Las "aguas profundas" adonde fue a parar el "Gran Canal" de los Ortega-Murillo

Desde que se abanderó del viejísimo sueño canalero, Daniel Ortega ha salido a defender el megaproyecto y prometido que "algún día será realidad". Incluso ahora, hundido en el fracaso, pretende venderlo a un nuevo socio, muy probablemente otro chino y continuar lo que el líder campesino Medardo Mairena define como "un juego de mafiosos”

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  • mayo 10, 2024
  • 08:42 AM

La decisión de Daniel Ortega de anular, por fin, la concesión que le otorgó al empresario chino Wang Jing para el imposible Canal Interoceánico de Nicaragua es la admisión de un fracaso monumental. Es la lectura en caliente de la jugada con la que el dictador ha cortado con su viejo socio, y con la que ahora, aseguran los que conocen al dictador, buscará que otros paguen su fiasco. 

Juan Sebastián Chamorro es uno de los que lo cree así. Explica a DESPACH0 505 que Ortega anula la concesión a Jing, pero se asegura una reforma a la llamada Ley del Régimen Jurídico del Gran Canal Interoceánico de Nicaragua y mantiene en vigencia la idea, ahora con nuevos administradores estatales como el Ministro de Transporte a Infraestructura, como Autoridad del Gran Canal; más otros funcionarios del Estado, entre los más importantes están dos delegados del Ejecutivo, uno de ellos del Caribe y un asesor de inversiones de la Presidencia, el cargo creado para su hijo, Laureano Ortega Murillo, a quien apartó de la ópera para convertirlo en su “delfin” político y a quien quiere hacer ver como un imán para las inversiones.

“La concesión queda abierta para ofrecerla otro postor, seguro ya tiene (el dictador) a quien sacarle otra tajada”, acusa el líder opositor quien se encuentra en el exilio después de que Ortega, ordenara destierro en su contra y contra 221 presos políticos más, tras haberlos secuestrado y mantenido en prisión por más de un año, porque amagaron con ganarle las elecciones de noviembre de 2021 y regresar al país a la democracia.      

Aunque varios opositores que lideraron marchas y plantones contra la mega obra celebran el giro que dio el faraónico proyecto que Ortega vendió en 2012 como el salvavidas de la economía del país, Chamorro no se declara tan optimista. Al contrario, hace una advertencia todavía más preocupante: “El dictador no renuncia a seguir utilizando la mentira del canal para seguir confiscando las tierras de los campesinos y de los indígenas”.   

Con la complicidad de la Asamblea Nacional, el dictador sacó de escena a su socio chino revocando el  Acuerdo Marco de la concesión canalera a la empresa Hong Kong Nicaragua Canal Development (HKND) Group. A su vez,  reformó la Ley del régimen jurídico de El Gran Canal Interoceánico de Nicaragua y de Creación de La Autoridad de El Gran Canal Interoceánico lo que revela que Ortega continúa aferrado al megaproyecto.  

Desde que se abanderó del viejísimo sueño canalero, Ortega ha salido a defender el megaproyecto y asegurado que es una obra posible. "En algún momento será una realidad un canal en Nicaragua, dijo Ortega el 14 de septiembre de 2022, llegando a asegurar que aunque exista un canal en Panamá "las demandas del tráfico internacional son tan grandes que se hace necesario el canal por Nicaragua" que ha mantenido en papel los últimos trece años.

"Gran Canal", gran despilfarro 

Según la promesa del régimen, con el paso interoceánico el Producto Interno Bruto (PIB) de Nicaragua se elevaría de un 4 y 5% a un 10.8% en 2014 y hasta un 15% en 2015. “Vamos a doblar nuestra economía”, declaraba feliz el fallecido Paúl Oquist, el expoderoso secretario de Políticas Públicas de Ortega. 

Oquist era uno de los pocos funcionarios que se tomaba la libertad de dar declaraciones cuando los periodistas oficiales tenían permiso para preguntar. El exfuncionario, uno de los de mayor confianza de Ortega y Murillo, no vivió para ver el fiasco en el que terminó convertida la mega obra. Él y su esposa fallecieron por complicaciones asociadas a la pandemia del coronavirus en 2021, mal al que fue expuesto por sus jefes, igual que todos en Nicaragua

Pero a los nicaragüenses, les ha costado más que la ilusión de que con el canal el país nadaría en riqueza. El régimen de Ortega ha invertido en el proyecto --para citar algunos números-- alrededor de 67,8 millones de córdobas del erario hasta este año, vía Presupuesto General de la República para costear una oficina estatal para el proyecto que desde esta semana tiene un futuro incierto.    

Sin que haya una explicación oficial a la fecha --Ortega y su régimen han normalizado no rendir cuentas sobre la cuestión publica en Nicaragua desde que volvió al poder en 2007--, cada año, desde el 2013, le aprobó desde entre 2 y 8 millones de córdobas a la inoperante Autoridad del Gran Canal Interoceánico de Nicaragua. 

