América Latina en mensaje de Navidad del Papa: “Que Cristo ilumine las tinieblas del mundo”
Francisco rogó especialmente por Venezuela y pidió a Cristo que sea esperanza para “todo el continente americano, donde diversas naciones están pasando un período de agitaciones sociales y políticas”.
- diciembre 25, 2019
- 11:39 PM
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Francisco rogó especialmente por Venezuela y pidió a Cristo que sea esperanza para “todo el continente americano, donde diversas naciones están pasando un período de agitaciones sociales y políticas”.
El papa Francisco en su mensaje anual "Urbi et Orbi" del día de Navidad clamó por todas las personas que sufren a causa de conflictos políticos y desigualdades en diversas partes del mundo. Rogó especialmente por Venezuela y pidió a Cristo que sea esperanza para “todo el continente americano, donde diversas naciones están pasando un período de agitaciones sociales y políticas”.
El mensaje Francisco fue una exhortación al pueblo creyente, a los líderes mundiales, a buscar luz en medio de las tinieblas para procurar sanar las heridas de los sectores menos favorecidos; para que cese la persecución religiosa, la injusticia social, los conflictos armados y el temor a los migrantes.
Para el pueblo de Venezuela pidió que “no le falte el auxilio que necesita” y que el Niño Dios frente a la crisis económica, política y social que afecta a ese país”.
“Que (Cristo) reanime al querido pueblo venezolano, probado largamente por tensiones políticas y sociales, y no le haga faltar el auxilio que necesita. Que bendiga los esfuerzos de cuantos se están prodigando para favorecer la justicia y la reconciliación, y se desvelan para superar las diversas crisis y las numerosas formas de pobreza que ofenden la dignidad de cada persona”, oró.
PAZ PARA LOS PUEBLOS SUFRIDOS
El papa argentino, de 83 años, exhortó llamó a la paz en la Tierra Santa, en Siria, el Líbano, Yemen, Irak, Ucrania y los países africanos azotados por conflictos.
También abogó por los refugiados y los migrantes, que se ven obligados a soportar “formas atroces de abuso, esclavitud y todo tipo de torturas en inhumanos campos de detención”.
“La injusticia los obliga a atravesar desiertos y mares, transformados en cementerios. La injusticia los fuerza a sufrir abusos indecibles, esclavitudes de todo tipo y torturas en campos de detención inhumanos. La injusticia les niega lugares donde podrían tener la esperanza de una vida digna y les hace encontrar muros de indiferencia”, enfatizó Francisco.
Para enfatizar su mensaje, los dos cardenales que el Papa escogió para acompañarlo en el balcón del Vaticano fueron Renato Martino, presidente emérito de la oficina de inmigración del Vaticano, y Konrad Krajewski, encargado de la distribución de ayuda humanitaria a los pobres y desamparados de Roma.
LA MISA DEL GALLO
Anteriormente el miércoles, en su homilía de la Misa del Gallo a medianoche para esperar el día de Navidad, Francisco defendió el amor incondicional al prójimo y la tolerancia.
El Papa recordó que el nacimiento de Jesús, que los cristianos conmemoran en Navidad, es un recordatorio del amor incondicional de Dios por todos, “incluso los peores de nosotros”.
Antes de celebrar la misa, Francisco caminó por el pasillo central de la Basílica de San Pedro y descubrió una imagen del niño Jesús en el Nacimiento al pie del altar.
"La Navidad nos recuerda que Dios sigue amando a cada hombre, incluso al peor", afirmó el líder de la iglesia Católica ante los miles de fieles reunidos en la basílica.
"Su amor es incondicional" incluso si "tienes ideas equivocadas y que hayas hecho de las tuyas", explicó.
Al mismo tiempo, pidió a los feligreses permitirse ser transformados por ese “loco amor” de Jesús y dejar de intentar cambiar a los demás.
“No podemos esperar que el prójimo cambie para hacerle bien, no podemos esperar a que la Iglesia sea perfecta para amarla", añadió el papa argentino. “Empecemos nosotros”.
La misa nocturna del papa marcó el inicio de una ajetreada agenda para Francisco, que incluye su homilía de Navidad, las oraciones de mediodía, la vigilia de Año Nuevo y la misa del 1 de enero.
En esos mensajes el Pontífice suele hacer llamados a remediar situaciones de guerra e injusticias y son transmitidos alrededor del mundo.