El caso del "Chino Enoc" evidencia cómo los Ortega-Murillo retuercen el aparato judicial del país

Manosearon acusación y le achacan delitos que la misma Policía y el régimen facilitó: poner en sus manos armas de guerra contra los opositores.

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  • mayo 28, 2022
  • 12:11 AM

El proceso judicial contra Marlon Sáenz, conocido en las filas del orteguismo como “Chino Enoc”, es tan solo una muestra de cómo el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo “retuerce el sistema judicial a su antojo”, señala un abogado defensor de derechos humanos y una exmilitante del Frente Sandinista.

“Lo retuerce tanto que llega a lo absurdo”, dice el doctor Gonzalo Carrión del organismo Nicaragua Nunca Más. “¿Cuándo la Policía supo que Sáenz, un confeso paramilitar del régimen tenía entre sus pertenencias armas restringidas? La Policía lo sabe desde el 2018 porque ellos mismos lo armaron y él mismo lo gritó y contó y está en video, todos los crímenes que cometieron”, señala Carrión.

Para el defensor de derechos humanos, el juicio es un castigo político contra Sáenz por su desprecio -también confeso- a Rosario Murillo, tanto que ha llamado al sandinismo histórico a rebelarse contra ella por pagarles mal después de haber cumplido con la orden de asesinar a manifestante de la rebelión de abril de 2018 para que ella y Daniel Ortega, conservaran el poder.

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“Lo acusan de tráfico de drogas, ¿Cuándo se hizo una investigación como esa? Todo el mundo sabe que, para llegar a establecer un delito como ese, se requiere una investigación compleja que implica operativos encubiertos, vigilancia e inteligencia. Otra vez la misma pregunta ¿Cuándo se dieron cuenta que traficaba drogas? Nada parece encajar en lo racional-legal”, critica Carrión.

“PRINGADOS” POR NO PENSAR   

Ligia Gómez militó en el partido sandinista hasta que los crímenes de abril dejaron claro que de aquella ideología ya nada quedaba y que la organización, más que partidaria, encarnó en un grupo mafioso y desalmado que mató con armas de grueso calibre a quienes se oponían a la continuidad de Daniel Ortega en el poder.

Cree que o es difícil entender al orteguismo o hacen fácil que la gente concluya que hace tiempo “dejaron de pensar”. “Acusar al Chino Enoc  de cometer delitos por usar armas restringidas, es la admisión de un grave delito que implica a la Policía porque esa misma Policía lo permitió para atacar a manifestantes, y pringa al mismo régimen, porque actuaban bajo sus órdenes”, acusa Gómez. “Procesan a un paramilitar por usar armas y ese paramilitar actuaba bajo sus órdenes, es una confesión de lo que antes han negado”, agrega.

La exmilitante también cree que el proceso es una venganza contra Sáenz por llamar a una rebelión contra Murillo dentro de lo que queda del que alguna vez fue un partido revolucionario. “Ahí no hay ninguna acción legal, es una reacción represiva visceral”, califica Gómez, quien también descarta que sea el comienzo de llevar a los paramilitares ante una justicia verdadera. “Eso es imposible, al menos por ahora”, agrega.

EL EXTRAÑO "COMPAÑERO" DE CRÍMENES

El 18 de abril pasado, el “Chino Enoc” denunció que varios policías rodearon su casa y lo mantuvieron bajo asedio por varios días. El 19 de mayo, un mes después fue secuestrado por los mismos agentes y al día siguiente, fue radicada una acusación por tráfico de drogas en el Juzgado Quinto de Distrito Penal de Audiencias de Managua, que preside la juez Nalia Úbeda.

Ocho días después, este jueves 26 de mayo, le agregaron a la acusación los delitos de “portación o tenencia ilegal de armas de fuego o municiones” y “fabricación, tráfico, tenencia y uso de armas restringidas, sustancias o artefactos explosivos”.

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Junto al militante orteguista, la Fiscalía también acusa a Franklin Amador Salgado, un sujeto de origen esteliano con un largo historial que antes había sido acusado y condenado a largos años de cárcel en dos juicios diferentes, pero que extrañamente se encontraba en libertad.

Amador Salgado alcanzó fama en Estelí por liderar a comienzos de los años 90 a la primer pandilla de esa ciudad. Uno que la integró, pero pidió hablar bajo anonimato con DESPACHO 505, contó que la agrupación fue responsable de robos menores y alteraciones frecuentes al orden público por control territorial con otros grupos. Salgado vivió un tiempo en Estados Unidos y se trajo consigo la idea de las pandillas y un taller donde según él, modificaba carros.

Los verdaderos líos con la ley para Franklin Amador Salgado comenzaron en 2007 cuando en la casa de una hermana encontraron más de 400 gramos de marihuana. El juicio en su contra cobró notoriedad porque acusaron también a otro hermano, de modo que tres hermanos estaban en juicio por integrar una banda dedicada al tráfico de marihuana. Pero lograron ser absueltos.

En 2016 volvieron a ser perseguidos tras un operativo que logró incautar 52 libras de marihuana en un bus de la ruta Jalapa-Managua. La droga iba con destino a Estelí y fue interceptado en la comunidad Ducuale Grande, en Condega. La investigación llevó a la Policía otra vez hacia los hermanos Salgado. Les acuñaron ser parte de una banda peligrosa y Franklin fue condenados a 39 años de prisión, pero el Tribunal de Apelaciones de Las Segovias, botó el juicio y ordenó su libertad.

EL TERCER CUERPO ARMADO

Ningún reporte periodístico relaciona a Amador Salgado con el “Chino Enoc”, al menos no en las fechorías que lo llevó a enfrentar los dos juicios del que salió vencedor. Lo que se sabe, es que Salgado estaba en libertad y tras la acusación junto al militante histórico, ha tenido que dejar su taller de mecánica de Estelí y huir.

“Es que en este caso, nada hace sentido”, dice Carrión. “Con esta gente uno nunca sabe, manejan todo el aparato judicial a como quieren”, le agrega Gómez.

Lo que para Carrión si está claro es que Sáenz integró después del estallido social de abril un tercer cuerpo armado en el país, “uno ilegal por cierto”, aclara.  “Este tercer cuerpo armado utilizó armas de guerra restringidas, ese es un acierto de la Policía, y mataron gente, ahora deben investigar bajo que ordenes operaron y detener a los responsables que cometieron crímenes de lesa humanidad. Solo así se les podría creer”, desafió Carrión.

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