Ortega recordó su época de reo político: "Nos tenían aislados, no podíamos ni sentarnos, no se podía dormir porque había un zancudero"
En la conmemoración de los 50 años del terremoto, el dictador tildó a Europa como "la madre maldita de la esclavitud", defendió el armamento atómico, habló de nazismo y le tiró indirectas a Dennis Martínez
- diciembre 23, 2022
- 05:02 PM
- Despacho 505
- Copyright Despacho 505
Daniel Ortega conmemoró los 50 años del terremoto de 1972 y, como en ese momento era prisionero político de la dictadura somocista, aprovechó para contar detalles de situaciones que vivía y que son similares a las que él ahora utiliza para quebrantar a los prisioneros políticos de su régimen.
"Nosotros casi no dormíamos, porque (estaba) prohibido apagar la luz..., no se podía dormir porque había un zancudero. No he visto zancudos más grandes como los que hay en la zona de Tipitapa (en la cárcel Modelo), imposible dormir", relató Ortega.
En su discurso, Ortega pidió un minuto de silencio por las víctimas del terremoto y también por hija de Sandino, Blanca Sandino, quien falleció este viernes 22 de diciembre.
Posteriormente, Ortega habló de que el nazismo aún existe en Europa y en Estados Unidos y que, si Ucrania le gana la guerra a Rusia, el nazismo se va a imponer en todo el mundo.
Lea más: Otra Navidad con presos políticos en Nicaragua y el régimen no da señales de querer liberarlos
Asimismo, mencionó el derecho que tienen los países de armarse con armas atómicas “en defensa propia”. "Si todos los países que estamos actualmente, aquí en América Latina y el Caribe, bloqueados, sancionados por los Estados Unidos, tuviésemos armas atómicas, otra sería la situación, porque aquí estamos cerquita de los Estados Unidos", mencionó.
Los terremotos de 1968 y el de 1972
Ortega recordó que él estaba preso cuando ocurrieron los terremotos de 1968 y de 1972, aunque, como ya es su costumbre, cambia las fechas, y dijo que el primero había ocurrido en 1967.
“Nos encontrábamos en la cárcel, en horas de la madrugada de hoy 23, recuerdo que estaba en la celda, nos tenían aislados, con 10 celdas de por medio, en cada celda un prisionero sandinista, era de dos pisos la galería. Una enorme galería. En la celda estaba escrito el reglamento, que había sido fruto de los estudios que había tenido el comandante de la cárcel y otros oficiales, que habían estudiado en España, en la España de Franco. Qué decía el rotulito: prohibido hablar, prohibido silbar, prohibido cantar, tiene que permanecer de pie a la vista de los guardias que se paseaban observando que estuviéramos cumpliendo con las normas ahí establecidas”, explicó.
Y siguió narrando: “Celdas en las que había un camarote, y prohibido sentarse, no podíamos ni sentarnos en el camarote ni en el piso, no podíamos hablar con los otros compañeros a gritos, que queríamos hablar inmediatamente nos reprimieron, nos golpearon, nos metieron, al lado de cada celda hay una puerta, se abre la puerta, y ahí están los tubos, un lugar estrecho, ahí nos metían, ahí no podíamos movernos, eran las celdas de castigo que tenían”.
El dictador mencionó que se fue haciendo amigos de algunos guardias, a quienes convencía explicándoles su realidad social y a quién le servían. “Algunos fueron cobrando conciencia. Nos permitieron sacar mensajes para los compañeros que estaban en la clandestinidad aquí en Managua. Estaba un policía, guardia, ya era hora de dormir, 12 de la noche, nosotros casi no dormíamos, porque también prohibido apagar la luz, no se podía dormir porque había un zancudero, no he visto zancudos más grandes como los que hay en la zona de Tipitapa, entonces, imposible dormir. Exigíamos que nos permitieran mosquiteros, no los permitían. A veces, para poder dormir un poco, nos metíamos debajo del catre, para protegernos de los zancudos, pero ahí nomás nos estaban sacando los guardias”, dijo.
