Báez llama al régimen a cesar "su criminal intento por destruir a la Iglesia"

El obispo auxiliar de Managua monseñor Silvio Báez exigió este domingo a los militares “altaneros, corruptos y culpables de crímenes de lesa humanidad” que dejen de amenazar a las voces que piden justicia en Nicaragua, y que cesen de espiar y asustar a los religiosos.

El obispo auxiliar de Managua pidió por la conversión de los verdugos del pueblo que se han “endiosado exigiendo ser obedecidos y adorados”.

“¡Reconozcan sus graves delitos contra la vida y la justicia, respeten los derechos humanos, no priven al pueblo de sus libertades, liberen a los presos políticos, no atenten contra la educación y la cultura del pueblo, cesen en su criminal intento por destruir a la Iglesia, bájense de sus tronos de barro y permitan que la gente decida su futuro y construya su historia! Conviértanse a la justicia, vuelvan a Dios, pidan perdón y cambien de vida”, manifestó Báez.

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El llamado del religioso después de que se conoció que las fuerzas policiales apresaron el viernes en horas de la noche al padre Osman José Amador Guillén, párroco De la Iglesia Nuestra Señora de Fátima en Wiwilí, sin una orden judicial y sin que hasta el momento se conozcan las causas de su apresamiento.

La detención se dio horas después de que se conoció que la Dirección de Migración le impidió el ingreso al país al padre Mauricio Valdivia, quien es el rector y director del colegio Calasanz.  Báez los llamó a la reflexión y a que pidan perdón a Dios y les demandó que sirvan a la justicia.

El Mecanismo para el Reconocimiento de Personas Presas Políticas elevó a 89 el número de presos políticos en Nicaragua incluyendo a monseñor Rolando Álvarez condenado a 26 años de cárcel. 

PIDE QUE DEJEN DE ESPIAR LOS TEMPLOS

El obispo exiliado desde abril del 2019, señaló a la Policía al mando de Francisco Díaz, consuegro de Daniel Ortega, de reprimir, encarcelar y torturar a inocentes. 

“¡Ustedes están para servir al pueblo, no para aplastarlo. Respeten a la gente, no sean sumisos a órdenes inhumanas”, advirtió Báez quien llamó a la reflexión a las fuerzas policiales que este próximo lunes celebrarán el 44 aniversario de fundación en medio de señalamientos de violaciones a los derechos humanos de los sectores que han manifestado su rechazo a la dictadura.

“La voz profética se alza hoy contra aquellos que merodean los templos para asustar y espiar a sacerdotes valientes que anuncian la palabra de Dios: ¡Reconozcan su servilismo y la inutilidad de su intento por acallar la voz de Dios. Pidan perdón al Señor, vuelvan a él y cambien de vida!”, reclamó el obispo.

A LOS MILITARES: “¡DEJEN DE AMENAZAR LAS VOCES LIBRES!”

El reclamo del religioso se extendió contra los militares, luego de que el pasado 4 de septiembre el jefe del Ejército de Nicaragua, el general Julio César Avilés llamara al periodismo independiente “vividores y mercenarios de la información”, los cuales dijo que son financiados por “intereses extranjeros”.

“La voz profética se alza hoy también contra los militares altaneros, corruptos y culpables de crímenes de lesa humanidad: ¡Dejen de amenazar las voces libres que claman por justicia y, si alguna vez tuvieron fe, vuelvan a Dios, pidan perdón por sus delitos y cambien de vida!”, clamó Báez.

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Las exigencias de Báez, es en referencia a la lectura de este domingo donde se señala que el profeta israelita Ezequiel acompañó a su pueblo en el exilio ayudándole a conservar la fe y la esperanza de algún día volver a su tierra. 

“La voz profética se alza hoy contra los voceros del régimen y todos sus cómplices que por dinero se arrastran ante el poder para ser cómplices de la corrupción, servidores de la mentira y viles artesanos de ofensas. ¡Sientan vergüenza de su bajeza y, si alguna vez tuvieron fe, reconozcan que están equivocados, pidan perdón a Dios y cambien de vida!”, dijo el religioso en la Iglesia Santa Agatha en Miami. 

El obispo también además de denunciar invitó a que se corrija con firmeza a las personas que han actuado mal ya que no se puede cerrar los ojos o fingir que nada ha pasado para evitar tensiones o guardar silencio para no quedar mal o ser rechazado lo cual nos hace cómplices del mal. Todos somos centinelas y hermanos que debemos cuidarnos y corregirnos unos a otros”.