¿Qué es la observación electoral y el acompañamiento electoral? Te explicamos las diferencias
Gato Encerrado te explica las características de cada figura y quiénes son los invitados a "acompañar" el proceso de noviembre. La última elección observada como tal fue la de 2006.
explicador | Gato Encerrado
- octubre 08, 2021
- 05:49 AM
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Las elecciones del próximo 7 noviembre de 2021 — en las que Daniel Ortega busca su cuarto mandato consecutivo y su esposa, Rosario Murillo, intenta su primera reelección — son las más cuestionadas de la historia, según analistas. La pandemia de coronavirus, la crisis socipolítica y una ola de arrestos de los principales líderes de oposición han marcado este año electoral, en el que solo participan partidos colaboracionistas del régimen de Ortega.
Una de las demandas de la oposición era que Ortega impulsara una reforma electoral en la que además de renovar el Consejo Supremo Electoral (CSE) permitiera la observación electoral internacional. El CSE, contralado por el orteguismo, oficializó esta semana que solo permitirán el “acompañamiento electoral”, y presentó a los "invitados" a ejercer esa labor, todos son organizaciones de izquierda.
Pero, ¿qué significa el acompañamiento electoral? El equipo de Gato Encerrado, el verificador de Despacho 505, te explica en qué se diferencia de las misiones de observación electoral y porqué ese cambio consuma la ilegitimidad de los resultados del proceso. Analistas políticos señalan son dos conceptos distintos, sin embargo, los términos en los que se desarrolla cada uno de ellos es un acuerdo preestablecido entre la misión que desarrollará la función y el Estado que se somete a ese escrutinio.
¿Qué es la observación electoral?
El expresidente de Estados Unidos y directivo del Centro Carter, una organización norteamericana especializada en observación electoral, Jimmy Carter define que “el propósito de la observación es el de invitar a organizaciones internacionales a evaluar el proceso electoral en su conjunto de manera sistemática, con el fin de aportar a la integridad del proceso de votación, contribuir a la creación de confianza entre los electores e informar a la comunidad internacional y los actores locales”.
En ese sentido, las misiones observadoras deberían “garantizar que personas calificadas realicen esta labor y, además, contar con cinco principales características: 1) exhaustividad; 2) independencia; 3) neutralidad; 4) cientificidad; y 5) observación procedimental.
La Carta Democrática Interamericana, una declaración que se integra a los instrumentos del sistema regional latinoamericano y que permite profundizar en la defensa y promoción de la democracia, establece una relación estrecha entre democracia y derechos humanos y propone que para responder a amenazas o a rupturas efectivas del orden democrático debe incluirse en los estados miembros la observación electoral.
El artículo 24 de la Carta de la Organización de Estados Americanos (OEA) dice que “las misiones de observación electoral se llevarán a cabo por solicitud del Estado Miembro interesado". El documento agrega que con tal finalidad, el gobierno de dicho Estado y el Secretario General celebrarán un convenio que determine el alcance y la cobertura de la misión de observación electoral de que se trate.
El Estado Miembro deberá garantizar las condiciones de seguridad, libre acceso a la información y amplia cooperación con la misión de observación electoral. Las misiones de observación electoral se realizarán de conformidad con los principios y normas de la OEA. "La Organización deberá asegurar la eficacia e independencia de estas misiones, para lo cual se las dotará de los recursos necesarios. Las mismas se realizan de forma objetiva, imparcial y transparente, y con la capacidad técnica apropiada”.
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Según la OEA, las misiones de observación electoral deben ser independientes y por tanto, rendirán un informe público sobre su trabajo en el proceso de elecciones al que asisten.
¿Qué es el acompañamiento electoral?
El organismo de la sociedad civil Urnas Abiertas, que ha estado dando seguimiento en Nicaragua a todo el proceso de votaciones y documentando las incidencias, recuerda que el término “acompañamiento electoral” fue utilizado por el régimen de Daniel Ortega por primera vez durante las elecciones de 2011.
El 28 de septiembre pasado, la magistrada del Consejo Supremo Electoral, Mayra Salinas, en conferencia de prensa dijo que “el acompañante internacional es como el amigo que llega a tu casa, que vos lo invitás para que llegue a tu casa y que pueda acompañar en un proceso de compartir, de ver, de disfrutar, de conocerlo y que pueda hacer recomendación efectivamente”.
Pero para el Centro Carter, “el propósito del acompañamiento es el de invitar a individuos extranjeros a observar las actividades relativas al día de la votación mediante una presencia política mayormente simbólica”. Según Urnas Abiertas, el término “acompañamiento electoral” fue incorporado por la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) en 2012 y utilizado por primera vez en las elecciones venezolanas de ese mismo año.
Algunas de las principales diferencias del “acompañamiento” respecto a la observación electoral tradicional consiste en limitar “la vocería de la misión de acompañamiento, en establecer que el informe de acompañamiento debe ser publicado una vez que la administración electoral brinde los resultados del balotaje y en la posibilidad de que el Estado anfitrión controle las actividades de la misión”.
¿Cuándo ocurrió la última observación electoral?
El último proceso electoral nicaragüense observado plenamente por misiones internacionales y nacionales fue el de 2006. En esas elecciones resultó ganador el actual mandatario Daniel Ortega, quien actualmente busca ya su cuarto mandato presidencial consecutivo y ahora rechaza la fiscalización.
En el 2011, los misiones internacionales dedicadas a fiscalizar los procesos electorales ya no fueron invitadas como “observadores” sino como acompañantes.
El Centro Carter, uno de los organismos que “acompañó” esos comicios, en su informe final dijo: “El 6 de noviembre de 2011, ese mismo CSE organizó y celebró las elecciones nacionales más opacas de los últimos veinte años en Nicaragua, cuyos resultados fue imposible verificar, estableciendo en consecuencia un precedente nocivo para el futuro de la democracia en Nicaragua”.