Lea más: Fallece hija del general Augusto C. Sandino, Blanca Segovia Sandino
Ortega narró lo que hacía en el momento exacto en que ocurrió el terremoto de 1972:
“Y esa madrugada del 23, yo estaba leyendo y de repente noto que las luces tomaron una fuerza superior a la normal, y luego se apagaron. En ese momento, escuché un bugido. ¿Qué será? Después del bugido, empezó a temblar. En Tipitapa se sintió fuerte el terremoto. Y el pobre policía (que los cuidaba), pegó carreras hacia la puerta gritando que le abrieran. Pero los soldados que estaban ahí, que podían abrirle, ya habían salido en carrera. Y los reos comunes pegaban gritos que los sacaran. El soldado que no le abrieron, porque ya no había nadie, se tiró de rodillas y empieza con el Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, es la invocación popular en situaciones terribles como esa”, manifestó.
Ortega recordó que su esposa Rosario Murillo “vivió en carne propia” el terremoto de 1972, pues su hijo de un año murió en su casa de dos pisos en el barrio San Antonio, una de las zonas más afectadas. La madre de Rosario, Zoilamérica Zambrana, por proteger al niño, lo llevó al piso de abajo y la casa le cayó encima.
No era el primer terremoto que Ortega vivía como prisionero, pues, estado en la cárcel de La Aviación, ocurrió el terremoto de enero de 1968, conocido como el de la Centroamérica.
“Me habían traslado primero a La Aviación, y con ese terremoto, nosotros estábamos durmiendo en el piso en una celda donde estábamos 140, la mayoría delincuentes comunes, después habían camarotes, y había que pagar para tener derecho en el camarote. Y en los camarotes los presos cruzados como sardinas, se acomodaban seis, y ganaba más el preso antiguo, que era el que administraba el negocio dentro de la celda. Nosotros en el piso nos poníamos un pañuelo en los ojos, para poder dormir, porque nos daba la luz de frente. Ahí estábamos con Ricardo Morales y de repente empieza el temblor. Empieza a cobrar una fuerza, y los que estaban en los camarotes se tiran al piso a aplastarnos a los que estábamos en el piso. Y unas enormes vigas que había en La Aviación, en techo de tejas, entonces las vigas se iban aflojando. El terror era mayor, parecía que las vigas se desprendían y aplastaban a todo el mundo”, relató Ortega.
"Europa es la madre maldita de la esclavitud"
El dictador nicaragüense se acordó de las sanciones que le han impuesto Estados Unidos y Europa y arengó contra ellos.
De Europa dijo que solo en lugar así podía salir Hitler, el líder nazi de Alemania que desató la Segunda Guerra Mundial.
"Todos esos países europeos, fariseos, tienen el pecado mortal de haber desatado guerras entre ellos mismos, disputándose el dominio del planeta. Y en esas matanzas entre ellos mismos, de ellos mismos, de sus entrañas envenenadas, era natural que saliera el nazismo. Eran normal que saliera un Hitler, que fue aplaudido por los grandes empresarios norteamericanos", indicó.
Mencionó que el nazismo no desapareció con la derrota de Hitler, sino que se multiplica hasta el día de hoy y eso explica la guerra actual entre Rusia y Ucrania, de la cual señala que está dominado por el nazismo y por eso Rusia tiene que defenderse.
"Si Ucrania se impusiera en esta batalla, el nazismo se impone en el mundo, donde incluso en Estados Unidos tenemos también enormes manifestaciones de nazismo", expresó.
Ortega terminó esta parte de su discurso atacando a Europa.
"Los santos europeos les pusieron las cadenas a seres humanos en África y los convirtieron en esclavos. Europa es la madre maldita de la esclavitud. Y traficaron con los esclavos, hicieron negocios con los esclavos, era como andar vendiendo lampazos. Lo que llaman la cuna de la democracia, esclavista. La otra cuna de la democracia, Francia, esclavista", esgrimió.
