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El legado del papa Francisco en El Salvador: Un santo, un cardenal y cuatro beatos

Fue en 2015 cuando circuló la noticia que el papa Francisco había firmado, el 3 de febrero de ese año, el decreto en el que se reconoce a Romero como mártir de la iglesia al ser asesinado por "odio a la fe".

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EFE
  • April 25, 2025
  • 11:56 AM

Los católicos de El Salvador son, quizás, los más sentidos en Centroamérica con la muerte esta semana del papa Francisco, que dejó como legado en este país centroamericano a un santo, a un cardenal y a cuatro beatos.

Pero a su vez estos fieles católicos y seguidores de los curas Óscar Arnulfo Romero (asesinado en marzo de 1980) y de Rutilio Grande (asesinado en marzo de 1977) guardan alegría y están eternamente agradecidos al papa Francisco por el reconocimiento otorgado a estos venerables mártires.

Fue en 2015 cuando circuló la noticia que el papa Francisco había firmado, el 3 de febrero de ese año, el decreto en el que se reconoce a Romero como mártir de la iglesia al ser asesinado por "odio a la fe", con lo cual no fue necesario demostrar que realizó algún milagro para llegar a la beatificación.

Y así fue, el sábado 23 de mayo de 2015 Romero, cura salvadoreño llamado "la voz de los sin voz" por denunciar la injusticia social y la represión, fue beatificado en la Plaza Salvador del Mundo, en San Salvador, ante miles de feligreses que lloraron de emoción y alegría y agradecieron al papa Francisco por el reconocimiento.

Así, monseñor Romero, asesinado por un francotirador cuando ofrecía misa en la capilla de un hospital para enfermos de cáncer en San Salvador, se convirtió en el primer beato de El Salvador, ese pequeño territorio de Centroamérica con más de 6 millones de habitantes en 21.041 kilómetros cuadrados.

Ana María Alas, una mujer de 75 años y seguidora del legado de san Romero, expresó a EFE su tristeza por la muerte del papa, pero asimismo admitió sentirse feliz porque "el papa Francisco reconoció el martirio de monseñor Romero y lo elevó a los altares, como una muestra también de la gratitud del papa hacia monseñor".

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El reconocimiento del papa Francisco a religiosos salvadoreños no paró ahí. En junio de 2017 monseñor Gregorio Rosa Chávez -amigo de Romero- fue designado como cardenal, el primero de El Salvador.

Luego en marzo de 2018, casi un año después del nombramiento de Rosa Chávez, se difundió la noticia que Romero sería canonizado y la ceremonia se llevó a cabo en octubre de ese mismo año en Roma.

Cientos de feligreses se concentraron en el corazón de la capital San Salvador para presenciar por pantallas el evento de canonización y reventar de goza al ver que su mártir, el mártir de América, se convirtió en santo.

El 24 de marzo pasado se cumplieron 45 años del asesinato del san Romero sin que los responsables de perpetrar el crimen enfrenten a la justicia salvadoreña.

Rutilio Grande, beato

El sacerdote Rutilio Grande y dos de sus colaboradores fueron emboscados y asesinados el 12 de marzo de 1977, a las puertas de la guerra civil salvadoreña (1980-1992), en una zona rural de la localidad de El Paisnal (norte), lugar de nacimiento de Grande.

Este hecho impactó fuertemente, en aquel momento, a san Romero.

El papa Francisco aprobó en 2020 el decreto en el que se reconoce el "martirio" del sacerdote Grande para ser proclamado beato, y en el que se estableció que el cura fue asesinado -también como Romero- por "odio a la fe".

Francisco delegó al cardenal Rosa Chávez para que presidiera el acto de beatificación que se llevó a cabo en enero de 2022 en la Plaza Salvador del Mundo y en el que también fue beatificado el padre italiano Cosme Spessotto, quien también fue asesinado en 1980 -en el contexto de la guerra civil- en San Juan Nonualco, La Paz.

"Agradecemos profundamente al Santo Padre Francisco la canonización de san Óscar Arnulfo Romero, Obispo y Mártir, el 14 de octubre de 2018 en Roma; y la Beatificación de nuestros Mártires Padre Rutilio Grande, Padre Cosme Spessotto, Manuel Solórzano y Nelson Rutilio Lemus, el 22 de enero de 2022 en San Salvador", expresó el lunes la Iglesia católica tras la muerte del argentino.

El papa Francisco, nacido en Argentina como Jorge Mario Bergoglio, falleció el lunes a los 88 años.

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