La ciudad de Matagalpa se convierte en el epicentro de la represión del régimen 

El régimen ha desplegado un fuerte dispositivo policial en los alrededores de la Curia de Matagalpa donde se encuentra acorralado monseñor Rolando Álvarez. Los pobladores viven una zozobra e incertidumbre, denuncia el Cenidh.

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  • agosto 10, 2022
  • 12:19 AM

La ciudad de Matagalpa está sitiada. Decenas de agentes de la Policía Orteguista, al mando del comisionado Ramón Avellán, se han desplegado al Norte del país para imponer un cerco al obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, quien está acorralado en la Curia. “Un día más de angustia para toda la población”, denunció ayer el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh).

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Las calles cercanas a la Curia están tomadas por oficiales y antidisturbios, convirtiendo a la ciudad en el epicentro de la represión del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Los negocios han cerrado, mientras que los pobladores han visto afectada su cotidianidad, dicen ciudadanos en redes sociales. La tarde de ayer trascendió que la Policía Orteguista desalojó al personal de Cáritas Matagalpa y el transporte público se ha visto afectado.

“La dictadura ha activado toda su maquinaria represiva y propagandística contra el obispo Álvarez. Lo mantiene secuestrado y Matagalpa vive un estado de sitio de facto. Denunciamos toda acción totalitaria contra la Iglesia”, denunció la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB) en su cuenta de Twitter. Según fuentes cercanas a la Diócesis, la dictadura ha pedido a Álvarez que salga de la Curia por su voluntad, sin embargo no ha accedido. 

El operativo policial en la ciudad, según el Cenidh, busca descomponer mentalmente a la población, pues la represión está envuelta en una serie de informaciones y desinformaciones que están causando conmoción. “Hay un estado de zozobra e histeria colectiva. No podemos denunciar hechos concretos, pero tenemos la certeza de que se están impulsando acciones perversas y concretas en contra de Álvarez y demás secuestrados”, alertó el organismo de derechos humanos. 

La ciudad de Matagalpa está bajo un fuerte despliegue, casi militar, desde el pasado miércoles 3 de agosto, después de un fuerte mensaje de monseñor Álvarez en reacción al cierre de casi una decena de radioemisoras de la Diócesis de Matagalpa. La presencia policial aumentó al día siguiente cuando Álvarez desafió a los policías y salió de la Curia con el Santísimo Sacramentado en las manos, mientras pronunciaba mensajes de paz y cantaba canciones. 

Los pobladores matagalpinos se acercaron a la Curia como muestra de respaldo a su obispo. Con el aumento de agentes antidisturbios y la presencia del comisionado Ramón Avellán, represor del régimen, los ciudadanos se encuentran con miedo, pero a la vez alertas por si la dictadura decide atentar contra la integridad de Álvarez, según ha conocido DESPACHO 505. Los ciudadanos reportan en las redes sociales que los policías impiden cualquier acercamiento a la Curia y los intimidan con armas de guerra. 

El régimen también ha activado a grupos afines para atacar a la población en caso de que se acerquen a la Curia a respaldar a Álvarez. La semana pasada se filtró un audio del secretario político del Frente Sandinista en Matagalpa, Pedro Haslam, quien ordenó a los seguidores del orteguismo atacar a monseñor Rolando Álvarez desde las redes sociales  con el argumento de que “intenta nuevamente desestabilizar al país”.

“Esta situación es un intento nuevamente de desarrollar actos delictivos dirigidos por Rolando Álvarez y su camarilla de secuaces, por otro lado divulguemos por todas las redes de nuestras instituciones, de nuestros gobiernos locales, de la juventud, del partido, de las personales este comunicado de nuestra policía nacional”, se escuchó decir a Haslam.

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Este medio supo por fuentes cercanas a la Diócesis de Matagalpa que la dictadura intenta negociar con la iglesia Católica el fin del secuestro de monseñor Rolando Álvarez. La Policía Orteguista habría pedido al obispo y las 11 personas que siguen encerradas con él “que salgan  por voluntad propia porque no quieren romper puertas”, pero el obispo ha dicho que no.

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