Al menos 71 monjas han sido víctimas de expulsión y bloqueo migratorio

Al menos a 65 monjas de diferentes congregaciones han sido expulsadas por el régimen de Nicaragua en casi 20 meses como parte de la política represiva contra la Iglesia católica. El dato es parte del monitoreo de la violencia política que sufre el clero nicaragüense que realiza la investigadora y abogada Martha Patricia Molina, en el que también incluye a otra seis religiosas que han sido impedidas de ingresar al país.

La autora de la investigación “Nicaragua: ¿Una Iglesia perseguida?”, además, ha indentificado diez congregaciones religiosas afectadas por la dictadura, entre las que se encuentran las Dominicas de la Anunciata, Misioneras de la Caridad, Monjas Trapenses, Religiosas de la Cruz del Sagrado Corazón y Hermanas Pobres de Jesucristo de Nicaragua.

“La cifra (71 entre expulsadas y seis a las que se les ha negado el ingreso) no se acerca a la realidad porque hay varias congregaciones de las que no tengo información, pero los religiosos me han informado que el 98% de las extranjeras se han tenido que marchar”, explicó la investigadora.

El pasado 3 de julio se registró la expulsión de cuatro religiosas de las Hermanas Pobres de Jesucristo que prestaban servicios de asistencia social en el departamento de León.  Al día siguiente de ser forzadas a abandonar Nicaragua, el Ministerio de Gobernación canceló la personería jurídica a la Fundación Fraternidad Pobres de Jesucristo que dirigían y les confiscó sus bienes.

SUFRIMIENTO DE LAS MONJAS POR ABANDONAR EL PAÍS

Molina tiene información de que Migración le ha negado el ingreso a algunas monjas nicaragüenses interesadas en llenar el espacio que dejan las religiosas expulsadas.

“El sufrimiento y angustia que ellas han pasado ha sido inexplicable, ver a monjas que tenían muchos años sirviendo en el país irse sin ninguna explicación de las autoridades”, expone Molina.

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La investigadora explica que algunas congregaciones de religiosas han decidido guardar silencio sobre la expulsión o la negativa de ingreso al país de las monjas y preferi “ofrecer ese martirio por la conversión de los dictadores de Nicaragua y quienes trabajan para ellos”.

Las relaciones entre el régimen de Daniel Ortega y la Iglesia católica atraviesan por momentos de gran tensión, marcadas por la expulsión de religiosos y el encarcelamiento de varios sacerdotes, entre ellos el obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, condenado a más de 26 años de cárccel.

El papa Francisco tildó de “dictadura grosera” al régimen Ortega-Murillo en una entrevista con Infobae, en la que señaló “un desequilibrio de la persona que dirige” Nicaragua.