los retos que tiene el país en calidad educativa deben ser tratados con visión de largo plazo y priorizar la formación docente, una mayor inversión en infraestructura y la promoción de la educación temprana.
Funides considera indispensable que los principales indicadores educativos dejen de ser manejados de manera discrecional por las autoridades estatales, porque aunque se conocen datos de matrícula y cobertura, no se brinda informes sobre aspectos claves como el progreso académico y las evaluaciones para medir aprendizajes.
POCA INVERSIÓN
Los niveles de inversión per cápita por estudiante son bajísimos, en comparación con los demás países de Centroamérica, detalla Marvin García, coordinador del Observatorio de la Niñez de CODENI.
Para un estudiante de preescolar la inversión no supera los 2,000 córdobas; para uno de primaria son 10,000 córdobas; y para secundaria son 7,500 córdobas, según el organismo.
Otro elemento a tener en cuenta es que en 2019 se redujo la inversión del Presupuesto destinada a infraestructura escolar de 761 millones de córdobas a 351 millones. “El otro elemento es que en las zonas urbanas y rurales son las municipalidades las que están destinando recursos para el mejoramiento y vemos que a raíz de la crisis (de abril de 2018) los planes de inversión de las municipalidades se han reducido hasta en un 70 por ciento”, indica.
BRECHA ENTRE EL CAMPO Y LA CIUDAD
En Nicaragua, casi el 85% de las escuelas se encuentran en el campo y la mayoría tienen una modalidad que se conoce como multigrado. Se pueden encontrar escuelas de dos aulas donde se desarrolla toda la primaria.
“Esto planta que las brechas entre estudiantes rurales y urbanos sea bastante grande. Los indicadores de retención, abandono escolar, matrícula, éxito escolar y rendimiento académico resultan extremadamente dramáticos en el campo y, particularmente, en la Costa Caribe nicaragüense”, alerta CODENI.
“La breca es muy grande porque en los cascos urbanos nos encontramos con escuelas que tienen tres pabellones, una cancha deportiva, biblioteca, laboratorios, pero estamos hablando que en la mayoría de escuelas, que son las del campo, no cuenta con estas condiciones y, en algunos casos, ni siquiera hay baños higiénicos para los niños y niñas”, agrega Jorge Mendoza, vocero del organismo.
Finalmente, Mendoza sugiere que la familia también debe asumir un rol más responsable, involucrarse en la educación de sus hijos y exigir mejoras.
“Las familias nicaragüenses se desprenden de la responsabilidad compartida que tiene que ver con la educación de los niños. Es decir, entregamos los niños a la escuela y solo nos aparecemos al inicio en la matrícula y al final del año cuando hay que retirar nota”, concluye.