España demuestra “alto nivel de malestar” con el régimen

Josep Borrell ha llamado a consultas a su embajadora en Managua, tras rechazo de Ortega a visita de un alto funcionario español. “Esta es una medida de protesta enérgica”, dicen fuentes diplomáticas.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de España ha respondido a  la negativa de Daniel Ortega de dejar entrar a territorio nacional al Secretario de Estado para Iberoamérica, Juan Pablo de Laiglesia, con un llamado a consultas a su embajadora en Managua, María del Mar Fernández-Palacios. Esta medida es vista por fuentes diplomáticas como una expresión “enérgica de rechazo” de Madrid  a la decisión del régimen.

Este miércoles, la diplomacia española ha emitido un comunicado para informar que ha convocado a su embajadora con el objetivo de analizar “la situación de la relación bilateral con Nicaragua”. Ortega ha negado tres veces la visita de un alto cargo español. “El Secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica y el Caribe se ha reunido con el embajador de Nicaragua, Carlos Midence, para trasladarle el malestar del gobierno español”, informó.

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Fuentes diplomáticas han dicho a Despacho 505 que esta decisión de España es una medida previa al rompimiento de relaciones entre dos gobiernos, y constituye un alto nivel de malestar por el tratamiento que Nicaragua dio al funcionario diplomático. “Con la llamada a consultas, España ha manifestado su más enérgico rechazo por la decisión tomada por Ortega”, dice.

DIFICULTA COMUNICACIÓN

En el documento difundido hoy, España menciona que ha mantenido, históricamente, unas buenas relaciones con Nicaragua. “La decisión del Gobierno de rechazar, por tercera vez, una visita de alto nivel, dificulta la mutua interlocución”, agrega el comunicado del Ministerio, dirigido por Josep Borrel. “La visita se planteó, en todo momento, con un enfoque constructivo y con la voluntad de contribuir a la búsqueda de una solución a la crisis”.

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Exteriores de España ha reiterado su llamamiento a que cesen los actos represivos contra la población nicaragüense, se restituyan y garanticen los derechos de manifestación, expresión y prensa de conformidad con la constitución nicaragüense y se recupere la negociación política basada en el respeto de los derechos humanos y los principios democráticos.

El ejecutivo de Pedro Sánchez ha mencionado que después de más de año y medio desde que estallaran las primeras manifestaciones en Nicaragua y se desencadenara una profunda crisis política, la situación continúa deteriorándose, incluso recuerda los episodios recientes del régimen contra la iglesia Católica y los ciudadanos opositoras.

“En los últimos días, el país está conociendo un recrudecimiento de la represión por parte de las fuerzas policiales y parapoliciales contra familiares de manifestantes presos que reclaman su libertad, así como episodios violentos y asedios tanto a la Iglesia de San Miguel, en la ciudad de Masaya, como a la Catedral Metropolitana de Managua”, agrega el comunicado.