Los Ortega-Murillo, “los piratas del aire” que hacen fortuna con el tráfico de migrantes

Lunes 3 de junio de 2024. A las 10:53 a.m. despega del Aeropuerto Internacional de Almaty, el más grande de Kazajistán, en la lejana Asia Central, el vuelo GMS 3001. Ocho horas y doce minutos más tarde aterrizará en Trípoli, Libia, en África, donde su siguiente salida está marcada para las 7:12 p.m. El destino final no está marcado. Ya en el aire, el avión de Ghadames Airlines, con más de 300 pasajeros a bordo, se enrumba hacia América, cruza el Océano Pacífico, sobrevuela Venezuela y sigue hacia el norte hasta entrar al espacio aéreo nicaragüense, donde la torre de control del Aeropuerto Internacional Augusto C. Sandino está preparada para darle luz verde para el aterrizaje.

Desde mediados de mayo, Ghadames Airlines, una compañía propietaria de dos aeronaves, opera desde Asia y África los vuelos “piratas” que aterrizan en Managua cargados de migrantes africanos.

Las operaciones clandestinas del régimen de Daniel Ortega y de Rosario Murillo en las que utilizan a Nicaragua como una ruta para el tráfico masivo de migrantes que buscan llegar a Estados Unidos de forma irregular, les ha significado en los últimos 15 meses un botín de más de 101 millones de dólares.

Especialistas en el tema aseguran que la cifra es el resultado de cálculos conservadores, pues se desconocen todavía los verdaderos alcances de un negocio que califican de “tan grave” como “inhumano”, en el que el dictador, utiliza el aparato estatal para abultar sus finanzas y tensar la crisis migratoria que se vive en la frontera sur de Estados Unidos.

“Estos son números que reflejan una deliberada e irresponsable política de Estado”, dice el director del programa de Migración, Remesas y Desarrollo de Diálogo Interamericano, Manuel Orozco, al ser consultado por DESPACHO 505 sobre los millones que amasa la dictadura con estas operaciones.

El problema es tal que Washington ha advertido que adoptará medidas más duras, dado que el régimen ha ignorado los llamados diplomáticos a dejar de lucrar con el tráfico de migrantes. Ello pese a que desde la oficina del subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental ya se han aplicado sanciones a aerolíneas y otras empresas públicas y privadas de los países asociadas a estas operaciones irregulares de la dictadura. 

LEJOS DE SER UN CORREDOR HUMANITARIO  

Daniel Ortega, es un septuagenario que se mantiene en el poder por las armas tras sobrevivir a punto de balas a una crisis social que demandó su salida del poder en 2018 y que dejó 355 muertes impunes, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, (CIDH).  Desde entonces, junto a su esposa, Rosario Murillo, sobrepasan los límites de la racionalidad, quebrantan leyes o se inventan otras para mover los hilos a su conveniencia. 

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En la última de ese tipo de acciones, se circunscribe el montaje de un sistema de puertas abiertas a la migración irregular que, además de captar dinero para su gestión debido al cierre de puertas de acreedores y donantes internacionales, le permite al régimen tener un frente contra Estados Unidos, país al que en su discurso populista clasifica como un enemigo natural y el culpable de todos los males.  

“Todo indica que el régimen nicaragüense trata de aprovechar todo el potencial que esta situación le puede dar”, dice el politólogo Harold Villegas Román, un experto en temas migratorios y de refugio de la Universidad de Costa Rica que analiza el tema para DESPACHO 505. 

“Lo que vemos, no parece tratarse de un corredor humanitario ordenado y coordinado entre países. Son acciones individuales, unilaterales que empeoran la crisis migratoria hacia el norte”, señala. “Es lamentable que un tema tan sensible como la migración por necesidad, se instrumentalice”, critica. 

MILES EN “LA RUTA ORTEGA-MURILLO”      

Los datos de Instituto Nacional de Migración (INM) de Honduras revelan que en 10 meses del año pasado, entre enero y octubre, ingresaron a su territorio 440.203 migrantes irregulares a través de los puestos fronterizos de Danlí, Trojes y Choluteca, los que comparte con el lado nicaragüense Las Manos, El Espino y EL Guasaule.

A finales de mayo de 2024, la autoridad reportó el ingreso de 194.518 migrantes irregulares de diferentes nacionalidades procedentes de Nicaragua a donde, en su mayoría, están llegando vía aérea.

La semana pasada, aterrizó en Managua, el último de tres vuelos operados por Ghadames Airlines en un mes. Se trata de vuelos chárter, pues no existe una ruta comercial directa con África o Asia.

Cada vuelo pudo traer entre 300 y 400 pasajeros, lo que indica que entre 900 y 1.200 migrantes se sumaron a “la ruta Ortega-Murillo” hacia Estados Unidos.

