La oposición resquebrajada de Nicaragua intenta resurgir para enfrentar a Ortega

Los principales líderes de la oposición de Nicaragua han vuelto. Algunos han empezado un periplo por organizaciones internacionales para denunciar las violaciones a los derechos humanos cometidas en su contra por el régimen de Daniel Ortega, pero muy poco hablan del camino que se debe seguir para que el país recupere la democracia. Hasta ahora, ni las sanciones ni la diplomacia han logrado hacer retroceder a Ortega en su deriva autoritaria y, según expertos, tampoco se espera que lo haga en el corto plazo. 

La liberación de 222 presos políticos, entre ellos exaspirantes presidenciales que punteaban en las encuestas, ha traído la esperanza de que se fragüe una estrategia para sacar a los Ortega - Murillo del poder. ¿Cuáles son los retos y qué tiene que hacer la oposición?, se pregunta un analista consultado por este medio y que a la vez se responde: “No cometer los errores que cometieron entre 2018 y 2021”. En esos tres años, las organizaciones opositoras se boicotearon unas a otras, y en más de una vez se acusó a Ciudadanos por la Libertad (CxL) de ser un obstáculo.

En el contexto que vive Nicaragua, el uso de fuentes anónimas es crucial para nuestra misión periodística. En este reporte hemos protegido la identidad de algunas personas para evitar que el régimen atente contra ellas. 

En el contexto que vive Nicaragua, el uso de fuentes anónimas es crucial para nuestra misión periodística. En este reporte hemos protegido la identidad de algunas personas para evitar que el régimen atente contra ellas. 

Si hay dos lugares en los que los líderes de la oposición lograron estar unidos fue en la cárcel y en el avión que los llevó al destierro en Estados Unidos, dice el experto en relaciones internacionales. En la cárcel de alguna manera se encontraron exdiplomáticos, académicos, campesinos, líderes estudiantiles, activistas de derechos humanos, feministas, empresarios. Algunos  no se conocían y exhibieron ciertas rivalidades antes de ser secuestrados por la Policía Orteguista.

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OPORTUNIDAD PARA LA UNIDAD

Un analista político, que pidió omitir su nombre por temor a represalias, señala que esa “convivencia” puede ser una “luz de esperanza” y que esas relaciones que entablaron en las duras condiciones del encierro puedan continuar ahora que están fuera para así superar el problema de falta de unión que existe en las fuerzas opositoras.

“Lo ideal y lo que yo desearía y soñaría es que de ese grupo de hermanos que estuvieron secuestrados salga una especie de liderazgo colectivo que convoque y logre reunir y coordinar a todos los sectores que se hacen llamar de oposición porque cada quien está siguiendo su propio rumbo” detalla un segundo analista consultado por DESPACHO 505. “Creo que lo más importante que podrían contribuir ahorita sería dar un ejemplo de unidad”, agrega. 

Para José Dávila, economista y exdirector ejecutivo de la Alianza Cívica por la Justicia y Democracia (ACJD), en Nicaragua ha comenzado una nueva etapa de lucha contra Ortega ya que los sectores de la oposición se han “potenciado y fortalecido” con la liberación, aunque sea en el exilio, de los líderes políticos excarcelados.

Dávila espera que estos liderazgos retomen sus actividades con “nuevas visiones” una vez que regularicen su situación migratoria y personal. 

“Yo creo que es necesario construir una confluencia integral de todos los sectores políticos y sociales que quieren libertad, democracia y justicia para Nicaragua”, agrega Dávila, pero además expone que Ortega optó por el camino de profundizar la dictadura en lugar de brindar una apertura democrática al país.

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“Y el advenimiento de la democracia es un hecho histórico inevitable, pero hay que construir la alternativa, y que el pueblo y la comunidad internacional vean claramente que hay opción democrática de sustitución del actual régimen autoritario”, menciona Dávila. Otros expertos ven un escenario complejo para los líderes de oposición dado que muchos están esparcidos por diferentes territorios. Ahora Estados Unidos se ha convertido en centro de la oposición. Recientemente, algunos políticos se reunieron con el secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, y el secretario de Estado de Estados Unidos Antony Blinken, por mencionar. 

Antes de que el régimen decidiera excarcelar a 222 presos políticos, la oposición vivía un letargo. La percepción de los expertos era que estaba viviendo un fracaso y no tenía ninguna incidencia en la comunidad internacional. Y los pocos liderazgos que había no tenían eco, eran desconocidos con organizaciones sin trascendencia política. Ahora la situación puede cambiar con la liberación de Juan Sebastián Chamorro, Félix Maradiaga, Cristiana Chamorro, y otros jóvenes como Max Jérez y Lesther Alemán o el campesino Medardo Mairena.

¿QUÉ LECCIONES APRENDIÓ LA OPOSICIÓN?

