Daniel Ortega, “el católico”: quiso ser sacerdote, gobernó como ateo y ahora persigue a la Iglesia
Daniel Ortega estudió en colegios católicos y quiso ser sacerdote. Para regresar al poder pidió perdón a la Iglesia y llevó al altar a Rosario Murillo, con quien ahora comparte una cruzada contra el catolocismo mientras invocan el nombre de Dios


- abril 23, 2023
- 11:46 PM
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Daniel Ortega se confiesa católico. “Lo sigo siendo”, reafirma como si creyera que alguien entre los presentes lo duda. Es sábado 15 de abril y quienes lo oyen no entienden ni hablan español, son funcionarios de la Agencia China de Cooperación Internacional para el Desarrollo (CIDCA) y él líder rojinegro de 77 años tampoco ve necesario explicar sus contradicciones. De todos modos, no lo entenderían, como no lo hacen miles en Nicaragua y fuera de ella.
Ortega, el católico confeso en cadena de radio y televisión nacional, es el mismo que mandó a secuestrar a un obispo y lo condenó a 26 años de prisión. También ordenó asaltar templos, quemar imágenes, expulsó a religiosos y, recientemente, casi prohibió la Semana Santa en el país y cortó con el Vaticano.
Pero él insiste. Dice que es tan católico que reza todos los días. Lo reiteró cuatro días después tras recibir en Managua al ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, el 19 de abril: “rezo todos los días los tres Padre Nuestro y las tres Ave María, porque creo en Cristo y creo en Dios”, dijo. Hora y media después, su esposa y su vocera, Rosario Murillo, en franca contradicción celebró que "cada vez hay menos católicos en el país”, aunque sin sustento.
Uno de los últimos estudios sobre población religiosa fue elaborado por la firma CID Gallup en noviembre del año de 2022, y arrojó que Nicaragua es un país mayoritariamente católico (41%). Solo es superado por Costa Rica, dónde el 51% de los habitantes profesan el catolicismo. En tanto, Guatemala, al igual que Nicaragua, aparece con el 41% de fieles católicos, seguidos por Honduras con el 38% y El Salvador con 36%.
CATÓLICOS, PERO EVANGÉLICOS
No hay datos que respalden la afirmación de Murillo, pero parece convencida de eso y no solo ella, también su familia. En Semana Santa, por ejemplo, su nuera y exreina de belleza Xiomara Blandino, divulgó las fotos de su bautizo evangélico y dijo que desde entonces “era una nueva criatura en Cristo”, aunque sigue promoviendo desfiles de adolescentes que desfilan ropa ajustada o diminuta, algo que los evangélicos prohíben para preservar el cuerpo de la mujer como “templo de Dios”.
A esas contradicciones, hay que sumarle otra: el régimen se ha volcado a apoyar con todo lo que pueda las actividades evangélicas en todo el país. Mientras prohíbe procesiones y ordena encerrar las imágenes católicas en sus templos, las alcaldías orteguistas apoyan hasta con dinero las cruzadas y vigilias evangélicas.
Los medios que administran los hijos de los dictadores se encargan de difundirlas, como hicieron el sábado 22 de abril con el concierto evangélico de celebración del 20 aniversario de la denominación lglesia Ríos de Agua Viva y los 30 años de Radio Maranatha. Pese a todo, Ortega se declara católico.
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“Ellos son campeones de la incongruencia”, dice el especialista en temas religiosos Israel González Espinoza. “Ortega es el líder de las incoherencias”, agrega. Explica que ningún católico haría lo que el dictador de Nicaragua hace contra la Iglesia católica. “Ordenó ataques verbales y ofensas a obispos, ordenó también ataques físicos en 2018, expulsa a religiosas, se toma monasterios, asedia templos, prohíbe procesiones en Cuaresma. ¿Qué clase de católico es?”, se pregunta.