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Las autoridades de migración de Nicaragua manejan como secreto de Estado estos flujos, tanto que los vuelos, ni siquiera son registrados en las pantallas de salida y llegada al Aeropuerto Internacional de Managua, ello, por más inquietantes que sean: 36 vuelos procedentes de Haití en tan sólo tres días de 2023, 268 vuelos en ocho semanas de agosto a octubre en ese mismo año y tres vuelos clandestinos procedentes de Libia en mayo de 2024, solo por mencionar algunos números.        

“La industria del transporte utiliza el término de ´pirata´ para referirse a los proveedores ilegales del servicio de transporte. Esta es una clara acción de un régimen pirata”, acusa un experto nicaragüense en temas de seguridad. 

Las cifras acumuladas a las que se ha podido tener acceso, permiten calcular que entre 2023 y lo que va del año, al menos 635.921 migrantes han recorrido la ruta del régimen Ortega-Murillo. “Son miles los que están dispuestos a pagar para evitar el tormentoso paso de la selva del Darién, (por Panamá)”, advierte  Villegas Román que ve en la ruta oportunidad y oportunismo. “Lo segundo es lo que aparentemente hace el régimen”, acota.  

NEGOCIO RENTABLE E INHUMANO 

Nadege Odiel tiene 37 años y vendió todo lo que tenía en su natal Delmas, uno de los cuatro distritos de Puerto Príncipe, la capital de Haití. Lo hizo para costear la ruta hacia Estados Unidos. Odiel contó que su esposo, supo que el gobierno de Nicaragua “ofrecía una ruta segura” que aunque costosa, podría llevarlos a la frontera con Estados Unidos en al menos siete días.

En un país con muchas dificultades financieras, inestable y con serios problemas de seguridad ciudadana, Odiel dice estar convencida de que por ahora, su hija de nueve años, no tiene ningún futuro en el país que nacieron. “Nos venimos y primero Dios llegaremos pronto (a Estados Unidos), familias nos esperan allá”, dice con un español difícil, mientras pernocta en un hostal de Jalapa cerca de la frontera con Honduras.    

Odiel señala que además de los gastos de pasajes, alimentación y hospedaje de al menos dos días en esa ciudad que los acerca  al segundo país de la ruta,  al arribar al país pagó 10 dólares en la terminal área como impuesto de extranjero, más 150 dólares por cada salvoconducto que les permite movilizarse en territorio nicaragüense por no más de cinco días. 

“Es un enriquecimiento millonario en manos de un clan familiar y una élite que utilizan a las autoridades de migración portuaria y autoridades civiles para captar recursos y favorecer  la economía del régimen”, acusa Orozco.

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“Se trata también del diseño de una estrategia de agresión a Estados Unidos”, añade al explicar que la migración de “la ruta de los Ortega-Murillo”, constituyó el 5% de los 3 millones de migrantes ilegales que en 2023, llegaron a la frontera de Estados Unidos.  

ORTEGA DESPEDAZA SEGURIDAD INTERNACIONAL 

Orozco asegura que es “un peligroso negocio” y hace la aseveración, respaldado por los hallazgos de una investigación del organismo al que pertenece, cuyo informe presenta números más que inquietantes sobre las operaciones del régimen ligado a este tema. 

Uno de ellos, por ejemplo, señala que, desde mediados del año pasado hasta enero de este año, las autoridades del régimen de Ortega han permitido la llegada de 1.145 vuelos chárter con migrantes procedentes de Haití, Cuba, Zurinam, Curazao, Asia, África y más recientemente de Libia. 

Ninguno de los viajeros se queda en el país ni regresan por dónde entraron, salen por Honduras, cruzan a Guatemala rumbo a México para intentar cruzar ilegal a Estados Unidos.  Para un exalto funcionario del Ministerio de Defensa de Nicaragua, las acciones del régimen Ortega-Murillo, constituyen un grave problema. 

El experto en temas de seguridad dice que “este tráfico humano ha hecho pedazos los controles de seguridad interno y vulnera las fronteras de los países tanto de la región como de fuera y que están en la ruta” que alegremente promueven como segura para ir en busca del sueño americano.  “Entre esos viajeros pueden ir grupos terroristas y narcotraficantes”, advierte. “Definitivamente es cosa grave”, señala el ex funcionario de Defensa. 

Nadege no parece entender, que es una víctima de una trama en la que a ella le han robado el dinero de toda una vida y que además, ella, su hija y su esposo, son vistos como una arma política contra el país que cree le regresará el doble de lo que invirtió en esta travesía. 

Asegura que “no quiere pensar mucho” porque falta cruzar México, la frontera donde ha oído que muchas ilusiones terminan, mientras en algún lugar por donde antes pasó, como en Nicaragua, alguien cuenta su dinero y abulta su cuenta.