La historia de Ebraim Raisi, el siniestro presidente iraní amigo de Ortega, fallecido de este domingo

Entre Daniel Ortega y el ahora fallecido iraní, Ebraim Raisi, había más cosas en común que ser las cabezas de dos regímenes dictatoriales.  Ambos son señalados como responsables de crímenes de lesa humanidad, así como de decenas de asesinatos en su ambición de mantenerse en el poder.

El 13 de junio de 2023 en Managua, estrecharon sus manos. A Rosario Murillo, la vocera de la dictadura nicaragüense se le escuchó feliz anunciar la visita de Raisi, el clérigo ultraconservador que en su país dirigió un gobierno que trata con tanta bestialidad a las mujeres que le acuñan el asesinato a golpes de una, solo porque sus policías le vieron mal puesto un velo y lo sospechan responsable también de ordenar el envenenamiento de 650 niñas para forzar el cierre de escuelas porque cree, que las mujeres no deben ser educadas.

Pero eso es tan solo parte del lado oscuro de Raisi, el presidente de Irán, que este domingo 19 de mayo, murió en un accidente de helicóptero junto al ministro iraní de Exteriores, Hosein Amir Abdolahian. La televisión estatal y la agencia oficial IRNA informaron que el incidente ocurrió en una zona montañosa del noroeste del país.

Ebraim Raisi es un hombre que llegó al poder en unas elecciones en el que igual que Daniel Ortega, no contó con competencia y que igual que él, ordenó asesinar a manifestantes que se levantaron en protestas apenas el año pasado. Eso sí, Raisi le ganó al “comandante presidente” en números, al menos según el conteo público.

A Ortega, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), lo hace responsable de 355 asesinatos de opositores desde la crisis sociopolítica de de 2018, a Raisi, la agencia de Activistas de los Derechos Humanos, HRANA (por sus siglas en inglés), le acuñan la muerte de 500 manifestantes, incluidos 69 menores durante las movilizaciones masivas de los iraníes en la defensa de sus derechos humanos y ciudadanos el año pasado.

EL JUEZ DEL “COMITÉ DE LA MUERTE”

Amnistía Internacional, (AI), ha denunciado a Raisi las veces que ha sido posible. Un extenso informe documentado ampliamente le ha acuñado ser el responsable de ordenar la ejecución de entre 4.500 y 5.000 iraníes disidentes, diez años después del triunfo de la revolución de 1979 en es país.

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AI denunció que a finales de 1988, miles de disidentes políticos encerrados en prisiones por todo Irán, desaparecieron repentinamente. Sus familiares recibieron de sorpresa la comunicación que las visitas quedaban suspendidas. De la noche a la mañana, esposas, esposos, padres e hijos, fueron como borrados de los penitenciarios de Irán.

AI denunció versiones de “ejecuciones masivas y entierros de cadáveres en fosas comunes”, después de exhaustivas investigaciones.   

Por aquel entonces, el que fue huésped distinguido de Daniel Ortega y Rosario Murillo en junio de 2023, Ebrahim Raisi, formaba parte de un grupo de cuatro jueces, que llegaron a bautizar en Irán como “el comité de la muerte”. Raisi y los otros tres jueces, dictaron las penas capitales y la mantuvieron ocultas como “secretos de estado” el tiempo que les fue posible, destacó AI.

Las ejecuciones se documentaron tras filtraciones de grupos opositores. El gobierno terminó asumiéndolas como lo que en islam se conoce como “la fatwa”, una orden legal religiosa emitida por el propio ayatolá Khomeini, el máximo líder religioso del país. Khomeini, ordenó en su “fatwa” actuar con “rabia revolucionaria y rencor contra los enemigos del Islam” y Raisi y los tres jueces del “comité de la muerte” no titubearon en firmar las ejecuciones.

Desde entonces, los familiares de las víctimas viven bajo asedio, amenazas y todo tipo de presión, porque no han renunciado a que los responsables de los crímenes contra sus parientes sean enjuiciados. AI, que tiene prohibido su ingreso a Irán, acusó al régimen de cometer “crímenes contra la humanidad, que incluyen asesinato, exterminio, desaparición forzosa, tortura y otros actos inhumanos”.

RAISI UN HOMBRE SIN PIEDAD

Ahmbad Ebrahimi, tiene 63 años, la misma edad de Raisi. En 1981, tenía 20 y fue encarcelado porque como miles en Irán, pensaron que la revolución en la que participaron y triunfó en 1979, les daba el derecho a  disentir del poder y protestar como ciudadano libre. Pero no. No era así. Ebrahimi pagó con cárcel su militancia en el bloque opositor armado iraní Organización Popular de los Muyahidines, (PMOI por sus siglas en inglés) que se rebeló contra los revolucionarios.    

