Una corte salvadoreña envía a juicio al expresidente Funes y ordenará su detención
La Fiscalía señaló que de acuerdo a sus investigaciones Funes otorgó beneficios a pandilleros que se encontraban en prisión, entre ellos el traslado de líderes de la pandilla del Centro Penal de Zacatecoluca a centros penitenciarios de menor seguridad.
- noviembre 30, 2022
- 01:15 PM
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Una corte de Instrucción de El Salvador envió este miércoles a juicio al expresidente Mauricio Funes (2009-2014) por la tregua que supuestamente impulsó su Gobierno con las pandillas entre 2012-2014, y girará orden de captura contra el exmandatario.
El Centro Judicial informó que el Juzgado Especializado de Instrucción A-1 de San Salvador instaló hoy una audiencia preliminar contra Funes, que obtuvo la ciudadanía nicaragüense y enfrenta dicho proceso penal en calidad de ausente.
El exmandatario es acusado de los delitos de agrupaciones ilícitas e incumplimiento de deberes.
El juzgado, indicó la fuente, ordenó apertura a juicio contra el expresidente, ratificó la detención provisional porque "existe fuga y evasión del imputado para que responda ante la justicia salvadoreña", lo declaró rebelde y girará orden de captura, tal como lo establece las reformas al Código Penal.
El 21 de septiembre pasado, la Asamblea Legislativa de amplía mayoría oficialista aprobó reformas al Código Procesal Penal y habilitó a los tribunales para que puedan concluir un proceso en ausencia de los imputados.
Una de las reformas señala que "la audiencia preliminar se realizará a pesar de la incomparecencia del imputado sin justa causa". Antes de la reforma, no se podía avanzar más allá de la etapa de instrucción sin la presencia de los acusados.
PACTO ENTRE LAS PANDILLAS
Entre 2012 y 2014, las pandillas Mara Salvatrucha (MS13), Barrio 18 y otras minoritarias mantuvieron un pacto de no agresión para reducir las cifras de homicidios respaldado por el Gobierno y que, según la Fiscalía, estipulaba favores para estas bandas.
Esto supuestamente incluía beneficios carcelarios para los líderes presos, inversión pública en las comunidades bajo su control y una menor presencia de las fuerzas de seguridad.
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El expresidente Funes negó, tras declarar en la Fiscalía en 2016, que su Gobierno haya dado prebendas a líderes de pandillas encarcelados a cambio de una disminución de los homicidios y dijo que el papel de su Ejecutivo fue el de acompañante del proceso.
No obstante, en el juicio contra los operadores de la tregua el general David Munguía Payés, ministro de Seguridad en la época de la tregua, declaró como testigo y cambió la versión oficial al señalar que el armisticio fue una política de gobierno de "pacificación".
Tras el fracaso de la tregua, las cifras de homicidios se duplicaron en El Salvador en 2014, se dispararon a 103 por cada 100.000 habitantes en 2015 y bajaron a 81 en 2016.