Mata denuncia abuso policial tras detención del cura de El Jícaro

“Denuncio las arbitrariedades de esta detención. La institución policial ha de responsabilizarse por estos abusos de autoridad”, señaló el religioso.

El obispo de la Diócesis de Estelí, monseñor Abelardo Mata, denunció este domingo la ilegal detención que sufrió el reverendo Alcides Peña, de la parroquia El Jícaro, Ocotal, por parte de la Policía Orteguista, que lo acusó de alterar 31 veces el orden público. “En estos hechos se han violentado, una vez más, los derechos humanos elementales y el debido proceso, tal como lo estipula la Constitución Política de la República”, dijo el prelado, férreo crítico de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

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El sacerdote estuvo detenido en las celdas de la Policía en Ocotal desde las 7:00 p.m. del 7 de diciembre  hasta la mañana de hoy. Peña fue secuestrado cuando regresaba del puesto fronterizo La Manos.  “Denuncio las arbitrariedades de esta detención. La institución policial ha de responsabilizarse por estos abusos de autoridad”, dijo Mata en un comunicado de prensa divulgado por  Diócesis del Norte de Nicaragua.

El jerarca católico pidió respeto a la labor pastoral que el padre Alcides Peña está desempeñando en esta diócesis. A la vez catalogó como inaceptable  “cualquier acto de hostigamiento y persecución en contra de quien ha consagrado su vida al servicio de Jesucristo, razón por la cual no se pueden silenciar los abusos y violaciones a los derechos fundamentales de nuestro pueblo, en este caso a la libertad religiosa”.

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Según la Policía, el padre Alcides, perteneciente a la congregación de hermanos Josefinos, alteró el orden público dentro de su mismo templo. Mata en su comunicación dijo que en el día en que los nicaragüenses celebran La Purísima apela a los valores que dan identidad como pueblo, especialmente la fe, “para dirigirme a cada agente policial; piensen en el bienestar de sí mismo, de sus familias y de su pueblo.

Además, mencionó que el padre Alcides recordó a la Policía su “cometido, lo cual no es un delito. Al contrario, es un imperativo para que reorienten sus acciones a favor de los indefensos y oprimidos”. El cura de El Jícaro denunció que durmió en el suelo, aguantó hambre y sed, y se le decomisó su teléfono móvil.

“No se dejen manipular por quienes no desean su bien, sino que solo los emplean como títeres para perpetuarse en el poder. No renuncien a su fe. Caminen siempre de la mano del señor para buscar su salvación” llamó Mata.  En su comunicación, también recordó que desde el 18 de abril de 2018 la Policía l ha renunciado a su misión de proteger al pueblo que exige justicia, paz, libertad y verdad.