Turbas golpean a jóvenes por demandar una Navidad sin presos políticos
Cuatro jóvenes, entre ellos dos hermanos de Amaya Coppens, fueron brutalmente agredidos por demandar una Navidad sin presos políticos.
- diciembre 26, 2019
- 11:03 AM
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Cuatro jóvenes, entre ellos dos hermanos de Amaya Coppens, fueron brutalmente agredidos por paramilitares en Chinandega luego de haber pegado calcomanías con mensajes de protesta contra el régimen.
Santiago y Diego Coppens, hermanos de la presa política Amaya Coppens, fueron brutalmente agredidos por turbas orteguistas de Chinandega luego de colocar calcomanías con mensajes de protesta contra el régimen de Daniel Ortega y demandar una Navidad sin presos políticos, la tarde de este 24 de diciembre.
El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) recibió la denuncia de la brutal golpiza que sufrieron cuatro jóvenes, entre ellos los hermanos de Amaya Coppens, en la calle La Sanidad, Chinandega a manos de simpatizantes orteguistas y paramilitares armados.
A eso de las 5:30 p.m. empezaron a colocar calcomanías con los rostros de presos políticos y con frases que demandaban una navidad en libertad.
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Cuando habían realizado su protesta pacífica, decidieron regresar a sus casas. Eran las 6:30 p.m. y estaba oscuro. En el camino fueron interceptados con violencia aproximadamente por 15 paramilitares armados y simpatizantes orteguistas que de inmediato empezaron a golpearles.
“Luego llegaron más paramilitares. Nos golpearon y nos apuntaron con las armas. Hubo gente que nos quiso apoyar, pero les dijeron a todos que se fueran, que no dijeran nada o les iban a disparar”, denunciaron los jóvenes al Cenidh.
Cuando estaban en el suelo por los golpes, no faltaron las amenazas de muerte: “si corrés, son tres plomazos que te vamos a pegar”, les decían.
COMPLICIDAD POLICIAL
Los paramilitares actuaron en complicidad con la Policía Orteguista. Luego de golpearlos, los jóvenes fueron llevados a la estación policial de Chinandega donde permanecieron al menos cuatro horas. A eso de las 11:00 de la noche fueron llevados a sus casas y les ordenaron no denunciar la golpiza de la que habían sido víctimas.
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Producto de los golpes, los jóvenes tienen puntadas, moretones y fuertes dolores en varios partes del cuerpo. Además, sicológicamente están afectados y con muchos temores de que vuelvan a agredirles a ellos y a sus familias.
“Observamos que, con este tipo de agresiones, el régimen quiere atemorizar a quienes le adversan, estos hechos son mensaje de que ellos y solo ellos tienen el poder. Esta es una nueva estrategia represiva, donde la Policía quiere lavarse la cara, por los crímenes que realizan a diario”, denunció el Cenidh.