La oficina debía servir como una especie de contraparte estatal a la subsidiaria china HK Nicaragua Canal Development (HKND) de Wang Jing a quien Ortega, le aprobó a ciegas la concesión para que buscara a los inversionistas que financiarían la construcción del canal y que lo explotara durante 50 años, dejando abierta a opción a prórrogas. Un negocio sin pérdidas para el extranjero.   

El colmo es que las empresas del chino bajo el holding Xinwei Group con el proyecto nicaragüense en sus manos, logró un valor de mercado de al menos 31 millones de dólares que generaron un nuevo círculo de negociaciones e inversiones de papel que terminaron en escándalos y estafas que todavía se investigan en China. Se maneja que al menos 150 inversores “de buena fe” perdieron dinero solo en ese país. 

Se hunde Jing, se hunde el canal y Laureano   

Wang Jing llegó a Nicaragua con la fama de ser unos de los hombres más ricos de China y de encontrarse en una lista de los 200 hombres más ricos del mundo. Cada visita que hizo al país relacionado con la construcción del "Gran Canal" causó euforia al régimen, a sus medios y a sus funcionarios. 

Fue tanto así que Ortega, delegó a Laureano Ortega Murillo para recibir al empresario las veces que aterrizó en Managua. Allá iba Laureano vestido de fino traje, luciendo feliz su rolex a esperar a las puertas del avión a Jing y su comitiva. Después, las televisoras que dirigen sus hermanos hacían el resto del trabajo: lo mostraban a la altura de las circunstancias; catrín, junto al empresario chino de entonces 41años que había asumido la titánica obra ingenieril de unir al Atlántico con el Pacífico. 

Es posible que ahora en “El Carmen”, el lugar de residencia de Ortega y Murillo en Managua, estén arrepentidos de haber ordenado que exaltaran a Laureano sobre los funcionarios de la Autoridad del Gran Canal, porque ahora “el delfín” también carga con la pifia. “Es un fracaso gigante del heredero del poder, todo un filete para los que atacan la sucesión”, señala un analista nicaragüense que pide estricto anonimato para evitarse una cárcel segura.

La solo mencionada en papeles Autoridad del Gran Canal Interoceánico antes de la reforma de esta semana, estaba en manos del exvicecanciller Manuel Coronel Kautz y, aunque recibía fondos estatales para hacer tareas que hasta ahora son desconocidas, despachó en oficinas privadas ubicadas en el distrito II de Managua, en las que además, nunca se preocuparon por identificar como una entidad del Estado pese a que operaban con fondos públicos. 

Según la ley esa dependencia existía para velar por los intereses del país en la mega obra, aunque en los 11 años que el orteguismo ilusionó al país con el megaproyecto. A Coronel Kautz nunca se le oyó decir algo relacionado a su trabajo o a los avances de HKND en la zona escogida para construir el canal interoceánico, menos un seguimiento sostenido para evitarse el fiasco.   

“Queda claro que cayeron en un juego de mafiosos y aunque no lo digan, tampoco lo pueden negar”, señala por su lado el líder campesino Medardo Mairena, quien encabezó varias de las más cien marchas que desde el 2014, campesinos e indígenas hicieron contra la construcción del canal bajo por la amenada de destrucción ambiental y del robo de sus tierras. “Causaron dolor y luto en familias campesinas que han sido asesinadas por defender sus tierras. Lo que ha pasado nos da la razón”, dice a DESPACHO 505 el líder del Movimiento Campesino. 

La propaganda, Dios y el Canal

Si por algo se destaca la propaganda del régimen de Ortega, cuyas estrategias idea Rosario Murillo, es en el hecho de no escatimar "creatividad" para sus objetivos, aunque ello signifique cruzar los límites de lo racional. En la víspera de la llegada de la pandemia a Nicaragua en 2020, por ejemplo, Murillo ordenó una marcha en la que sus fanáticos le daban la bienvenida al Covid-19.

Famosas fueron las imágenes de los trabajadores del Estado con carteles de ese tipo. En unos llegaron a resaltar, con la tipografía que Murillo impuso en el Estado que en el país “combatirían la pandemia con amor”. La respuesta del Covid-19 fue devastadora.  El virus dejó una mortandad de 32.000 ciudadanos hasta mayo del año pasado, según médicos independientes, aunque Ortega y Murillo solo reconocen 245.     

En el caso del "Gran Canal", Murillo difundió la idea de que la mega obra debería ser un pedido de fe de los nicaragüenses. “Dios bendiga el Canal” fue una frase que mandó poner en vidrios delanteros de los buses de transporte colectivo de la capital. 

