Ganadora del Premio Ernesto Cardenal recibe el honor en España con la emoción de la amistad “mística” que tuvo con el poeta

Luce López Baralt no es solo una escritora e investigadora galardonada por sus extraordinarios trabajos en literatura, sino uno de las pocas personas que logró escudriñar el alma del gran Ernesto Cardenal, el poeta de las garzas, del silencio y de Dios.

Ella recibió este 12 de mayo el premio “Ernesto Cardenal”, lo que le supone sentimientos encontrados, pues lo considera un honor inmenso al que le suma el pesar que siente por la ausencia del poeta. Ha querido pensar que de alguna manera él le ha entregado el galardón, dice a DESPACHO 505 apenas unas horas antes de recogerlo.

“Yo conocí un lado muy cariñoso, muy afectuoso de Ernesto y sobre todo muy íntimo a nivel espiritual. En Puerto Rico le invitamos hace muchísimos años, en el año 74, y entonces yo, cuando leí todo lo que había escrito él hasta ese momento, sobre todo “La vida en el amor”. “En ese libro observo que Ernesto habla de un alma que tiene un recorrido y describe una experiencia mística y entonces enseguida, como soy estudiosa del misticismo y es lo que más me interesa en el tema de la espiritualidad lo abordé”, comparte.

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La escritora recuerda que durante su encuentro se retiraron a unos jardines apacibles y que ella le hizo ver que, en ese libro, cuando se refería a un alma estaba hablando de él mismo.

“Cuando te refieres a un alma estás haciéndote eco de Santa Teresa, que te dice que la experiencia muchas veces le pasó a un alma a otra persona como si no fuera ella y yo sospecho que eso te pasó a ti. Tú quieres que hablemos de esto y entonces Ernesto, con mucha humildad, bajó la cabeza y me dijo sí y a partir de ahí comenzó la conversación de ida y de vuelta que no cesó hasta la mismísima muerte de Ernesto”, resalta.

DESCIFRANDO A ERNESTO CARDENAL

Asimismo, López-Baralt siguió desde ese momento descifrando la poesía cardenalicia y “él poco a poco se fue acostumbrando más bien a la idea de manifestar este aspecto de su alma, entonces cuando escribe otro de sus libros, El periscopio en la noche oscura, él pensaba que eso iba a ser parte de otro libro, pero como me daba todo a leer, todos sus inéditos yo se lo leí y le dije, mira Ernesto aquí veo que repites tu encuentro con Dios, tu experiencia mística y esto en vez de incluirlo  en el Cántico cósmico debería ser un libro aparte y con un prólogo tuyo que explique y entonces él me dijo ni ante un paredón de fusilamiento yo prolongaría este libro, prologalo vos”.

Así ella hizo el prólogo en el que asegura “pude decir las cosas que él no hubiera dicho” y notó en libros sucesivos que volvía al relato de la experiencia mística y “entonces lo que voy a hacer para agradecer el premio es hablar justamente de lo que teníamos en común él y yo el vínculo más profundo que fue el de la espiritualidad desde la experiencia mística”.

Para ella, Cardenal es uno de los grandes escritores en lengua española del siglo 20 andando al 21, por ello recibió el premio Reina Sofía en España como tal toda Hispanoamérica “lo reconocemos también, de manera que creo que es una honra para Nicaragua tener un poeta de este calibre y seguiremos entendiendo con los años cada día más”.

PRESERVAR EL LEGADO DE ERNESTO CARDENAL

Ella está contenta con el hecho de que exista la Fundación Internacional Ernesto Cardenal, a pesar de que por obvias razonas no pueda operar desde Nicaragua, y asegura que tanto Óscar de Baltodano como Luz Marina Acosta están haciendo lo correcto para preservar el legado del gran poeta nicaragüense.

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“Creo que están haciendo una obra muy buena, porque cuando muere un poeta de un país que tiene las circunstancias difíciles hay que mantener viva esa memoria. Yo sé que las personas que son legatarias artísticos o intelectuales de una de las figuras tienen ese deber de mantener viva la memoria”, señaló.

La entrega del Premio “Ernesto Cardenal” se celebró este 12 de mayo, en Casa de América, en la ciudad de Madrid.