La dictadura de Nicaragua rompe relaciones diplomáticas con la Santa Sede

Daniel Ortega ordenó el rompimiento de las relaciones diplomáticas de Nicaragua con la Santa Sede, dos días después de que el papa Francisco criticó abiertamente a la “dictadura”, habló de un “desequilibrio de la persona que dirige”, en referencia al dictador y lo comparó con Hitler.

Fuentes diplomáticas en Roma confirmaron a Confidencial que la representante del Gobierno de Nicaragua ante la Santa Sede comunicó “verbalmente” la ruptura de relaciones en la Secretaría de Estado del Vaticano, aludiendo a las declaraciones del Papa.  

De momento, no hay una comunicación oficial de parte de Managua o El Vaticano. De acuerdo con la fuente diplomática de Confidencial, “al representante de la Nunciatura en Managua le dieron una semana para irse del país”.  

Tras la expulsión del Nuncio en marzo del año pasado, la Nunciatura en Managua quedó al frente del secretario, monseñor Mbaye Diouf. 

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El rompimiento de las relaciones diplomáticas llega exactamente un año después de que la Santa Sede confirmó la expulsión del Nuncio Apostólico en Managua, monseñor Waldemar Stanislaw Sommertag.  Las relaciones diplomáticas entre Nicaragua y la Santa Sede datan de 1908.  

LAS DECLARACIONES DEL PAPA

En una entrevista publicada el pasado viernes por Infobae, el papa Francisco rompió el protocolo de la diplomacia al referirse por primera vez a Daniel Ortega como un dictador. Sus acciones -dijo el jerarca- revelan que tiene algún “desequilibrio”. 

El Jefe del Estado Vaticano se refirió también al encarcelamiento del obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, y confirmó que purga ese castigo porque “no aceptó el exilio”. Se refirió al obispo como un hombre “muy serio y capaz”.  

Francisco comentó que el régimen que Ortega ha instaurado en Nicaragua solo es comparable a las dictaduras comunistas y a la que lideró Adolfo Hitler, las cuales causaron muertes, exilio y encarcelamiento en Europa. 

“Con mucho respeto, no me queda otra que pensar en un desequilibrio de la persona que dirige (Daniel Ortega)”, respondió el Papa al ser preguntado sobre los ataques de Ortega a la Iglesia católica y en particular al Vaticano a la que ha acusado de ser una mafia.