Ortega arremete contra la virgen de Cuapa, como en la década de los 80

Daniel Ortega ordenó encerrar a la Virgen de Cuapa, en una nueva ola represiva contra la Iglesia católica de Nicaragua. El mensaje de paz de María ha sido incómodo para el dictador desde la década de los 80.

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  • abril 28, 2023
  • 10:46 AM

El presbítero Almer Moncada, rector del Santuario Nacional de la Virgen María de Cuapa, anunció que "por motivos ajenos a nuestra voluntad" suspendió la vigilia y la procesión en honor al 43 aniversario de las apariciones de la Virgen previstas para el próximo 7 de mayo.

En lugar de ello, únicamente se celebrará la Santa Misa a las 11:00 de la mañana, como es la costumbre. Y al día siguiente, 8 de mayo, se realizará la Solemnidad en honor a la Virgen de Cuapa, a la misma hora. La decisión del régimen supone un fuerte golpe al catolicismo debido a la que las apariciones de Cuapa son una de las actividades marianas más relevantes en Nicaragua.

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La restricción es parte de la guerra de Ortega contra la Iglesia a la que le ha impedido las celebraciones religiosas. Las procesiones de Semana Santa fueron canceladas en casi todo el territorio nacional, algo que los expertos culturales consideran un atentado contra el acervo cultural y la religiosidad del país.

La Virgen de Cuapa apareció por primera vez en Nicaragua el 15 de abril de 1980, en la comunidad campesina de Cuapa, en Chontales, al vidente Bernardo Martínez, en un momento en que la Iglesia católica ya estaba siendo perseguida por el régimen sandinista de esa década, que presidía Daniel Ortega. A los sandinistas les incomodó el mensaje de paz de la representación divina.

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En aquellos días, los sandinistas trataban de crear una iglesia popular en Nicaragua, separada de la de Roma que dirige el Papa. En total, la Virgen se le apareció al vidente Bernardo en cinco ocasiones y el mensaje que le dejó fue que los nicaragüenses rezaran a diario del Santo Rosario en familia y a una hora fija, por la paz y el cambio personal del pueblo nicaragüense, para que no hubiera más sufrimientos.

Las apariciones de Cuapa son reconocidas por la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) y el lugar de las apariciones es un Santuario Nacional que fue indulgenciado durante el jubileo del año 2000.

LA PERSECUCIÓN A BERNARDO

Bernardo le contó al sacerdote Jorge Rodríguez sobre las apariciones, advirtiéndole que no podía revelar todo lo que le dijo María.

Cuando el obispo de Juigalpa, monseñor Pablo Antonio Vega, se enteró de las apariciones, autorizó a Bernardo a revelar el milagro y muchedumbres de romeros empezaron a acudir a Cuapa, entre ellos tres funcionarios del régimen sandinista, quienes le ofrecieron gratis una hacienda de buenas tierras, con ganado.

La condición era decir que la Virgen era sandinista. Bernardo les explicó que él no podía faltar a la verdad. Los funcionarios insistieron y dijeron que bastaría con que omitiera que era antisandinista. Bernardo contestó: “Yo no puedo traicionarla”.

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Entonces, los medios oficiales, como Barricada y la televisión sandinista, iniciaron una campaña acusándolo de loco, histérico y alucinado. Una mujer llamada Sandra, comenzó a rondarlo y a susurrarle al oído concupiscencias como “quiero verte a medianoche”.

Los fieles católicos que protegían a Bernardo descubrieron fotógrafos al acecho. Una mañana la Policía Sandinista invadió su casa y trató de secuestrarlo. Pero los devotos que dormían en la casa de Bernardo, se les enfrentaron. La Iglesia, para resguardarlo, trajo a Bernardo al Seminario donde se dedicó a cuidar el jardín y deleitaba con sus relatos a los seminaristas.

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