¿Qué significa el llamado a consulta de los embajadores de México, Colombia, Argentina y España? 

Expertos en relaciones internacionales explican que esta medida diplomática puede llevar a un escalamiento de las tensiones o una normalización tras haberse alcanzado algún tipo de acuerdo. En el caso de Nicaragua se avizora más aislamiento internacional.

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explicador | Gato Encerrado

  • agosto 12, 2021
  • 02:04 AM

La dictadura de Daniel Ortega ha emprendido un ataque diplomático en contra de los países que critican su deriva autoritaria y demandan la celebración de elecciones libres, transparentes y observadas. Colombia, Argentina, España y México han llamado a consultas a sus representantes diplomáticos en Nicaragua. Ortega ha respondido con la misma medida. 

¿Qué significa? Según el glosario diplomático del Ministerio de Relaciones Exteriores y Cooperación de España una llamada a consulta es una orden que se envía a un Jefe de Misión por el Ministro de Relaciones Exteriores del Estado acreditante “para que se persone urgentemente con objeto de informar sobre un determinado asunto y recibir instrucciones particulares”.

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Para un experto en Relaciones Internacionales, a prima facie presupone la existencia de un contencioso  o un desacuerdo entre dos países, que deciden revisar sus relaciones. “Esa llamada a consulta puede llevar a un escalamiento de las tensiones y nuevas medidas diplomáticas o, a la inversa, a una normalización tras haberse alcanzado algún tipo de acuerdo”.

En el caso de Nicaragua, que ha respondido con ofensas y ataques frontales a España, Costa Rica, Estados Unidos y Argentina, lo que prevé  el especialista es un escalamiento de las tensiones y un mayor aislamiento del país centroamericano. De profundizarse la crisis diplomática con Estados Unidos y España se vería comprometida la poca cooperación que están dando a Nicaragua. 

“La posición de Nicaragua es típicamente negacionista: aquí no hay ningún problema, todo va bien, se van a hacer elecciones, todo lo estamos resolviendo entre nicaragüenses y todo lo que se aparte de esta visión encantadora es parte de una conspiración para botar al gobierno”, explica otro experto en diplomacia.

Para él,  el régimen Ortega y Murillo tienen serios problemas con una gran parte del pueblo nicaragüense y una mayoría de gobiernos occidentales, cuya política exterior no puede ignorar las violaciones a los derechos humanos que se vienen llevando a cabo desde abril de 2018. “Ignorar el problema y responder con insultos y groserías no lleva a ninguna parte y solamente empeora el clima y aumenta las tensiones. Afecta también enormemente la imagen del gobierno, presentándolo como poco serio, incapaz e irresponsable, no merecedor de confianza”, comentó. 

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Si se toma en cuenta que el régimen ha hecho caso omiso al llamado de la comunidad internacional de solucionar la crisis por la vía electoral, el llamado a consultas puede interpretarse como el paso previo al rompimiento oficial de las relaciones. La duración de esta medida está en dependencia de cada país, pero generalmente hay dos opciones, la primera es que el embajador regresa a la capital y mejoran las relaciones diplomáticas entre las dos naciones, y la otra es que sea retirado definitivamente.

Después de las elecciones generales de noviembre próximo, que la comunidad internacional ya considera ilegítimas, Nicaragua podría permanecer aislada, pues se desconocerá un nuevo mandato de Ortega. Eso tendría consecuencias en la economía de un país que tiene como principal socio comercial a Estados Unidos y la Unión Europea.

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