Policía Orteguista prohíbe una procesión a la Arquidiócesis de Managua y esta convoca a sus fieles a la catedral

En medio de una escalada de tensiones entre la dictadura y la iglesia Católica, la Policía Orteguista prohibió una procesión que la Arquidiócesis de Managua tenía prevista para este sábado con motivo de un Congreso Mariano y el fin de la peregrinación de la imagen de la virgen de Fátima en Nicaragua.

“La Arquidiócesis de Managua dando testimonio de tolerancia y espíritu de paz, en las  circunstancias que vive actualmente nuestra patria, hace saber a nuestros sacerdotes y los  fieles católicos, que la Policía Nacional nos ha comunicado que por motivo de seguridad  interna no se permite el desarrollo de la procesión programada para las siete de la mañana de  este próximo trece de agosto”, informó en un comunicado la Arquidiócesis presidida por el cardenal Leopoldo Brenes.

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El no de la dictadura a las manifestaciones multitudinarias que tradicionalmente exhibe la iglesia, se da en medio de una oleada de solidaridad con los obispos y sacerdotes por los ataques en su contra.

Monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa, cumple hoy nueve días de encierro policial investigado por, según la Policía, "organizar grupos violentos" para impulsar un supuesto plan para atentar contra la estabilidad de Nicaragua.

LA CONVOCATORIA

La Arquidiócesis de Managua pidió a los católicos realizar este viernes un ayuno y oración "por la conversión de todos".

Asimismo, indicó acudir este sábado a Catedral de Managua, llegando a pie o en  sus vehículos particulares, "haciéndolo de forma pacífica para rezar por la Iglesia y Nicaragua".

La cita es a las ocho de la mañana para el ingreso en procesión en el atrio de  Catedral de la imagen de Nuestra Señora de Fátima. Después se rezará un rosario y a continuación el cardenal Leopoldo Brenes oficiará una misa.

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Las relaciones entre la dictadura y la iglesia Católica están en sus momentos más tensos desde que la histórica imagen de la Sangre de Cristo de la Catedral de Managua fue calcinada el 31 de julio de 2020; en un acto que el papa Francisco calificó de «atentado», mientras que las autoridades lo clasificaron como un accidente.