La estocada de Ortega al Cosep demuestra que “de nada sirve quedarse callado”, dicen opositores  

Daniel Ortega terminó este lunes su relación con los empresarios nicaragüenses, la cual transitó por una luna de miel que comenzó apenas recobró el poder en 2007 y que se fracturó en abril de 2018.

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  • marzo 07, 2023
  • 03:33 AM

Daniel Ortega puso punto final a su relación con la empresa privada disolviendo su estructura greminal bajo una figura que los deja frente a la amenaza de la confiscación de sus bienes. Analistas opinan que el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) paga cara la postura titubeante que tuvo frente a las violaciones a los derechos humanos en Nicaragua en su intento por sobrevivir a la política de venganza desplegada por el orteguismo.

La cancelación de la personería jurídica del Cosep y de sus 18 cámaras demuestra que el régimen Ortega-Murillo está “empeñado en destruir todos los sectores de la sociedad” nicaragüense y que “quedarse callado ante los abusos de la dictadura no sirve de nada”, coinciden analistas políticos y opositores consultados por DESPACHO 505.

“La reflexión es que esta dictadura está empeñada en destruir a todos los sectores de la sociedad, todo el tejido social, empresarial, político, organizaciones de la sociedad civil, el tejido religioso, y que quieren quedar como la única estructura orgánica en el país”, manifestó Jesús Tefel de la opositora Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB).

En una declaración oficial la organización condenó la medida adoptada por el régimen y advirtió sobre los efectos económicos negativos que tendría al golpear al sector de productores, de la industria y de las finanzas en el país.  

“La dictadura viola una vez más el derecho a la libre organización y profundiza la crisis que vive Nicaragua con todas las consecuencias económicas y sociales que eso conlleva”, denunció la UNAB.

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Por su parte, la feminista Ana Quirós, asegura que el régimen no se fija si la persona protesta o si se queda en silencio, pues “a la hora de volarse a la gente, se la vuela”.

“Levantes la voz o te quedes callado, como lo hizo la última directiva del Cosep, de nada le sirvió para seguir manteniendo su estatus como personas organizadas”, lamentó Quirós.

El Cosep, que entre 2007 y 2018 mantuvo entendimiento con el régimen para obtener beneficios económicos, tuvo su punto de ruptura con Ortega tras las protestas de abril de 2018.

El régimen encarceló a siete personas vinculadas al Cosep, entre ellos a dos de sus últimos presidentes, José Adán Aguerri y Michael Healy.

Tras el encarcelamiento de Healy, César Zamora lo sucedió en la presidencia y se le ha señalado de guardar silencio ante los abusos del régimen. Sin embargo, este lunes fueron canceladas las personerías jurídicas del Cosep y de sus 18 cámaras.

NO TODOS SON IGUALES

Aunque a los empresarios se les critica porque en el 2018 no apoyaron un paro indefinido en contra de Daniel Ortega y Rosario Murillo, algunos consideran que no todos los empresarios son iguales.

“Es delicado meterlos a todos en un mismo bolsón, más cuando, de los que dieron la cara del gremio empresarial terminaron presos más de 600 días, Michael Healy, Álvaro Vargas, Luis Rivas, José Adán Aguerri”, comentó Jesús Tefel.

Tefel considera que los empresarios hicieron su gestión, aunque, en algunos casos, al calor de la lucha, había gente que querían que ellos dieran más.

“Con lo que ellos hicieron se ganaron más de 600 días en la cárcel y sufrieron las mismas consecuencias que los opositores políticos que más vocalmente denunciaban a la dictadura en redes sociales, en la calle, etcétera”, añadió Tefel.

En Nicaragua, dice, la mayoría de los empresarios, y más los pequeños, están bajo un terrorismo fiscal en el cual tienen dos alternativas nada más: “dejarse extorsionar por la DGI y la Alcaldía, o quebrar y cerrar su negocio”.

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Quien sí criticó fuertemente a los empresarios fue el ex precandidato presidencial Luis Fley, el comandante Johnson de la Contra, quien aseveró que los empresarios “se portaron blandengues” ante el régimen.

“Los empresarios son un poder en Nicaragua, tienen capacidad para paralizar un país si se lo proponen. Pero, ellos se portaron blandengues. Cuando les tocó defender la democracia, se portaron timoratos. Su actuar favoreció a la dictadura. Ahora la dictadura les pasó la cuenta”, expresó Fley, actualmente en el exilio.

Ana Quirós expuso que lo que le pasó ahora al Cosep debe ser una enseñanza para todos los nicaragüenses que aún creen que pueden estar bien en Nicaragua con solo “agachar la cabeza” y “aplaudir” lo que hace el régimen Ortega Murillo.

“Queda comprobado con el caso del Cosep, y de todas las cámaras, que de nada sirve quedarse callado”, concluyó.

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