El Vaticano compromete a Ortega: Acepta dialogar o ignora el llamado del Papa

En dos cosas coinciden los analistas: un diálogo para solucionar la crisis en Nicaragua es necesario, pero, ¿con quién se sentaría el dictador Daniel Ortega si tiene tras las rejas a los líderes de la oposición? El llamado a un diálogo “abierto y sincero” que hizo el papa Francisco este domingo, pasa obligatoriamente por la liberación de los presos políticos.

Para Humberto Belli, un estudioso de las relaciones de la iglesia Católica con su entorno, no se debe tomar a la ligera lo dicho por el Papa, sino entenderse con el peso debido. “El Vaticano ha puesto la pelota en la cancha del régimen de Daniel Ortega. Tiene dos opciones: abrirse o ignorar. No creo que quiera darle la espalda al Papa”, asegura a DESPACHO 505.

Belli es uno de los que cree que la dictadura amanece hoy analizando qué tipo de mensaje de apertura enviar a Roma. “Por supuesto, una buena señal son las liberaciones, porque claro, se debe identificar quién sería su contraparte en ese diálogo. Yo creo que si alguien está muy comprometido ahora es el régimen de Ortega, está obligado a demostrar que quiere diálogo”, asegura el analista. “Dicho de otra manera” -agrega Belli- “un diálogo sincero debe pasar por las liberaciones de los que están presos”.

Héctor Mairena, integrante del Consejo Político de la Unidad Azul y Blanco (UNAB) no dice estar tan optimista con el llamado del Papa, incluso cree que la gente en Nicaragua y  la misma Iglesia esperaba más que una declaración para pedir entendimiento. “Claro finalmente ha hablado y ya es algo”, opina. Mairena agrega que no solo se trata de liberaciones, que es algo en lo que cree, Ortega no cederá fácilmente.

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“No creo que pueda haber diálogo mientras haya en el país un Estado policiaco de facto, mientras no cese la represión. La dictadura no ha dado ninguna muestra de voluntad para desmontar ese sistema represor. Con un ambiente como ese no vemos a nadie sentándose con el régimen, los que antes lo hicieron están presos y tienen condenas que el mismo sistema represor les ha impuesto”, recordó Mairena.

DESCONFIANZA EN ORTEGA

La dictadura no solo dejó estampada su firma e incumplió los acuerdos de dos diálogos que buscaban superar la crisis sociopolítica que estalló en abril de 2018, secuestró a quienes sentó a la mesa a supuestamente para buscar alternativas, les inventó delitos y los enjuició. Antes ordenó ejecuciones extrajudiciales y criminalizó la acción de oponérsele.        

Por esa razones, la defensora de derechos humanos Bianca Jagger considera que no se puede establecer un diálogo con un gobierno que ha matado al pueblo y no respeta nada. “Es un régimen sanguinario, no tiene respeto para nada, ni para obispos, ni a la Iglesia Católica, cuando la comunidad internacional argumenta que tengamos un diálogo, yo me pregunto ¿Qué negociación podemos tener con gobiernos asesinos?”, criticó con dureza.

El analista político y economista Enrique Sáenz criticó en sus redes sociales que el Papa recomiende diálogo y mande a encontrar "bases para una convivencia respetuosa y pacífica". “No mencionó los ataques a la iglesia, ni el arresto de monseñor Álvarez”, reclamó.

El también exdiputado opositor llegó a preguntarse si Ortega se sentiría interpelado por el llamado del Pontífice o cree que se acomodó a lo que él esperaba. “¿Cómo habrá interpretado el dictador estas expresiones?¿Cómo interpelación o como contemporización?”, se preguntó.

“DICTADOR YA ESTÁ ADVERTIDO”

Humberto Belli dice que es difícil saber con precisión los cálculos del Vaticano. “Es una diplomacia muy sabia, con líneas muy precisas y bien pensadas”, asegura. “Nadie nos puede asegurar por qué monseñor Álvarez no fue llevado a una celda, no sabemos si la Santa Sede ya ha intervenido. Los papas son  prudentes, ellos evitan las declaraciones frontales, que cierren puertas”, explica Belli.

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Agrega que las palabras “dolor y preocupación” tienen peso en la voz del Sumo Pontífice. “Eso quiere decir que no está tranquilo con lo que está pasando, pero además advierte que está preocupado, le advierte al régimen que está empapado de lo que pasa, no será engañado”, señala.

Belli no ve a la iglesia Católica nicaragüense ni como parte de un diálogo ni como mediadora. “Estamos claros que por lo que ha pasado ya no es conveniente. Deben haber garantes internacionales y claro, tampoco es parte en este conflicto, el régimen no puede creer que el problema es con ella, no, la crisis es otra”, explica.

Mairena coincide. “Lo que ha pasado con la iglesia es una consecuencia de una crisis más amplia que ya no admite parches. En Nicaragua se han cerrado medios de comunicación, se han cerrado más de 1,500 organizaciones civiles, hay más de 190 personas detenidas por pensar diferente, ha habido muertes”, aseguró. “La actual situación –reiteró -- no es un problema entre la Iglesia Católica y el régimen, es una crisis que vive todo el país”.

REPARACIÓN Y JUSTICIA SIEMPRE VIGENTE  

Este domingo, el papa Francisco se refirió por primera vez a la persecución que enfrenta la iglesia Católica de Nicaragua por parte del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. En su mensaje del Ángelus, desde el Vaticano, ha expresado «preocupación», a la vez que ha pedido un diálogo abierto para encontrar las bases para una convivencia respetuosa y pacífica.

«Sigo desde cerca con preocupación y dolor la situación creada en Nicaragua que involucra a personas e instituciones. Quisiera expresar mi convicción y mi deseo por medio de un diálogo abierto y sincero, se pueda aún encontrar las bases para una convivencia respetuosa y pacífica», dijo el máximo líder de la Iglesia.

La investigadora nicaragüense Martha Molina, que ha documentado ataques del régimen contra los religiosos, valoró por su parte como de muy significativo lo que el Papa. “Ha hablado como lo que es, un pastor. No lo hizo como un criminal llamando a la guerra, sino que ha mostrado su dolor y afecto hacia la iglesia y al pueblo nicaragüense. También está  pidiendo un diálogo, pero eso no significa que debemos de alejarnos de la reparación y la justicia”, recomendó Molina.

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Por último, recordó que no es culpa de el papa Francisco, ni de la Conferencia Episcopal de Nicaragua que el matrimonio dictatorial sigue en el poder después de tantos años.

“Los únicos responsables somos nosotros por dejar pasar desde el año 2007 todos los atropellos y ser indiferentes al dolor humano. La Iglesia Católica ha sido atacada en más de 200 ocasiones en estos últimos cuatro años por defendernos y si hay una institución que no debemos de criticar es a la Iglesia, al contrario, ella somos todos y ahora nos toca a nosotros defenderla”, cocnluyó.