Obispo Báez: "Hay personas transparentes y dialogantes, pero las hay también egoístas y arrogantes"
"No podemos ser intolerantes, dejarnos cegar por las emociones, emitir juicios temerarios o actuar con precipitación irresponsable”, reflexionó.
- julio 23, 2023
- 08:36 AM
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Monseñor Silvio Báez, obispo Auxiliar de Managua, dijo este domingo que entre quienes en la sociedad luchan por un cambio social “hay personas transparentes y dialogantes, pero las hay también egoístas y arrogantes”.
La reflexión del prelado la hace en un momento en que la oposición nicaragüense no logra consolidar un bloque común contra la dictadura de Daniel Ortega, pese declarar que tienen el interés de lograr que el país regrese a la democracia.
La homilía del religioso se basó en las parábola del capítulo 13 del evangelio de Mateo que habla del trigo y la cizaña. El religioso explicó que el relato enseña que en la vida, “no todo es blanco y negro”. “Lo positivo y lo negativo, el bien y el mal, la mentira y la verdad, la justicia y la injusticia se entremezclan en la historia. También el reino de Dios, anunciado por Jesús, crece a la sombra de la injusticia, de la incredulidad y del pecado”, señaló.
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Dijo el religioso que en la vida, un día el cristiano se mueve por buenos sentimientos y al día siguiente, puede actuar dominado por la indiferencia y el egoísmo. “Muchas veces somos personas fuertes y coherentes, otras veces nos vemos dominados por la inmadurez, la debilidad, el mal carácter o las pasiones desordenadas”, criticó el religioso.
“NADIE ES PERFECTO”, DICE
El obispo Báez instó a los ciudadanos a ser pacientes y a “saber aceptar nuestros límites con serenidad y nuestros defectos con humildad. Nadie es perfecto, ni nadie está libre de egoísmos, arrebatos de cólera o malos deseos. El bien y el mal, la madurez y la mezquindad conviven en nuestro corazón. El trigo y la cizaña crecen juntos”, remarcó.
Recordó que en la parábola, el dueño del campo no tiene miedo de que la cizaña prevalezca sobre el trigo, tiene confianza de que el buen trigo se impondrá al final. “No somos solo cizaña, somos ante todo espigas de trigo bueno, trigo de Dios destinado a dar una gran cosecha”, añadió.
"No es fácil saber cómo Dios se abre camino en la conciencia de las personas”, dijo al señalar que "debemos esforzarnos en descubrir y reconocer lo que hay de bueno, noble y sincero en los ellas".
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LLAMADO A SER TOLERANTES
El religioso llamó a ser pacientes en todo tiempo y circunstancias de la vida. “La impaciencia histórica nos puede llenar de pesimismo y de intolerancia, que en el peor de los casos lleva a combatir el mal con el mal”, advirtió.
“Es necesario educarnos en la paciencia de Dios y en sus tiempos, que nunca son los nuestros (…) En nuestra sociedad, los poderosos actúan en modo irracional, injusto y malvado; al mismo tiempo, en nuestra misma sociedad hay quienes sueñan y luchan en favor de la justicia, del bien, de la libertad y de la paz. El trigo y la cizaña crecen juntos”, señaló.
El religioso lamentó que entre los mismos grupos que luchan por un cambio social "hay personas transparentes y dialogantes, pero las hay también egoístas y arrogantes. La parábola del trigo y la cizaña es una magnífica lección de optimismo y realismo. No debemos caer en la desesperanza ante el aparente triunfo de los injustos, ni dejar de luchar en favor del bien y la verdad a pesar de tantos intentos fallidos", invitó.
Agregó que no es bueno “ilusionarnos con sociedades destiladas, libres de imperfecciones humanas, maldades o impurezas ideológicas. El trigo crece junto con la cizaña”, reiteró. Hay que “aprender a tolerar lo distinto, lo imperfecto, lo negativo, no significa de ningún modo ignorar la diferencia radical que hay entre el trigo y la cizaña, entre el bien y el mal, entre el justo y el injusto”, recomendó.
Dijo el obispo que la parábola de este domingo no era “una invitación a la pasividad y a la indiferencia, ni un elogio a la impunidad y a la injusticia”.