En 1984 no hubo elecciones libres en Nicaragua como afirma Rosario Murillo
Los sandinistas acababan de asaltar el poder por las armas y necesitaban legitimarse ante el mundo: llamaron a elecciones, pero eliminaron a la oposición real para asegurarse el "triunfo", según la historia
manipulado | Gato Encerrado
- Managua, Nicaragua
- noviembre 05, 2024
- 09:00 AM
- Despacho 505
- Copyright Despacho 505
Rosario Murillo recordó este lunes que han pasado 40 años desde la celebración de las elecciones presidenciales en Nicaragua, en 1984. Fueron, dijo, las "primeras elecciones libres de la historia".
"Nosotros tenemos aquí la información (sobre los resultados electorales en 1984). Ganamos a pesar de toda la injerencia yanqui, ganamos con el 67 por ciento, el comandante Daniel (Ortega), primera elección libre, verdaderamente democrática en nuestra Nicaragua, entre las injerencias yanquis de todos los tiempos", insistió Murillo durante su alucución que se transmite en cadena de radio y televisión oficialista.
Según bibliografía sobre los procesos políticos en Nicaragua Rosario Murillo, una vez más, está manipulando la historia. Las primeras elecciones democráticas celebradas en el país fueron en 1990, cuando la oposición encabezada por Violeta Barrios de Chamorro derrotó en las urnas al FSLN con Daniel Ortega como candidato.
Las elecciones de 1984 el historiador Alejandro Bolaños Geyer escribió las describió como una "pantomima" pues en estas el sandinismo anuló la participación de la oposición para asegurarse el triunfo. "Fueron una pantomima montada para darle visos de legitimidad a un régimen ilegítimo", escribió el estudioso en su libro 1984 en Managua: Las elecciones sandinistas en 1984.
Lea también: Elecciones en EE. UU.: ¿Kamala Harris o Donald Trump, quién sería mejor para Nicaragua?
Así fueron las elecciones sandinistas de 1984
Ese proceso electoral se debió realizar en 1980, un año después de que los sandinistas ocuparon el poder en julio de 1979, tras derrocar al dictador Anastasio Somoza Debayle. La dirigencia de entonces fueron retrasando la demanda de un poceso de elección de las autoridades de gobieno hasta que finalmente, el 15 de febrero de 1984, anunciaron que se realizarían, cuando vieron que la comunidad internacional, especialmente Estados Unidos, comenzaban a cuestionar la legimitidad de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional (JGRN).
Para entonces, los rostros más confiables de esa JGRN habían renunciado a la misma inconformes con las actuaciones de los sandinistas, que se habían alineado con Cuba y comenzaban a hacerlo también con la Unión Soviética y otros países socialistas.
Entre quienes habían renunciado estaban Violeta Barrios de Chamorro, el empresario Alfonso Robelo y el economista Arturo Cruz Porras, además de Moisés Hassan.
La Coordinadora Democrática
La principal parte de la oposición nicaragüense estaba aglutinada en lo que se conoció como la Coordinadora Democrática Nicaragüense Ramiro Sacasa Guerrero, integrada por organizaciones políticas, sindicales y empresariales en oposición cívica a los sandinistas.
La Coordinadora escogió a Arturo Cruz Porras y a Adán Fletes como candidatos a presidente y vicepresidente, para esas elecciones.
Sin embargo, se explica un documentos que hacen parte de la Biblioteca Enrique Bolaños, la Coordinadora se abstuvo de participar debido a los abusos que las fuerzas de choque sandinistas le causaban en las actividades de la campaña, apañadas por el hecho de que los sandinistas controlaban todo el poder en el país, especialmente el ejecutivo y las armas.
Además, la Coordinadora exigió la presencia de observadores, a lo cual el régimen sandinista, en cabeza de la JGRN, se negó. Debido a ello, la Coordinadora creyó que competir en desigualdades solo serviría para legalizar una elección de "burro amarrado con tigre suelto".
Lea también: La situación de derechos humanos en Nicaragua "es una vergüenza para la humanidad"
Temor sandinista
Según Alejandro Bolaños Geyer, los principales partidos democráticos de oposición, aliados en la Coordinadora Democrática, se “rehusaron a participar en la contienda porque no había garantías de participación equitativa, de honestidad en el proceso, ni de un cómputo correcto de los votos”.
Por su parte, el sociólogo Óscar René Vargas, en aquel momento asesor de la Dirección Nacional de los sandinistas, recordó, en un artículo publicado en La Prensa, que durante el proceso electoral de 1984, los hermanos Daniel y Humberto Ortega no quisieron negociar con la oposición "verdadera", representada por Arturo Cruz Porras, para garantizar un proceso electoral equitativo.
Daniel Ortega fue el candidato sandinista y lo ha sido desde entonces hasta la actualidad.
Maquilladas para que parecieran "pluralistas"
Tras eliminar a la oposición fuerte, los sandinistas intentaron a toda costa que ante la comunidad internacional las elecciones figuraran ser pluralista e incluyó a siete partidos pequeños de oposición para que fueran a la contienda electoral frente al partido sandinista, el Frente Sandinista (FSLN).
Sin embargo, dos semanas antes de los comicions, que se realizaron el 4 de noviembre de 1984, el mayor partido opositor participante, el Partido Liberal Independiente (PLI), también se retiró de la campaña electoral, por los mismos motivo que lo había hecho la Coordinadora.
A como dijo Murillo, el FSLN ganó con el 67 por ciento de los votos, una cifra que, según Alejandro Bolaños Geyer, estuvo plagada de "cantidades fantásticas, inconsistencias y errores".
En esas elecciones, además del Frente Sandinista, participó un grupo de seis pequeños partidos, en su mayoría integrantes del Frente Patriótico de la Revolución, dando a las elecciones una pretendida imagen pluralista.
La verdad, añadió Bolaños Geyer, fue que “el pueblo nicaragüense repudió a los sandinistas en las elecciones: quizá el 42 por ciento de la población nicaragüense apta para votar tomó parte en los comicios y no más del 16 por ciento votó por el presidente sandinista Ortega”.