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Un amplio reportaje publicado por La Razón.es el año pasado, recoge el testimonio de Ebrahim.  Contó que sufrió tortura física y emocional, que estuvo aislado en solitario, y que se le privaba del sueño. Relató haber visto al mismo Raisi en el penal a cargo de violentos interrogatorios. Dijo que tras una visita que el ahora presidente de Irán hizo en agosto de 1988 al penal donde se encontraba él, se ejecutaron a 70 prisioneros y que en otra sección, que albergaba a 200 opositores, solo lograron sobrevivir 13 presos políticos.

El diario británico The Times, publicó otros testimonios que confirman la falta de piedad del presidente de Irán que se reúne martes con los dictadores de Managua.  La iraní, Farideh Goudarzi  de 62 años, encarcelada también por su militancia opositora en 1983, contó que Raisi ordenó palizas, apedreamientos y violaciones, así como ejecuciones por ahorcamiento o lanzando a presos desde precipicios.

El hermano de Goudarzi  y su marido fueron ejecutados, y ella fue arrestada a una semana de dar a luz a su bebé. “Fui llevada a una corte revolucionaria, donde Raisi estaba presente. Pese a mi condición, me ataron a una cama. Él miraba mientras me electrocutaban”, relató. Gourdazi vive desde hace cinco años como refugiada en Albania, pero llora sistemáticamente y tiembla cuando habla de Raisi.

La mujer contó que Raisi hacía interrogatorios personalmente. “Yo fui interrogada varias veces al día y cuando no, me tocó escuchar los gritos y sollozos de otros mientras eran torturados”, relató. Contó que una noche, el ahora presidente de Irán acompañó a los guardas durante la ronda nocturna.

“Raisi estaba en la puerta, cuando un agente tomó a mi bebé de 38 días, y lo lanzó al suelo desde una distancia de 60 centímetros”, dijo la mujer iraní. Goudarzi fue condenada a muerte, pero gracias a la apelación de clemencia de un clérigo, vivió para contar una pesadilla que tiene nombre y apellido en Irán: Ebraim Raisi.     

Mahmoud Royaei, de 61 años, fue condenado a muerte a sus 18 años. La Razón.es cuenta que se salvó gracias a un error administrativo, pero en 1981 se le aplicaron 10 años de condena penitenciaria. “En su etapa de fiscal en Karaj, Raisi fue el primero en ordenar el lanzamiento de un joven desde lo alto de una colina”, relató. Royaei dice que él, le plantó cara a Raisi durante una audiencia.

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“Lo encaré en el comité de la muerte, y me negué a confesar”. Su colega de celda, Kaveh Nasari, fue torturado a pesar de sufrir epilepsia. “Fue llevado al corredor de la muerte, donde sufrió un brote psicótico. Pese a que había cumplido sus días de condena, Raisi ordenó su ejecución”, relató en el exilio.

LAS NIÑAS ENVENENADAS DE RAISI

Durante la visita a Nicaragua en junio de 2023, Rosario Murillo no quiso que esa semana terminara sin insistir en los honores de recibir al presidente iraní y a su esposa Jamileh-Sadat Alamolhoda. De ella leyó un largo curriculum: doctora en Educación Islámica, profesora asociada de la Facultad de Educación y Psicología, de la Universidad Shahid Beheshti, y decana del Instituto de Estudios de Ciencia y Tecnología de la misma universidad.

Lo que no dijo Murillo, es que pese a que la primera dama tiene una aparente envidiable hoja de vida profesional, representa a un régimen que cree que las mujeres no deben ir a la escuela. No lo dicen formalmente, pero lo demuestran de la peor forma.

En abril de 2023, por ejemplo, varias activistas opositoras al régimen Iraní, hicieron un terrible denuncia en España. Responsabilizaron al gobierno de los “los envenenamientos” que se producen en los centros educativos femeninos. “Quieren alejar a las mujeres de los colegios”, dijo la activista Arezoo Mojaverian, en una entrevista con EFE en Madrid que publicó ese mes La Vanguardia.es.

Y es que desde noviembre del 2022, más 600 niñas resultaron envenenadas con gas tóxico en las escuelas donde asistían. El primer envenenamiento se produjo el 30 de ese mes, cuando 18 estudiantes de la Escuela Técnica Nour, en la ciudad santa de Qom, fueron llevadas al hospital. Después de ese centro, los envenenamientos se extendieron por 10 escuelas más, una de las más recientes en febrero de 2023 en la ciudad de Borujerd, en la provincia occidental de Lorestan.

Ninguna de las niñas murió, pero pasaron días en los hospitales y en sus casas, días aturdidas, con cefaleas, vómitos y diarreas. Desde entonces los envenenamientos se extendieron en centros de educación y hasta universidades en 28 provincias. Las niñas envenenadas llegaron a ser 650 y pueden ser más debido a quienes por miedo no denunciaron.

