Clientes de casa de empeño Prisa confiscada temen perder sus bienes
"El régimen ha confiscado a 22 mil pobres, porque los objetos ocupados son de ellos, de esta gente”, reiteró este jueves desde México, el propietario Mario Hurtado.
- agosto 18, 2022
- 11:00 PM
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A José Luis Alfaro Machado le ha llovido sobre mojado. Hace un mes se despidió de su hija que por desempleo, tomó la decisión de irse a Estados Unidos a trabajar y como no reunía el dinero para la travesía, decidió empeñar en Prisa, de Ocotal, dos cadenas de oro que eran herencia familiar. Hoy no sabe si podrá recuperar sus prendas.
“Nadie sabe nada aquí”, dice el hombre de 56 años, quien ni siquiera ha podido comunicarse con su hija para saber de ella, porque también dio como prenda su celular y así completar los 900 dólares que necesitaba.
Hace tres días, la policía del régimen Ortega-Murillo allanó las 38 sucursales de la casa de empeño sin dar hasta ahora una explicación legal de sus acciones. Este jueves, Mario Hurtado, propietario de la casa de empeño, dijo a DESPACHO 505 desde México, que no solo él y sus socios han perdido con la intervención. “El régimen ha confiscado a 22 mil pobres, porque los objetos ocupados son de ellos, de esta gente”, aseguró.
Prisa dice en su portal digital que manejaba una cartera de 21 mil 927 clientes activos en todo el país, entre personas que en algún momento de necesidad económica se vieron obligados a dejar prendado un bien a cambio de dinero o pequeños comerciantes que financian sus negocios con préstamos sobre prendas. Una fuente confiable, asegura que en Las Segovias, que es la zona donde reside Alfaro Machado, la empresa tenía una relación comercial con 176 clientes.
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UNA PESADILLA MÁS
Guardando las distancias entre lo que vive la casa de empeño Prisa desde este lunes y otras desventuras de los ciudadanos de esa zona relacionados a engaños y estafas, ver policías en las afueras de las oficinas de Prisa, les recordó la pesadilla que muchos vivieron con la quiebra y usurpación de bienes de la Cooperativa de Ahorro y Crédito “La Económica” que afectó a unos 2 mil 700 socios en el año 2011. Los responsables nunca fueron a la cárcel y el robo quedó en la impunidad.
Entre los afectados se encontraba Alfaro Machado. “Aquí el que siempre pierde es el pobre”, dice. Asegura que en la localidad, son muchos los que han expresado el temor de perder sus joyas, electrodomésticos, celulares y computadoras que entregaron como garantía por su préstamo. Hay mucha incertidumbre, dice Alfaro Machado.
Griselda Edelfina Rodríguez Betanco, vive en el barrio Panamá Soberana de Estelí. Contó que junto a su hermana juntaron las prendas que tenían para prestar dinero sobre ellas y costear el viaje de su madre que se fue a España hace tres meses en busca también de una mujer vida.
“Aquí solo vemos las noticias de que la policía ocupó Prisa, ahora uno se pregunta: ¿Qué va a pasar con las cadenas, anillos y chapas de oro que dimos como garantía de lo que prestamos, el oro vale más que el dinero que nos dieron por nuestras prendas. ¿Quién va a respondernos?", se preguntó Rodríguez Betanco.
La madre de ambas mujeres fue maestra de primaria y perdió más de 1,500 dólares que tenía ahorrados en la Cooperativa de Ahorro y Crédito Caja Rural Nacional, Caruna de Estelí, que en abril del 2019 cerró sus sucursales y no dio cuenta de los ahorros de más de 13 mil 760 socios de los departamentos de Estelí, Madriz y Nueva Segovia.
“Mi madre perdió todo sus ahorros porque a nadie le devolvieron nada, yo espero que esta vez el gobierno, nos devuelva nuestras prendas”, demandó la afectada.
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DESCONFÍAN
El secretismo con que trabajan los operadores del régimen no da tranquilidad a los clientes de Prisa. “Lo que hay es mucha desconfianza, eso si”, dice por su lado José Alfredo Díaz López, de 49 años, habitante del barrio 11 de la ciudad de Somoto.
Contó que acudió a la casa de préstamos hace un mes para obtener dinero sobre una computadora portátil, valorada en 900 dólares, un celular valorado en unos 350 dólares, y una cámara fotográfica profesional, que ronda los 550 dólares por ser de segundo uso.
Díaz López esperaba obtener unos 1,500 dólares por los artículos, pero Prisa solo le prestó 700. “Ahora ¿Quién nos responde por esos bienes que valían más?”, se pregunta.
Un economista local que pidió hablar bajo anonimato, dijo que lo que hicieron con Prisa tiene un impacto negativo en los negocios nicaragüenses. “Eso te dice: nadie está seguro”, critica. Señaló que el Estado está obligado a responder por los bienes de los afectados y explicarles debidamente como se saldarían las deudas para poder recuperarlos .
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“Esas acciones generan desconfianza en la gente y no abona en nada al clima de negocios que dice promover el régimen, todo lo contrario, se envían pésimas señales de que queda claro que aquí nada está normal y no hay seguridad jurídica para ninguna empresa", aseguró.