Los tres minutos y ocho segundos de duras críticas a Ortega que se convirtieron en la desgracia de Sandra Ramos

Durante el fallido Diálogo Nacional, Sandra Ramos llamó hipócritas a los representantes del régimen y responsabilizó a Ortega de asesinar a los manifestantes. En televisión nacional se dirigió a Ortega y Murillo: ¿Acaso son eternos?

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  • febrero 17, 2022
  • 12:10 AM

El 21 de mayo de 2018 una voz que se percibía dolida y se ahogaba en ira, acusó al dictador Daniel Ortega de ser el responsable de 76 muertes en el marco de la Rebelión de Abril. La voz era de Sandra Ramos, una mujer de verbo encendido, directora del Movimiento de Mujeres Trabajadoras y Desempleadas María Elena Cuadra y una de las figuras feministas que más ha plantado cara al régimen.

En tres minutos y ocho segundos que duró su intervención, dijo que afuera de la sala donde estaban reunidos simulando el Diálogo Nacional con el régimen, en las calles se expresaba un país herido y quemado a la mitad que pedía la salida del poder de Ortega y Murillo. Y por supuesto el fin de la matanza de aquellos meses de horror.

Ramos fue dura y directa como lo ha sido siempre. De entrada, pidió a los delegados de la dictadura que dejaran de sabotear las conversaciones y hablaran de soluciones. Los nombrados por el régimen para defender sus intereses encabezado por el Canciller Denis Moncada, se habían empantanado en exigir el levantamiento de los 58 tranques que mantenían paralizado el país para que según sus palabras de entonces “la economía ya no sufra más”.

En esa misma línea, se anotaron otras voces de sectores aliados a la dictadura que hasta elevaron a fortuna, vivir en Nicaragua antes de aquel abril de 2018.

A FONDO: Sandra Ramos: “La lucha del movimiento feminista es por la libertad y la democracia de Nicaragua”

Cuando Ramos tuvo la palabra no se hizo de rodeos. “Hemos escuchado una serie de opiniones sobre la economía aquí, que la economía va, que la economía viene, que la economía estaba bien, pero, ¿para quién estaba bien la economía? Porque para los trabajadores no estaba bien, que no vengan a decir que la economía estaba bien, nunca ha estado bien, que no se llenen la boca diciendo eso, que no digan que las mujeres trabajadoras estaban bien, porque nosotros sabemos el nivel de explotación que viven las obreras en este país”, denunció.

“Ese crecimiento económico (que argumentan) fue al bolsillo de muchos de los que están aquí”, dijo señalando el lado de la mesa donde se sentaban los representantes de Ortega y Murillo. “Solo de los que están aquí y que tienen negocios con este Gobierno”, acusó en un crítica directa a los empresarios. “Dejémonos de hipocresía y de mentiras aquí” reiteró Ramos cuyo discurso fue seguido por miles de nicaragüenses en televisión abierta.

A ORTEGA Y MURILLO, ¿SON ACASO ETERNOS?

La primera edición del Dialogo Nacional convocado a mediados de mayo 2018 y mediado por la iglesia Católica para ponerle fin a la violencia armada desatada por policías y parapolicías del régimen contra manifestantes opositores, fracasó porque Ortega no cedió ni una uña en las demandas que los sectores en protesta le hicieron.

Los opositores denunciaron el uso de armas de fuego en su contra, pero Ortega y Murillo demandaban paz cuando hablaban en público. En su intervención, la directora del Movimiento de Mujeres María Elena Cuadra, se los enrostró. “El camino a la paz y la estabilidad que todos estamos clamando al unísono es que haya un cambio”, dijo.

 “No se puede estar matando y asesinando a los jóvenes en este país. ¿Qué no han entendido que cruzaron el límite? Por lo tanto, la gente en las calles está exigiendo cambio y si ese cambio pasa por cambiar al Gobierno y vamos a cambiar al Gobierno, a sus funcionarios. ¿Cuál es el problema? ¿Acaso están enraizados? ¿Quién los ha elegido para que sean eternos?”, se preguntó. “Yo no”, se respondió.   

“No se puede pensar que después del 19 de abril (de 2018) aquí no haya cambios. Hay nuevas reglas y nuevas condiciones en este país.  Yo exigo que se escuche a la opinión del pueblo y que empecemos a trabajar por eso”, continuó.  “Han venido –acusó—a hacer zancadilla y vienen a hablar de lo que ya hablamos hace dos días. Estoy viendo que están haciendo zancadillas y los tranques ya dijeron aquí, no se van a levantar, mientras no haya una respuesta”, sentenció la activista.