Para apaciguar la ira masiva, el régimen anunció un centenar de detenciones, pero no transmitieron tranquilidad a los padres de familia que exigen una respuesta más sincera sobre la barbarie. Incluso desafiaron la represión y se han plantado en las oficinas de gobierno como lo hicieron frente al despacho del gobernador de Qom para exigir aclaraciones sobre el crimen. El mensaje cifrado del régimen ha sido: "no manden a sus hijas a la escuela", acusan los padres de familia.

LA MUERTE POR UN VELO QUE DESATÓ LA FURIA IRANI  

La imagen de Murillo a la par del matrimonio que gobierna con mano de fierro a los iraníes fue todo un contraste durante la visita a Nicaragua. La esposa y vocera del dictador nicaragüense se quiso vender como una lideresa que ha luchado por las conquistas de las mujeres en el país. Pocos pueden negar que les ha dado cargos públicos, pero los ejercen sin autonomía, sin pensamiento propio, enmudecidas y claramente sometidas a lo que ella y el comandante dicten.

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Pero además, le tocó exaltar a un régimen que enfrenta los reclamos del mundo entero por haber dado muerte a Mahsa Amini, una mujer de tan solo 22 años, quien no salió viva de un hospital tras una paliza de policías del régimen de Raisi por no usar correctamente un velo que en Irán llaman Hiyab, mientras caminaba por una calle de Therán, la capital.

Su muerte ocurrió el 16 de septiembre de 2022. La detuvieron y la golpearon en el lugar hasta dejarla en coma. Murió tres días después. Sin ápice de pena, las autoridades del régimen de Raisi, dijeron que Amini murió de un infarto, tras un padecimiento cardíaco de vieja data, aunque las filtraciones señalaron una fractura de cráneo por fuertes golpes en la cabeza.

Irán estalló en ira. Se lanzó a las calles con las mujeres liderando las protestas. Atiborraron calles y plaza quemando hijabs y cortándose el cabello en público, algo que jamás se había visto en una país donde el control religioso ha sido considerado brutal. “Ellas tomaron la decisión de decirle a Raisi y al mundo entero que las mujeres no les pertenecen, que se pertenecen a sí mismas”, dijo la plataforma Women´s Voices Now, que en occidente hizo eco de las protestas de las mujeres en Irán.

El régimen respondió de forma violenta contra su pueblo. Lo primero que hizo fue cortar el internet sobretodo en Theran y Kurdistan, las principales ciudades alzadas, bloqueo las plataformas de redes sociales y dio orden de disparar. Un reporte que hizo la BBC en diciembre de 2022 al cumplirse los 100 días de protestas por la muerte de Amini, estableció que 500 manifestantes fueron asesinados, entre ellos 69 menores. El reporte citó un informe de HRANA.

El régimen de Irán ya habían enfrentado antes manifestaciones masivas. Ocurrieron en 2017, 2018 y en noviembre de 2019. Sin embargo, las protestas de finales de 2022, son consideradas únicas porque involucran a personas de todos los estamentos sociales y son las mujeres quienes han tomado el liderazgo bajo el lema “Mujer, vida, libertad”, señaló el reporte británico.

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Las autoridades iraníes no solo han reprimido y matado a manifestantes, sino que también han utilizado los cuerpos de quienes murieron bajo custodia o fueron asesinados en las calles, como moneda de cambio para silenciar a las familias de las víctimas. Profanan tumbas de los muertos en las protestas y han montado juicio contra los lideres de movilización a quienes han condenado a muerte y ejecutados para ejemplo a los demás. Se conocen públicamente dos casos.    

El 23 de mayo de 2023, la tumba de Mahsa Amini, en Therán fue profanado. Rompieron el cristal de su foto y antes, personajes enviados por el régimen intimidaron a trabajadores contratados por sus familiares para hacer una estructura metálica alrededor, para proteger el nicho.

OTRA COINCIDENCIA: LLEGAR AL PODER CON TRAMPAS

Ortega no sentirá para nada incomodo con Raisi. El clérigo iraní juró para la presidencia en agosto de 2021 tras ganar una unas elecciones sin sorpresas y con trampas como lo hizo él dictador nicaragüenses tres meses después en ese mismo año, para lograr su ilegítimo cuarto mandato.

Ortega sacó a sus competidores mandándolos a la cárcel para ganar las votaciones de ese noviembre y Ebrahim Raisi, fue electo presidente el 18 de junio de 2021, luego de que el Consejo de Guardianes, vetara la participación de los principales candidatos reformistas y centristas.

El Consejo de Guardianes, es en ese país, el organismo de mayor poder dentro de la estructura del estado iraní. Está formado por seis alfaquíes o sabio de Ley, designados por el jefe del estado iraní y seis juristas nominados por el poder judicial y sometidos a la aprobación del parlamento. Es decir, ellos mismos.  Igual que Ortega, que ha colocado a sus fanáticos al frente de los poderes del Estado para que ser eligido presidente hasta su muerte.