El comisionado Pérez Olivas convirtió el Distrito III en sucursal de El Chipote: aisló en sus celdas e interrogó a secuestrados políticos
El que un día fue el temido jefe de Auxilio Judicial no pudo esquivar su salida del círculo represor del régimen, su último trabajo sucio fue montar una extensión de El Chipote en el Distrito III


- junio 30, 2023
- 05:14 AM
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En los cálculos del comisionado general Luis Pérez Olivas quedarse al mando de Distrito III no era una salida decorosa para él, quien ha servido en operaciones de secuestro, tortura y hasta asesinatos contra opositores.
Le resultó la misma puerta angosta por la que fueron forzados a retiro otros exjefes que como él, cometieron cualquier tipo de fechorías para mantener a Daniel Ortega en el poder y que fueron desechados después.
Una fueente de la Policía ha confiado que el régimen removió a Pérez Olivas de la Dirección de Auxilio Judicial, cuyas oficinas principales estaban ubicadas en “El Chipote”, la cárcel política de la dictadura, un escenario oscuro donde el régimen mantuvo en condición de desaparición forzosa a decenas de presos políticos. En aquellas celdas de ingratos recuerdos, los presos que ahora viven desterrados, sufrieron torturas, privación de sueño, hambre y aislamientos.
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El informante interno dice que el comisionado general, sancionado internacionalmente por violar los derechos humanos de opositores al régimen, se resistía a aceptar que la dictadura “lo deseche sin más” y negociaba para quedarse pero no en la delegación policial a donde hacía semanas llegaba a tomar decisiones y dar órdenes.
Se desconoce si por decisión del mismo Pérez Olivas o del régimen, el Distrito III, albergó a los presos políticos que el régimen secuestró en los últimos dos meses hasta que igual que fueron llevados a udiencias secretas y condenaron sin opción a defensa, para luego enviarlos a ipenitenciarios comunes.
PÉREZ OLIVAS Y SU NUEVO “CHIPOTITO”
Las instalaciones del Distrito III de la Policía del régimen se ubica en la zona sur-occidental de la capital y siete unidades del transporte colectivo lo tienen entre sus puntos de paradas desde los cuatro puntos cardinales de Managua. Se encuentra en una zona urbanizada hasta en un 86%, cerca de una terminal de buses de Managua hacia el Occidente del país, según una descripción que hacen las autoridades de la comuna sobre el lugar.

El Distrito III es uno de los más extensos y poblados de la capital. Además de la delegación policial, esa zona de Managua cuenta con 18 puestos de salud comunitarios, 2 centros de salud grandes y 5 hospitales. La delegación policial tiene un amplio terreno y dentro, en los últimos meses, se han habilitado varias oficinas y espacios de reclusión que estaban en desuso.
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Ahora, por ejemplo, cuenta con nuevas celdas, salas de interrogatorios, área de reconocimiento de personas, que según las autoridades del régimen “facilitan la identificación de presuntos actores de hechos reñidos con la ley a través de su aspecto físico, sexo, edad, complexión, estatura, cabello y vestimentas”.
El año pasado, el régimen anunció que la Dirección de Criminalística y Ciencias Forenses instaló en esa delegación un laboratorio de criminalística con las especialidades de química forense, biología forense, dermatoscopía, trazología, balística, y la que llaman Avexi, que es la especialidad que atiende la investigación de accidentes, incendios y explosiones.
DEL “CHIPOTITO” A LA MODELO O AL DESTIERRO
Otras fuentes consultadas refieren que en estos momentos el Distrito III no alberga ciudadanos detenidos por delitos políticos. Los que ocupan sus celdas, llegaron allá por causas comunes. Las últimas órdenes de Pérez Olivas en sus oficinas eran relacionadas al traslado de presos; unos a penales y otros a Auxilio Judicial, sobre todo los detenidos por casos importantes de tráfico de drogas que no han sido condenados.
Mildred Rayo y Miguel Fores, fueron parte de los primeros secuestrados por el régimen enviados a celdas del Distrito III de Managua como presos políticos. Ambos integran la Alianza Universitaria Nicaragüense (AUN) y fueron detenidos por militares en noviembre de 2021, cuando aparentemente intentaban cruzar la frontera por Rivas. Huían del régimen.
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Rayo y Flores pasaron cien días en las celdas de la delegación policial, hasta que fueron excarcelados y desterrados a Estados Unidos junto a 220 presos políticos más.
Martha del Socorro Ubilla y Thelma Estela Vanegas García, ambas originarias de Managua y consideradas también opositoras, también fueron confinadas a esas celdas también. Ambas fueron secuestradas el 11 de enero de este año.
A Ubilla se la llevaron con engaños, ya que a la familia les dijeron que iba a una entrevista. La mujer de 60 años, reclamaba la liberación de su hijo Marvin Castellón Ubilla, preso político en el Sistema Penitenciario Nacional desde marzo de 2020.
LOS ÚLTIMOS PRESOS POLITICOS
Una excarcelada política que pide hablar bajo anonimato por temor a represalias contra su familia relata que ella fue interrogada en una oficina de esa delegación. “Nos trataban como presos políticos, por la forma en que nos hablaban y donde nos llevaron, alejados de los presos comunes”, confió para este reporte.
Otros preso políticos que pasaron por esa delegación fueron Javier Espinoza, Gisella Ortega y Carla Vega, entre otros, todos fueron capturadas en el contexto de las elecciones municipales del año pasado en las que el régimen se apoderó de las 153 alcaldías del país.

Algunos presos políticos liberados que pasaron por esas instalaciones concluyen que se trataba de una especie de extensión de “El Chipote”.
Luego de la excarcelación y destierro de los 222 presos políticos en febrero de 2023 el régimen hizo una especie de pausa en las capturas, pero al retomarlas en abril con el secuestro del opositor Jasson Salazar, el 4 de abril, el régimen comenzó a utilizar las celdas del Distrito III.
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En esa nueva ola de detenciones de abril, cuando se conmemoró el quinto aniversario del alzamiento popular contra Ortega, se dio la captura de Anielka García, la opositora de Chichigalpa, Chinandega, que cometió el "delito" de diseñar camisas alusivas a la rebelión de abril. Ella pasó por la delegación.

Un día después, fue llevada a esas celdas la excarcelada política Olesia Muñoz, originaria del municipio de Niquinohomo, de Masaya. También estuvo allá, el periodista Víctor Ticay, apresado el 6 de abril, en el municipio de Nandaime, Granada, cuando daba cobertura periodística a una actividad religiosa de Semana Santa.
Ticay permaneció encerrado en la delegación policial del Distrito III los casi 60 días de desaparición forzosa, pues terminó siendo condenado en audiencias secretas y enviado después al Penitenciario Nacional conocido como La Modelo.