Ordenó también que en redes sociales, se abrieran páginas para difundir el mismo slogan sobre imágenes del diseño de la mega obra. Las páginas siguen abiertas, aunque lucen abandonadas y con publicaciones desactualizadas.  Durante meses, Murillo ordenó que sus televisoras difundieran reportajes, entrevistas con las voces que ella autorizaba y que sus reporteros hablaran con sus simpatizantes sobre los buenos tiempos que estaban a punto de vivir con la construcción del canal interoceánico. Al final de cada entrevista, los simpatizantes terminaban con la frase: “Dios bendiga al Canal, al comandante Daniel y a la compañera Rosario Murillo”.

El reportero se encargaba del resto: se crearán 200.000 empleos directos y 50.000 indirectos, decían. Los nicaragüenses vivirían bajo una economía mejor que la de Panamá, el país dueño de un canal interoceánico desde 1914 y por dónde solo el año pasado pasaron 510 millones de toneladas de carga, lo que le dejó ganancias de hasta 2.544 millones de dólares solo ese año, según informó la Autoridad del Canal de Panamá (ACP). 

El rector que desapareció, el Canal y las nuevas carreras 

El "Gran Canal" de Nicaragua llegó a promocionarse como la obra de ingeniería más monumental en la historia de la humanidad con una inversión de 50.000 millones de dólares.  Uniría el mar Caribe con el océano Pacífico, atravesando el sur del país de Este a Oeste, con una vía húmeda de 278 kilómetros de longitud, con 230 a 520 metros de ancho y 30 metros de profundidad. 

La obra superaría a distancia al Canal de Panamá que tiene 80 kilómetros de largo y al Canal de Suez de 193 kilómetros. Según la propaganda oficial, era un proyecto dividido en “subproyectos”: el canal, dos aeropuertos, dos puertos de aguas profundas, dos lagos artificiales, dos esclusas, un área de libre comercio y ambiciosos complejos turísticos, comerciales y de oficinas. El país sería otro.  

El 10 de junio de 2018, Telémaco Talavera, el eterno rector de la Universidad Agraria (UNA) y del Centro Nacional de las Universidades (CNU) dejó el país llevándose entre sus maletas ese cargo y el de vocero del Canal Interoceánico y asesor nombrado por Daniel Ortega en los temas relacionados a la obra prometida.

Un mes después de su salida por el Aeropuerto Internacional de Managua, en julio, Ortega lo sustituyó en el CNU y en la UNA y dijo a través de sus medios que Talavera, cuyo paradero era desconocido para todos los nicaragüenses, respaldaba a las nuevas autoridades universitarias. Su trabajo en el tema del canal no mereció ni una sola letra en ese momento, ni después.   

Nunca se supo qué tanto llegó a manejar Talavera sobre las aguas profundas a las que estaba condenado el megaproyecto, como tampoco qué motivó su salida abrupta de las filas del sandinismo, aunque al igual que Oquist y que el mismo Laureano, fue otro personero que solía hacer cuentas en el vacío y decía  a todo pulmón que el canal estaba “la vuelta de la esquina” gracias al comandante Ortega y a la compañera Rosario Murillo.  

Antes de su huida, el 27 de julio de 2015, Talavera anunció que el CNU que dirigía, trabajaba en al menos unas diez carreras nuevas afines al funcionamiento del canal. Mencionó que las universidades estatales estaban afinando detalles para abrir matrículas para nuevas ingenierías como la metalúrgica, la naval, la hidráulica. También mencionó otras nuevas carreras sobre estudios del mar, el comercio marítimo y la administración de puertos. “Todo esto se está afinando con el diseño del "Gran Canal”, declaró públicamente Talavera. 

La última vez que se supo algo de Talavera fue en 2020, cuando compareció en una charla virtual desde fuera de Nicaragua sobre los desafíos de la Educación Superior después de la pandemia, que promovió una empresa de Managua dedicada a la importación de productos tecnológicos. 

El exvocero del proyecto del canal fue anunciado con un nombre diferente; Francisco Talavera, Coordinador de Kairós Educación, un grupo de especialistas en Transformación Educativa. Atrás quedaron sus años de rector y defensor del sueño. “La mentira ya tenía años de haberse caído”, apunta Mairena. “Todo eso es un fracaso, el empresario es un delincuente que huye, y Ortega se prepea (alista) para evitarse embargos producto de la estafa. Busca evitarse más agravios”, agrega el líder campesino. 

Para Mairena, no es suficiente que el dictador haya anulado la concesión. “Todos ellos deben admitir que se equivocaron y rendir cuentas de todos los crímenes que cometieron en nombre de esa mentira”, reclama. “La única verdad aquí, es que los campesinos, todo el pueblo de Nicaragua siempre tuvo la razón, el canal siempre fue una gran estafa”, sostiene.
 

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