La dictadura impide el ingreso al país del sacerdote que refugió a monseñor Álvarez en Managua
La Arquidiócesis de Managua dice que se encuentran rezando por el religioso para que sea fortalecido. Hoy el régimen también negó la entrada al país a la feminista María Teresa Blandón.
- septiembre 13, 2022
- 08:55 AM
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El padre Juan de Dios García, vicario de la parroquia Santo Cristo de Esquipulas, ubicado en la segunda entrada a Las Colinas, en Managua, y dónde se refugió monseñor Rolando Álvarez, cuando fue perseguido por la Policía Orteguista, fue impedido de ingresar al país.
El religioso ingresó a la lista de nicaragüenses a los que la dictadura de Daniel Ortega y de Rosario Murillo, destierra, al prohibirles entrar a su país de origen. Una fuente de la Arquidiócesis de Managua, dijo a DESPACHO 505 que se encuentran rezando por el religioso para que sea fortalecido.
La decisión contra el padre le fue notificada al abordar el vuelo que lo traería de regreso a su país, tras pasar unos sesenta días con familiares que viven en Estados Unidos. La orden fue transmitida a la aerolínea por autoridades de la Dirección de Migración y Extranjería de Nicaragua.
Con el religioso, son dos los nicaragüenses que hoy se conocen, fueron obligados al exilio. La primera es la socióloga y activista de derechos de la mujer, María Teresa Blandón, a quien le impidieron retornar desde El Salvador en julio pasado y ahora al padre Juan de Dios García.
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CON ROLANDO ÁLVAREZ
El 19 de mayo pasado, la parroquia que dirigía el padre García fue rodeada por patrullas policiales que acosaban a monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, que se vio obligado a ingresar a su templo para refugiarse. El padre García le brindó apoyo a Álvarez durante los cuatro días duró el asedio.
Allá monseñor Álvarez y el padre Juan de Dios García celebraron misa y denunciaron el hostigamiento de la dictadura Ortega-Murillo a través de sus policías. Monseñor Álvarez, por su lado, se declaró en ayuno indefinido y suero hasta que cesara le persecución.
El religioso dejó el país sin problemas como antes lo hizo. Incluso, en marzo del año 2020, hasta celebró misa con el obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, en la parroquia Santa Ágata de Miami y sin embargo, pudo volver sin problemas al país. Pero esta vez la suerte fue otra.
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CONTRA LOS RELIGIOSOS
En junio pasado, las autoridades nicaragüenses detuvieron al primero de siete sacerdotes que guardan prisión hasta el día de hoy. Manuel García, párroco de la iglesia Jesús de Nazareno, en el municipio de Nandaime, fue enjuiciado y condenado por violencia doméstica en contra de una mujer que pasó de víctima a acusada por no inculpar al religioso.
Los otros presbíteros detenidos son Leonardo Urbina, enjuiciado por el supuesto delito de abuso sexual a una menor; y Óscar Benavidez, a quien de momento no le han formulado cargos.
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Además, están presos José Luis Díaz, Sadiel Eugarrios, Ramiro Tijerino y Raúl González, todos de la Diócesis de Matagalpa. Monseñor Álvarez se encuentra bajo la figura ilegal de “resguardo domiciliar”, que no es más que casa por cárcel.