Ana Lucila Álvarez, hermana de Tamara Dávila, lanza un SOS en Madrid por el deterioro de la salud de los presos políticos 

La opositora denuncia en la capital española que hay una política del régimen de Daniel Ortega por negar médicos y medicina a las personas presas políticas, recluidas en El Chipote.

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  • mayo 29, 2022
  • 06:46 AM

Ana Lucila Álvarez, hermana y sobrina de las presas políticas Tamara Dávila y Ana Margarita Vijil, respectivamente, denunció en Madrid, España, los vejámenes que comete el régimen de Daniel Ortega en contra de los 180 presos políticos que mantienen como rehenes en la Dirección de Auxilio Judicial.

Álvarez, que se encuentra de visita en España para sostener encuentros con la diáspora y actores de la política, narró el horror que viven todos los presos a quien Ortega mantiene bajo condiciones infrahumanas. “Mi hermana no ha salido a recibir el sol desde hace 11 meses, ya no la lleva al puesto médico, pasan revisando para que no se descompense, pero no hay atención médica especializada”, dijo ante un público que mostró sorpresa por el nivel de tortura. 

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La hermana de la presa política participó en un conversatorio en el que también estuvo de manera virtual Josefa Meza, de la Asociación Madres de Abril (AMA) quien condenó la decisión del régimen orteguista de declarar feriado nacional el 30 de mayo, el Día de las Madres, en un intento de borrar la masacre perpetrada ese mismo día de 2018 en el que fueron asesinados casi una decenas de jóvenes en Managua.

Lucila, de viva voz, contó el calvario que vive su familia con las detenciones de dos mujeres que, según ella, luchaban por la libertad, justicia y democracia de Nicaragua. Ahora, agrega, Tamara y Ana Margarita tienen una salud deteriorada que es alarmante. 

“Hay personas con sarna, eso habla de las condiciones infrahumanas en las que se encuentran. Las celdas no tienen luz, tienen hongos. Nos preocupa mucho porque el Estado de Nicaragua está lejos de garantizar la vida de las personas presas políticas, dado los precedentes de tres personas presas muertas bajo custodia del régimen”, dijo esta mujer que ha visitado otros países de Europa para denunciar al régimen.

Para ella estas acciones forman parte de una política intencionada para mantener a los presos políticos sin acceso a salud, por lo tanto lanza un SOS por sus condiciones. “La saña es tal que ni siquiera a las presas no dejan ver a sus hijos. Mi sobrina de seis años, la última vez que supo de su madre fue durante el allanamiento”.

La defensora destacó que el régimen le ha negado a Tamara que le pasen un dibujo que su hija diseñó, y peor aún que pueda ver a su hijo. Esta situación también se suma al hecho de que su hermana fue arrestada pesando 63 kilos, pero actualmente está en 46. 

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“Eso habla de la política de hambre. A los familiares no nos dejan complementar la dieta. Hay una política intencionada para que pasen hambre, sumado al riesgo que implica para las mujeres presas estar en estos lugares ya que ha habido torturas sexual”, dijo.

A pesar de este difícil panorama para los presos, destaca que las personas presas políticas siguen resistiendo ante las torturas. “A pesar de todo no los han podido quebrar. Tamara en su interrogatorio dijo que no la va a quebrar.  El mensaje que ellas intentan mandar es que hay una luz de esperanza, están resistiendo. Están luchando por la justicia en Nicaragua”, concluyó.

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