El Teatro Nacional Rubén Darío será un ente autónomo bajo el control del Ejecutivo

El Teatro Nacional Rubén Darío fue convertido en un ente descentralizado bajo la tutela del Ejecutivo. Es una iniciativa de Daniel Ortega enviada el martes al Parlamento, en la cual plantea dar rango de ministro al director o directora del edificio.

La iniciativa enviada con carácter de urgencia por el dictador fue aprobada este miércoles por los 91 diputados de la Asamblea Nacional.

La iniciativa denominada Ley del Teatro Nacional Rubén Darío, consta de 12 artículos, y plantea que teatro esté bajo la rectoría de la Presidencia de la República, y tenga autonomía técnica y administrativa, personalidad jurídica y patrimonio.

Ortega argumenta que el Teatro debe de estar al servicio del arte y la cultura nacional y universal “y tiene como finalidad principal, la función educativa y cultural; mediante la promoción de nuestros valores culturales, rescatando el principio de identidad nacional de nuestro pueblo”.

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No obstante, el texto establece restricciones sobre su uso que dejan un margen a la discrecionalidad, ya que prohíbe el uso de las instalaciones para actividades que “desvirtúen la finalidad para la cual ha sido creado”.

También prohíbe la explotación comercial de las imágenes del Teatro sin previa autorización de la Dirección Superior.

DIRECTOR DEL TEATRO VIGILARÁ CADA ESPECTÁCULO

La iniciativa establece que el director del Teatro Nacional Rubén Darío será nombrado por el presidente de la República. Este tendrá la representación legal de la institución con las “facultades propias de un apoderado general de administración”. El cargo actualmente lo ocupa Ramón Rodríguez.

“La Dirección Superior del Teatro Nacional Rubén Darío, para su correcto funcionamiento, contará también con subdirectoras o subdirectores, quienes serán nombrados por la directora o director, y tendrán las funciones que éste les asigne”, dice texto enviado por Ortega.

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Asimismo, establece al menos 12 funciones para el director, entre ellas de aprobar los espectáculos y el uso de los salones del edificio.

También tendrá que estar presente o delegar su representación en todos los actos, funciones generales que se realicen en el Teatro.

El artículo nueve de la iniciativa de Ley establece beneficios para el Teatro como el pago de tarifas mínimas en servicios básicos de agua y energía eléctrica.

El Teatro Nacional Rubén Darío sobrevivió al terremoto del 23 de diciembre de 1972, en Managua. En junio de 1980, con el triunfo del sandinismo, la Junta de Gobierno, por medio de un decreto lo nombró Teatro Popular Rubén Darío. Dicho decreto fue derogado durante el gobierno de Violeta Barrios de Chamorro, y en febrero del 1992 se restituyó el nombre de Teatro Nacional Rubén Darío.