"¡Viva San Jerónimo, vivan los sacerdotes, viva la iglesia Católica!", gritan en Masaya

El asedio policial del régimen Ortega-Murillo no evitó que los masayas bailaran a su santo patrono, San Jerónimo, que hace unos minutos fue bajado de su altar en el templo que lo resguarda, aunque por orden de la dictadura, quedará secuestrado en su iglesia porque prohibió su procesión.

La policía que a ratos amenazaba con entrar al templo, se vio obligado a mantenerse en las afueras rodeado por un mar de devotos que no renunciaron a la fiesta que por años han celebrado, primero sus abuelos, sus padres y ahora ellos. ¡"Viva San Jerónimo, vivan los sacerdotes, viva la Iglesia Católica!", gritaron los promesante y fieles.

El cerco policial del régimen impuso en los alrededores del templo fue impresionante e intimidatorio. Antimotines al mando del comisionado sancionado Juan Valle Valle, prohibieron el paso hasta de bicicletas. Cerca del mediodía cuando inició la misa previa a la bajada del "doctor que cura sin medicina", los devotos y promesantes abarrotaron el templo.

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El cerco policial abarcó por la mañana unos 300 metros a la redonda de la parroquia, pero al paso de las hora se fue ampliando, y a estas horas, Masaya es ya una ciudad virtualmente militarizada.

"Es absurdo que la dictadura vea como amenaza las celebraciones religiosas de antaño a los santos patronos de Masaya. Aquí no se trata de medir fuerzas, se trata que permitan a los católicos celebrar, y que la policía en vez de una actitud agresiva, garanticen la seguridad", escribió en su cuenta Twitter el padre Edwin Román desde el exilio.

"CELEBRAR EN TODAS CIRCUSTANCIAS"

Antes de la bajada de la imagen, se realizó la eucaristía presidida por el padre Boanerges Carballo, vicario de pastoral de la Arquidiócesis de Managua, quien transmitió al pueblo un saludo del Cardenal Leopoldo Brenes, lo que puso eufóricos a los devotos, que gritaron vivas a los Obispos de Nicaragua.

Al padre Carballo, lo acompañó el padre Ricardo Zamora, vicario de la parroquia San Jerónimo y el padre Bismarck Carballo, vicario foráneo de la zona de Masaya, entre otros religiosos.

“Rogamos a San Jerónimo por esta eucaristía, que interceda por la labor evangelizadora, de la piedad popular de nuestra parroquia San Jerónimo, que interceda por cada uno de nosotros, por nuestras intenciones, por nuestras necesidades, por los devotos, por los que estamos participando de esta eucaristía y por los se conectan por las redes sociales”, dijo el padre Carballo.

Aprovechó para anunciar a los presentes el deseo del cardenal Brenes “que en todas circunstancias podamos celebrar con fe, devoción, desde el corazón al patrono de los masayas y al co-patrono San Miguel Arcángel que el día de ayer (lunes), inició su novenario con su bajada", dijo.

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El sacerdote agradeció a los demás religiosos y a todos los concejos pastorales y todos los equipos de trabajo y las cofradías que se involucraron en las festividades. "Les agradecemos la paciencia, la ilusión, el entusiasmo, y que esté siempre en el corazón de todos”, añadió.

La Iglesia Católica nicaragüense, los sacerdotes y sus Obispos, sufren una feroz persecución de parte del régimen de Daniel Ortega y su consorte Rosario Murillo. El pecado de los religiosos, ha sido denunciar las violaciones de los derechos humanos de los nicaragüenses.