Antes de celebrar la eucaristía del tercer domingo de Pascua, Monseñor José Antonio Canales, Obispo de la Diócesis de Danlí de Honduras, se toma un tiempo para hablar de este tema con DESPACHO 505. Lo primero que dice, es que no cree en el catolicismo del dictador. “Rezar como dice él -oraciones que por cierto son bellas- no te identifica plenamente como católico, no significa que estás en comunión con la iglesia, la Iglesia católica es más que eso”, añade.
EL “TESTIMONIO DE FE” DE ORTEGA
Daniel Ortega nació en una familia católica originaria de Chontales. Muy pronto fue bautizado y recibió clases de catecismo para hacer su primera comunión, mientras crecía en el barrio San Antonio de Managua.
Su Primaria la cursó en el Colegio Calasanz y después en La Salle, ambos de enseñanza católica, lo que pudo incidir de alguna forma en la idea de ser sacerdote. Según el periodista Fabián Medina, autor de “El Preso 198”, biografía no autorizada del dictador considerada una de las más completas, a los 16 años Ortega viajó a El Salvador para internarse en el Colegio Salesiano de Santa. Ahí vistió de monaguillo y pensó en formarse para los hábitos.
Otras voces que recuerdan ese pasaje en la vida de Ortega dicen que le faltó entereza y renunció a la idea más rápido de lo que le tomó anunciarla. “Se sabe que era muy indisciplinado”, dice un sacerdote que sirve en uno de los Seminarios católicos del país y que pide hablar con identidad reservada.
Uno de los aliados más importantes de la lucha contra la dictadura de la familia Somoza, a la que Ortega se unió cuando ya joven apenas iniciaba su carrera de derecho en la Universidad Centroamericana (UCA), fue la iglesia Católica nicaragüense. Entre 1970 y 1972, la Conferencia de obispos, publicaron cartas pastorales contra la represión de aquella dictadura.
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Famoso fue el día que el Arzobispo de Managua, Miguel Obando (q.e.p.d) rechazó un auto Mercedes Benz que le envió Somoza, por citar un evento. Pero además, siempre fue Obando, el negociador para liberar a los revueltos sandinistas y exigir a Somoza el respeto a los derechos humanos. Los mismos reclamos que hizo el clero a Ortega a partir de 2018, con la diferencia de que Somoza no los encarceló por eso. Aunque para 1979 un sector de la iglesia apoyó la lucha armada.
“La iglesia ve que después de 1979, ya en los 80, el gobierno sandinista se radicaliza contra su pueblo, viola sus derechos humanos, la iglesia se opone y denuncia. El Frente Sandinista ataca a la iglesia, Daniel Ortega es uno de los que se radicaliza contra el clero y la iglesia sufre persecución”, recuerda monseñor Canales.

Agrega que es bueno recordar esto, porque eso explica que Ortega admita ahora que ha sido un viejo enemigo de la iglesia. “Él dice que nunca le ha tenido respeto a curas, obispos y cardenales y se entiende, porque es la Iglesia Católica la que siempre se ha opuesto a sus proyectos totalitarios. Entonces, ese desprecio hacia la iglesia no es nada nuevo, es viejo, es desde hace 44 años, el mismo señor Ortega lo asegura”, subraya el religioso.
LA NOCHE OSCURA Y LOS ATAQUES AL PAPA MUERTO
Daniel Ortega ordenó en los años 80 agresiones, escarnio y expulsiones contra la Iglesia Católica y sus sacerdotes por oponerse a sus actitudes totalitarias. En julio de 1986 por ejemplo, echó de Nicaragua al obispo de Juigalpa Pablo Antonio Vega, vicepresidente de la Conferencia Episcopal, al que acusó de "antipatriótico y criminal", porque según él, apoyaba a la guerrilla antisandinista.
Ortega parece caminar en círculos. Al menos nueve sacerdotes que secuestró en estos nuevos capítulos de su cruzada represiva, después de 2018, los enjuició por traición a la patria, igual que las acusaciones del pasado, aunque ahora en su cuarto mandato consecutivo, no respeta ni a los religiosos fallecidos.
A Juan Pablo II por ejemplo, fallecido el 2 de abril de 2005 a los 84 años, lo llamó dictador y lo acusó de llegar al país manipulado por el expresidente de Estados Unidos, Ronald Reagan.
Como siempre, el dictador retorció los hechos para intentar engañar a sus seguidores. Lo hizo este 19 de abril de 2023 al contar su versión sobre la visita de Juan Pablo II a Managua. Ese día, el 4 de marzo de 1983, la primera vez que un papa visitaba Nicaragua, se anotó en la historia uno de los actos de mayor irrespeto contra un representante del Vaticano y fue promovido por Ortega y los otros comandantes sandinistas. Juan Pablo II, pasó las peores 11 horas de su vida durante aquella visita a una Nicaragua que vivía lo que el pontífice llamó después “la noche oscura”.
Ortega irrespetó al Papa en vida y ahora insultó su memoria de difunto. “Queremos la paz, gritaba el pueblo y le pedía una oración y no quiso hacer la oración”, acusó Ortega. Agregó que el religioso “primero dijo silencio y después gritó ‘el Papa también quiere la paz’, una manera nada cristiana, como un dictador”, remató.
Lo que Ortega no dijo, es que el Frente Sandinista había organizado a las llamadas turbas para acallar los reclamos que haría el Papa a los gobernantes de Nicaragua, que entonces apenas iniciaban una guerra civil, la que empeoraría años después, como una consecuencia de sus actos para aferrarse al poder como él lo hace ahora.
En esas contradicciones que solo en El Carmen, la residencia de los dictadores, podrían explicar, Ortega y Murillo mandaron a construir con los impuestos de los managuas un museo para recordar aquella visita del Jefe de la iglesia Católica Universal, pero que mantienen bajo llave.
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Aunque el padre de Bismarck Carballo, pareció olvidar lo que vivió en agosto de 1982, cuando agentes de Seguridad del Estado sandinista lo sacaron de una vivienda desnudo, delante de varias personas y lo humillaron frente a cámaras de televisión al caer en una trampa con una supuesta feligrés, el evento cuenta como otros de los atropellos más conocidos que en los 80, Ortega dirigió contra la iglesia y el clero.