Dávila considera que una de las primeras lecciones que han aprendido los sectores que adversan a Ortega es que están frente a un régimen capaz de todo, en su afán de retener el poder. Capturó a opositores, los sometió a juicios ilegales, a tratos crueles y degradantes durante el encierro y hasta condenó sin un juicio previo a 26 años de cárcel al obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez. Es decir, Ortega es implacable.

“Se cometieron errores en la oposición que no deben repetirse como los debates ideológicos innecesarios, cuando la lucha es dictadura o democracia, y sólo en democracia es que podremos enarbolar nuestras banderas ideológicas dentro del pluralismo. Los protagonismos exacerbados, las ambiciones políticas desmedidas, y no haber presentado de una manera convincente el proyecto democrático que quiere la población y necesita del país, son errores que se cometieron. Urge un liderazgo ético, creíble y convincentemente comprometido con la democracia”, cuestiona Dávila.

Mientras que el analista político, que habló bajo anonimato, considera que los opositores que no fueron apresados aprendieron poco, ya que todavía no cuentan con una estrategia común. Además, se han hecho pocos esfuerzos sinceros y reales para lograr la unidad. “Cada grupo muestra que tienen un pedazo de la verdad y los otros tienen que desaparecer o no tienen derecho a participar y mientras eso no cambien no avanzará”, agrega.

CxL FACTOR DE DIVISIÓN

El analista experto en relaciones internacionales apunta a Ciudadanos por la Libertad como la agrupación que puede torpedear la unidad poniendo como traba el tema ideológico. De hecho, recuerda, Kitty Monterrey de la Alianza Ciudadana se negó a establecer una unidad con la Coalición Nacional, hoy casi extinta también. Ante ese panorama, los ciudadanos opositores quedaron desmoralizados y desmotivados, a medida que la represión arreciaba en el territorio nacional. “Ahora es imposible movilizar a las bases”, agrega. 

“Yo coincido con muchos que insistir en unidad si esto significa formar una nueva gran plataforma tipo Coalición Nacional o Unidad Azul y Blanco de 2018, eso se ve como muy difícil, seguir insistiendo en eso puede ser un error, en este momento se trata de reconocer las diferencias que tenemos”, expone, por su parte, otro analista político. 

También plantea que hay que reconocer que la oposición enfrenta debilidades como la falta de voz del sector privado, y la existencia de tantas organizaciones.

Pero Dávila cree que es necesario construir “una confluencia integral” donde participen todos los sectores políticos y sociales que quieren que Nicaragua se enrumbe por la senda de la democracia, es por eso que  propone construir una “alternativa, y que el pueblo y la comunidad internacional vean claramente que hay opción democrática de sustitución del actual régimen autoritario”.

“Considero que la oposición ha estado en comunicación permanente, y con el plus (el agregado) que simbolizan los excarcelados, veo venir un replanteamiento de la lucha por establecer en Nicaragua un sistema democrático que genere de futuro paz, tranquilidad y desarrollo para todos los nicaragüenses”, valora Dávila.

MAYO ES UN MES CLAVE

La pregunta es cuándo los líderes empezarán a trabajar en esa ansiada unidad, menciona otro especialista. De momento, los principales opositores se encuentran estableciéndose en algunos países y regularizando su situación migratoria. “Creo que a mayo podríamos tener una idea clara de lo que pretenden hacer las fuerzas de oposición”, agrega. 

Los expertos consultados creen que la oposición tiene una ingente tarea de cara a Ortega y no se puede esperar a que llegue 2026, como lo planteó Humberto Ortega, hermano del dictador quien dijo que la excarcelación “cerró la coyuntura de 2018” y que ahora se abre una nueva de cara a un proceso electoral que se realizaría en tres años. 

Un analista político es del criterio que ahora  la oposición no está en condiciones de analizar escenarios y prueba de ello es que nadie se ha pronunciado sobre la propuesta del general en retiro. “En esa entrevista con el periodista Andrés Oppenheimer, Humberto planteó un escenario que le interesa a él, a su familia, al sandinismo”, considera. 

“Ya vimos que todos están escandalizados, pero nadie ha presentado un calendario alternativo, seguimos soñando que alguien nos va a solucionar el problema o que Ortega va a desaparecer mágicamente y vamos a tener elecciones libres y democráticas sin Ortega. Ese es un deseo que está lejos de la realidad y de las posibilidades si no no hay una fuerza de oposición que cree las condiciones para que eso ocurre”, opina el analista.

Por eso plantea la necesidad de tender puentes, abrir espacios para conversar sin descalificaciones, algo que será difícil, pero que es necesario para salir de la dictadura. Si eso no ocurre, la oposición seguirá tropezando con la misma piedra, que son los errores del pasado. “El futuro del país está en juego”, agrega.