Álvarez critica modelo económico que enriquece a unos pocos sobre la miseria del pueblo

El obispo denunció la mala distribución de la riqueza en Nicaragua, que se concentra en un grupo de personas contadas con los dedos de una mano. “Son dueños de casi todo un país y los pobres marginados de siempre no tienen nada, viven sacrificándose para conseguir un pancito para el día”.

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  • septiembre 29, 2019
  • 07:40 AM

El obispo denunció la mala distribución de la riqueza en Nicaragua, y advirtió que ni el capitalismo salvaje ni el marxismo trasnochado han procurado mejorías a los pobres. “Los nicaragüenses tenemos que reinventarnos. Debemos hacer un sistema y estructuras que respondan a nuestra realidad y donde los pobres tengan la centralidad”, exhortó.

El obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez denunció la mala distribución de la riqueza que existe en Nicaragua producto de la imposición de modelos económicos que enriquecen a un grupo de personas “que se pueden contar con los dedos de una mano, que son dueños de todo un país”, mientras la inmensa mayoría  vive en la pobreza, por lo que llamó a construir un un proyecto donde el pueblo sea el que tenga la última palabra.  

“Ni capitalismo salvaje, ni marxismo trasnochado. Los nicaragüenses tenemos que reinventarnos. Debemos hacer un sistema y estructuras que respondan a nuestra realidad y donde los pobres tengan la centralidad”, exhortó monseñor Álvarez al criticar las políticas de gobiernos de izquierda y derecha que han seguido "recetas" que han resultado ineficaces para curar los males que padece el país.

Sin mencionar nombres, el obispo dijo que en ese grupo de personas donde se concentra la riqueza impera la ambición. “Van atropellando a quien se les ponga en el camino, y ya no digamos a quien represente para esa persona un obstáculo de seguir almacenando mayores bienes, de seguir acumulando todavía más bienes de los que ya tiene. Es un vicio, es una enfermedad del corazón”, comentó en su homilía de este domingo en la Catedral de Matagalpa.

Álvarez denunció que en Nicaragua hay grandes brechas, personas contadas con los dedos de una mano, “que son dueños de todo un país, mientras las grandes mayorías marginales, periféricas, que es la inmensa mayoría de la población, va sacrificándose a costa hasta de sangre para ganarse un pancito para el día, no el pan de cada día, sino un pancito para el día”. 

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La lógica que prevalece en esos grupos económicos, según Álvarez, es la lógica del lucro. “La lógica del lucro prevalece sobre la distribución equitativa de los bienes económicos entro todos los que conformamos una sociedad”. 

BASTA DE IMPORTAR MODELOS  

El obispo atribuyó esta realidad a la importación de modelos y proyectos del extranjero, un error que dijo ha sido recurrente desde la independencia del país. Señaló que los modelos de izquierda y de derecha que se han instaurado en Nicaragua “han traicionado a los pobres, han traicionado la pobreza de los pueblos”. 

“Los nicaragüenses somos testigos del fracaso del uno y del otro (modelos). Entre los grandes desafíos que tenemos es reinventarnos. Los nicaragüenses tenemos que reinventar un sistema y estructura que responda realmente verdadera y eficazmente, no de forma demagógica, no como una verborrea, como palabras vacías, sino un sistema que responda a la realidad de empobrecimiento nuestro”, recomendó.  

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El religioso llamó a todos los sectores sociales a sentir la urgencia de construir un proyecto de nación, no varios proyectos de nación. “Encontrar un camino que nos permita salir no solo de esta crisis, sino que nos permita salir de esta extrema pobreza”. 

“No necesitamos importar modelos, cartillas, libros y que se nos ofrezcan como una medicina que ni si quiera toma en cuenta nuestras enfermedades sociales. Ese ha sido uno de los grandes errores que hemos tenido: en muchas ocasiones lo que se ha hecho es traer de afuera esa cartilla, esa receta. Esta crisis nos está enseñando a todos porque a todos nos ha estremecido. Estamos aprendiendo la lección. El pueblo se está haciendo verdadero protagonista con su historia”, refirió.  

Finalmente, dijo que la crisis sociopolítica y económica que estamos viviendo nos está enseñando a todos.

“Estamos aprendiendo la lección, el pueblo se está haciendo constructor de su historia se está haciendo verdadero protagonista por eso es que el pueblo siempre después de Dios, este pueblo que tiene rostro, que tiene nombre, que tiene identidad, que no es una masa, que no es amorfo, que no es un títere en manos de unos titiriteros; este pueblo que tiene dignidad, después de Dios, es el que tiene la última palabra”, concluyó.  

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