Y es que para Ramos, explica un analista, como para muchos nicaragüenses, el país cambió tras esas manifestaciones. “Es el Gobierno el que ha insistido equivocadamente que todo puede llegar a ser como antes y jugar a que todo el mundo olvidó y acepta seguir, no, hay muertes sin esclarecer, presos políticos, empleos perdidos, centenares de familias erosionadas por las migraciones. Este país es otro ya”, dice un analista que pide hablar bajo condición de anonimato por temor a la persecución política.  

Desde ese día de mayo, Ortega ha osado cerrar la organización de Sandra Ramos, pero fue hasta este 2022 que lo logró. 

Forzar a un cierre del Movimiento María Elena Cuadra al quitarle su personería jurídica para castigar a Sandra Ramos, es para la exobrera de la maquila Yadira Juárez, “un pecado imperdonable”. Ella, sus tres hijos y su esposo jubilado, recibieron ayuda de parte del movimiento.

Esta mujer contó a DESPACHO 505 que cuando fue despedida por problemas de salud, fue la organización la que le ayudó con bonos alimenticios y capacitación para que ella no viviera solo de la solidaridad de otros. “Ahí le enseñan a una a buscar la vida de otra forma, te capacitan para emprender, te dan seminarios y como yo, mire, muchas recibimos ayuda en alimentos porque estábamos desempleadas".

"Es una grosería desparecer la organización, si ayuda a las mujeres”, argumentó la mujer de 52 años que no logró un empleo formal desde octubre de 2020, pero que ha salido adelante gracias al Movimiento de Mujeres “María Elena Cuadra”.

Juárez dice que a Ramos la conocen en la organización como una mujer de fuerte carácter. “Es una luchadora y entiende las luchas de las mujeres que en este país es difícil”, comenta. La otra cualidad de la activista, es que siempre dice lo que piensa. Y es cierto.

“Si se tiene que ir el presidente, la vicepresidente, el presidente de la Asamblea Nacional, el segundo jefe, el tercer jefe, pues hay que hacerlo y hay que hacerlo ya. No podemos esperar a que este país se hunda, porque la responsabilidad de lo que pasó en este país está ahí en ese sector”, acusó en mayo de 2018 Ramos, señalando el lado de la mesa que ocupaba el Gobierno.

Sandra Ramos increpa a un oficial de Policía, el día que llegaron a asediar a las mujeres de la organización. Cortesía

LA PARTICIPACIÓN DE SANDRA RAMOS EN EL DIÁLOGO, LA RAZÓN POR LA QUE CIERRAN EL MARÍA ELENA CUADRA

“Porque, ¿Quiénes dieron la orden de matar a los chavalos de este país,  no vino de aquí (del lado de los opositores), vino de quien manda  y orienta a la Policía Nacional de este país y esto señores se llama Presidente de este país, no sean hipócritas y seguir de respaldar lo que no deben respaldar, apoyen a este pueblo para que sigamos adelante”, dijo Ramos durante su intervención.

“Me sorprende –agregó-- el ardor de muchos dicen sentir, que antes de eran de derecha y ahora se rasgan las vestiduras: ay qué terrible lo que está pasando, dicen.  Vergüenza les debería dar a los sandinistas, al sandinismo histórico quienes están aquí, a los que nos costó lo que tenemos, de tener esta lacra ahora que dice representar al Gobierno, ¿Este es el Gobierno que tenemos? Pues no quiero a este Gobierno, señores”, señaló Ramos al finalizar su intervención.

El discurso de la activista llegó a la mesa de discusión tan solo tres días después del histórico reclamo que hizo Lésther Alemán a Ortega, cuando el universitario, le exigió rendición ante un pueblo que le reclamaba al otrora guerrillero, el retorno del Frente Sandinista a los principios con los que en 1979 derrocó a la dictadura de la familia Somoza.

Ortega finalmente se vengó de Sandra Ramos. Pero en vez de acallarla, activó la voz de denuncia de una mujer "arrecha". "El Movimiento sigue existiendo, no son estas paredes, estas sillas, soy yo, son la mujeres, las obreras. Aquí no hay que llorar por estas cuadra paredes", dijo el martes reciente.

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