La hija de Miguel Mendoza clama a la dictadura: “¿Por qué a mí no me dejan ver a mi papá si no he hecho nada?”

La hija de ocho años del periodista Miguel Mendoza implora ver a su papá, pero tras once pedidos formales la dictadura no autoriza el encuentro

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  • agosto 28, 2022
  • 08:20 AM

Alejandra, la hija de ocho años del periodista Miguel Mendoza, agarra sus marcadores y hojas en blanco y le escribe mensajes. “¡Hola papi! He grabado videos con la esperanza de que alguien te los pueda mostrar”, dice una de las decenas de notas que le han servido como desahogo a lo largo de los 433 días que tiene sin poder verlo ni abrazarlo.

“¿Por qué a mí no me dejan ver a mi papá si no he hecho nada?", se cuestiona frecuentemente la niña, quien está muy afectada por la prolongada ausencia de su padre.

“Aunque tengo un año de no verte, mi corazón y mis recuerdos están intactos, no hay un solo día en el que no sienta la necesidad de abrazarte y expresar lo mucho que te amo. Necesito verte”, dijo la niña, en un audio divulgado por la campaña Sé Humano, que promueve la liberación de más de 190 presos políticos.

ALEJANDRA ES VÍCTIMA DE TORTURA

Margin Pozo, esposa del cronista deportivo encarcelado por ser crítico de la dictadura de Nicaragua, cuenta que nadie incide sobre lo que Alejandra escribe y que luego divulgan en la cuenta de Twitter de Miguel.  

“Soy una niña de 8 años, que espera a su padre todos los días, que despierta con la esperanza de abrazarlo nuevamente, y que necesita estar cerca de él”, expresó en un mensaje.

La petición de la pequeña se basa en una necesidad emocional, pero sobre todo en el derecho que tiene a comunicarse con su padre y que está establecido en el Código de la Familia y otras leyes sobre la materia.

“Ella me ha expresado que tiene 14 meses y que no lo ha visto (a su papá), que lo extraña, que lo necesita y empieza a cuestionarse: ¿Por qué a mí no me dejan verlo si no he hecho nada?, ¿Por qué, si soy una niña de ocho años que tiene derecho de ver a su padre?”, comparte Margin quien reconoce en su hija una gran madurez para entender el motivo por el cual la han separado de su papá.

El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo no ha permitido la visita de Alejandra a las instalaciones de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocida como El Chipote, donde el preso político se encuentra recluido desde el pasado 21 de junio del 2021.

La familia del cronista deportivo demanda que autoricen el encuentro, así como lo han hecho con otros hijos de presos políticos. La incomunicación constituye una tortura psicológica, denuncian.

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ALEJANDRA SUFRE TANTA ANSIEDAD QUE LE CUESTA HASTA DORMIR

Debido a la falta de comunicación con Miguel Mendoza, Alejandra desarrolló afectaciones físicas y emocionales que desde el año pasado son tratadas por un psicólogo. La menor presenta cuadros de ansiedad, que la llevan a comerse los pellejitos de las uñas, además presenta fatiga y le da temor ir sola al baño.

“En la noche se despierta a cada rato y dice que no puede dormir porque extraña a su papá, porque no lo ha visto y ella siente en su corazón que algo malo le está pasando”, confía Margin quien también es periodista.

https://twitter.com/Mmendoza1970/status/1562073996144828417?s=20&t=vxGZbmGpjaglHIgb8KZVAw

Cuenta también que, a pesar de los cuidados en la casa, la menor se enferma con frecuencia de gripe y es porque el daño emocional afecta su sistema inmunológico y eso la hace vulnerable ante cualquier enfermedad, determinó el pediatra.

“No ha sido fácil para una niña de ocho años, tiene 14 meses de no ver a su padre y eso para ella ha sido muy impactante. Como madre me duele el sufrimiento de mi hija, una niña que no tiene culpa de nada, una niña inocente que tiene derecho y lo único que pide es ver a su padre”, expresa Margin.

ONCE ESCRITOS  Y NINGUNA RESPUESTA SOBRE LA SOLICITUD DE VISITA DE ALEJANDRA

El abogado que lleva el caso de Miguel Mendoza ha introducido al menos 11 recursos, mañana lunes introducirá otro para insistir en que Alejandra pueda ver a su padre. Hasta el momento, ninguno ha sido respondido. Dice que cada vez que consulta a las autoridades de El Chipote la respuesta que obtiene es que sin una orden judicial no puede llevar a la niña a ver a su padre.

“Aunque hemos insistido de diferentes maneras no hemos tenido respuesta, y nosotros no vamos a dejar de insistir porque es un derecho de la niña”, enfatizó.

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Margin manifiesta que la falta de comunicación también afecta a Miguel. Siempre tienen la esperanza que permitan el acceso a la menor y como no sucede el cronista deportivo se frustra y le ha expresado que ha pensado iniciar una huelga de hambre como hicieron los presos políticos Miguel Mora y Tamara Álvarez para que les permitieran volver a ver a sus hijos.

Ella teme que una huelga de hambre empeore el estado de salud del cronista deportivo ya que es un paciente crónico y la falta de alimentos podría provocarle una descompensación, pero "él me dice que Alejandra es lo más importante”, comparte.

Al igual que los presos políticos encerrados en El Chipote, Miguel Mendoza es sometido a un régimen de aislamiento, tanto que en los 14 meses de encierro solo le han permitido tres encuentros con su abogado.

El periodista fue condenado a nueve años de prisión por el presunto delito de conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional, por el Juez Noveno de Distrito Penal de juicios de Managua, Luden Martín Quiroz.

Mendoza, quien utilizaba las redes sociales para criticar al régimen de Ortega, también fue inhabilitado por los mismos años para ejercer cargos públicos y el juez ordenó el decomisó de todos los bienes del cronista deportivo.

El 20 de agosto, luego de que los presos políticos Miguel Mendoza y Tamara Dávila, iniciaron una huelga de hambre, el régimen de Ortega cumplió con el derecho de que los presos políticos se encontrarán con sus hijos.

Dávila pudo abrazar a su pequeña hija de seis años y Mora recibió la visita de su hijo Miguelito, un joven de 21 años con parálisis cerebral.  Los familiares de otros presos políticos también demandan que puedan recibir la visita de sus hijos no solo a los que viven en Nicaragua, sino también a los que están fuera del país.

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