A los Estados Unidos también los atacó diciendo que son el único país en la historia en usar bombas atómicas.
Se quejó de que las bombas lanzadas contra las ciudades japonesas Hiroshima y Nagasaki, al final de la Segunda Guerra Mundial, no sirvieron para que las Naciones Unidas impulsaran la prohibición de estas armas, aunque las Naciones Unidas fueron organizadas tres años después, en 1948, y las bombas fueron lanzadas en 1945.
Según Ortega, no es justo que a algunos países se les sancionen por querer contar con armas atómicas para defenderse y los justificó diciendo que lo hacen para defenderse, para que no les pase lo mismo que a Hiroshima y Nagasaki.
"Un tema de legítima defensa, y lo dije en Naciones Unidas, igual derecho tenemos todos de buscar el arma atómica para poder defendernos, y no podía ser el arma atómica un derecho exclusivo de los poderosos, los ricos, los imperialistas. Si todos los países que estamos actualmente, aquí en América Latina y el Caribe, bloqueados, sancionados por los Estados Unidos, tuviésemos armas atómicas, otra sería la situación, porque aquí estamos cerquita de los Estados Unidos", agregó.
Roberto Clemente y Fidel Castro
Daniel Ortega se refirió a que, tras el terremoto de 1972, dos personajes ayudaron a Nicaragua, el dictador cubano Fidel Castro y el pelotero puertorriqueño de Grandes Ligas, Roberto Clemente.
Recordó que en ese momento Nicaragua no tenía relaciones con Cuba.
"¿Qué podía esperar Fidel de Somoza?, si Somoza había participado entrenando mercenarios aquí en la costa del Caribe, para la invasión a Cuba, si Somoza había llegado donde los mercenarios cubanos, cuando ya iban a partir, y les dijo: quiero que me traigan un pelo de la barba de Fidel. Y aquellos haciendo chacota, que le iban a pedir la barba completa. Por eso cuando Fidel viene aquí, de visita a Nicaragua, el primer año del triunfo de la revolución, Fidel conocía de esa anécdota, la comentó. Aquí me tienen con mi barba completa, para el pueblo de Nicaragua, así lo dijo Fidel", rememoró.
Castro envió una brigada médica a Nicaragua y Somoza no pudo impedir su llegada por lo difícil de la situación, explicó Ortega.
Sobre Roberto Clemente, Ortega mencionó que el pelotero ya había estado en Nicaragua y se encariñó con el pueblo, por lo que, cuando se enteró del terremoto, recogió ayuda y decidió entregarla en persona, porque escuchó que Somoza se estaba robando la ayuda que llegaba a Nicaragua. Sin embargo, murió el 31 de diciembre de ese 1972 cuando cayó al mar el avión en el que se dirigía a Managua.
"Claro que le vamos a hacer el homenaje a Clemente, el próximo viernes 30 de diciembre. Se lo vamos a hacer el homenaje a Clemente en el estadio Soberanía", manifestó Ortega, en alusión al estado al que le acaba de cambiar el nombre, que antes se llamaba Dennis Martínez, en honor al exgrandes ligas nicaragüense.
Martínez ha criticado la represión de Ortega desatada desde 2018 y por eso el dictador, sin mencionarlo, se refirió a él diciendo que "le dio la espalda al pueblo".
"Él (Roberto Clemente) es el de esa frase, que yo la mencioné en la reunión del Alba allá en Cuba: No me estés repitiendo lo que hiciste ayer bien, repetime lo que estás haciendo ahora bien, y que vas a hacer mañana bien, porque cuánta gente hizo el bien ayer, aquí mismo en Nicaragua, hizo el bien ayer, y después le dio las espaldas al pueblo, le pegó la puñalada al pueblo. Los seres humanos valen por hacer el bien de manera permanente", fue su indirecta a Martínez.