Por su parte, la Unión Europea que también estuvo en esos comicios informó: “El proceso electoral ha estado dirigido por un Consejo Electoral muy poco independiente y ecuánime, que no ha cumplido con su deber de transparencia y colaboración con todos los partidos. El doble rasero utilizado en la acreditación de los grupos de observación nacional (…) constituyen serias limitaciones a la transparencia y reducen notablemente la capacidad de verificación de fases fundamentales del proceso, incluida la sumatoria de resultados en los centros de cómputo”.
¿Por qué Ortega cambió la figura de observación por la de “acompañamiento''?
Las conclusiones de las misiones internacionales motivaron a un cambio rotundo en la aceptación de la observación internacional, en junio de 2016, año en que Daniel Ortega llamó “sinvergüenzas” a los observadores y sentenció que “aquí se acabó la observación, que vayan a observar a otros países”.
La Asamblea Nacional de Nicaragua, controlada por el dictador Ortega, aprobó el 4 de mayo del presente año, la controvertida Ley de Reforma y Adición a la Ley Electoral, Ley No. 331, propuesta por los diputados sandinistas, en la que anularon oficialmente la observación electoral, incluyen el acompañamiento y dejan el control de los comicios de noviembre próximo en manos del oficialismo y sus amigos extranjeros.
Esas reformas, en el inciso 9 del artículo 10, le atribuyen al Consejo Supremo Electoral (CSE) la opción de “reglamentar la acreditación y participación correspondiente a las y los acompañantes del proceso electoral”. Mientras el artículo 27, numeral 9, establece que son atribuciones de las Juntas Receptoras de Votos (JRV) “permitir, durante toda su actuación, el acceso al local de los o las acompañantes electorales debidamente acreditados”.
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Antes de las reformas, la Ley Electoral, la Ley 331 establecía que el Gobierno de Nicaragua y/o el CSE podían incitar a misiones internacionales u organismos nacionales para observar el proceso electoral. En el 2001, el CSE emitió el reglamento de la observación electoral que en su artículo dos mencionaba que “el Gobierno de Nicaragua o el Consejo Supremo Electoral de la República podrán invitar a personalidades, instituciones, organizaciones nacionales o extranjeras, u organismos internacionales, para observar el proceso electoral de las elecciones de Presidente, Vicepresidente, Diputados ante la Asamblea Nacional y Diputados ante el Parlamento Centroamericano”.
Mientras el artículo cuatro establecía que “se establecen las siguientes categorías de observadores del proceso electoral: a) Observadores de Organismos Internacionales b) Observadores Electorales Invitados c) Observadores de Asociaciones e instituciones Nacionales d) Observadores oficiales”.
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Urnas Abiertas concluye en su más reciente pronunciamiento que “el Estado nicaragüense, en el marco del actual proceso electoral, evidencia una vez más la ausencia de voluntad para garantizar las condiciones mínimas para desarrollar un proceso legítimo y creíble”. Según ese mismo organismo, la lista de acompañantes electorales anunciada por el CSE carece de las características fundamentales para una adecuada observación electoral, principalmente porque todas las personas son afines políticamente al gobierno de Ortega y Murillo, lo que hace que, de entrada, pierdan todo tipo de independencia para realizar el acompañamiento.
¿Quiénes "acompañarán" las votaciones?
Gregorio Luis Mondaca Crestto, del Movimiento del Socialismo Allendista de Chile. El Movimiento del Socialismo Allendista de Chile, del que es parte Mondaca, no es una fuerza política con casilla ni representación parlamentaria en ese país del sur de América.
José Luis Centella, del Partido Comunista de España. De 63 años, con una carrera política que lo ha llevado desde una diputación hasta convertirse en el actual presidente del Partido Comunista de España. Es abierto simpatizante del régimen de Cuba, de Maduro, de Daniel Ortega y el comunismo chino.
Miguel Ángel Bustamante, del Partido Comunista de España. De 37 años. Fue diputado en el Congreso de Sevilla por el partido Unidos Podemos entre 2016-2019. Ahora es secretario general del Partido Comunista de Andalucía.
Gerry Condon, expresidente de Veteranos por la Paz de Estados Unidos. Fue presidente de Veteranos por La Paz, una organización fundada en 1985. Visitó Nicaragua en 1983 y 1984 con un grupo de veteranos de Vietnam y desde entonces es un activo defensor de la administración Ortega-Murillo y el quehacer corrupto del FSLN.
Jorge Alberto Kreyness, secretario de Relaciones Internacionales del Partido Comunista de Argentina. En Twitter se describe como “periodista”. Ha participado en medios televisivos defendiendo al régimen cubano, a Nicolas Maduro, a Evo Morales y a Daniel Ortega.
Las votaciones en las que se elegirán al presidente y vicepresidente, 90 diputados a la Asamblea Nacional y 20 diputados al Parlamento Centroamericano están previstas para el próximo 7 de noviembre, cuando, según las cifras del CSE, unos 4.4 millones de nicaragüenses deberían acudir a las urnas.
No obstante, ese proceso electoral ya ha sido catalogado como “antidemocrático e ilegítimo” por instancias internacionales como la Organización de Estados Americanos (OEA), la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte-IDH), el Parlamento Europeo y la Oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU (OACNUDH), que han advertido que las elecciones carecen de garantías mínimas de transparencia y democracia.
Fuentes:
- Asamblea Nacional, Ley Electoral
- Carta Interamericana (OEA)
- Informe de Observación Electoral 2011, Unión Europea
- Discurso de Mayra Salinas, presidenta del CSE, septiembre 2021.
- Centro Carter
- El 19 Digital
- Urnas Abiertas