Los ataques parecen continuar ahora que Ortega pasa a la historia como uno de los dictadoras más brutales de América Latina. En los últimos meses a despotricado contra El Vaticano y contra el clero nicaragüense como ha querido. Les ha llamado mafias y su esposa dijo en una ocasión, que pregonaban un Dios inexistente.
PERDÓN CON “LOS DEDOS CRUZADOS”
Con todo lo que ha pasado, pocos dudan hoy que el perdón que Daniel Ortega pidió a los religiosos aquel domingo 4 de julio de 2006, en la víspera de las elecciones de ese año, tenía una intención electorera. Una vez en el poder, las cosas cambiarían como en efecto ocurrió.
“Lo que hemos visto es una manipulación con alevosía. La iglesia no pecó sobre advertida, el Cardenal (Obando) sabía que podía pasar, la iglesia sabía, el punto es que por temor a Dios buscamos ser misericordiosos, se le dio el beneficio de la duda, es así como actúa la iglesia”, dice un religioso que colaboró con Obando.
En aquellos días, a Ortega solo le hacía falta evitar una homilía como las que impidió su regreso al poder en las dos elecciones anteriores: “la del viborazo” en 1996 y la del “hombre de familia” en 2001, ambas lanzadas desde el púlpito por la misma voz, la del Cardenal Miguel Obando. Por lo demás, había vía libre, la oposición que siempre “lo apaleaba”, se presentaba dividida para enfrentarlo esa vez.
Ortega había entendido que acercarse a la iglesia lo acercaría de nuevo a la silla presidencial, o al menos quitarla de en medio, evitaría alejarlo. Si. Hubo que desempolvar el catecismo y declararse católico de nuevo, y lo hizo. “Nos equivocamos, cometimos muchos errores y atropellamos a figuras tan respetadas de la Iglesia”, se disculpó aquel Ortega, en un discurso que dirigió en la ciudad de Jinotepe, dos años antes de la petición de perdón nacional en 2006.

Ahí estaba Monseñor Bismarck Carballo, uno de los religiosos víctimas. “Hemos ofrecido disculpas por esos errores. Con toda humildad le pedimos a monseñor Carballo que nos perdone”, dijo un Ortega con un tono de voz diferente a la del pasado. Nada altanera, nada belicosa, más bien quejumbrosa. Carballo se emocionó. Aceptó.
En esa nueva vida del Ortega que empezó a vestir camisas cuello chino de colores pasteles, caminó de la mano del Cardenal Miguel Obando, que quemaba “sus últimos cartuchos de influencia” en el ocaso de su vida religiosa, vencida por los años, el cansancio y la necesidad de nuevos rostros en el clero. Obando pasó de ser su peor pesadilla, a un aliado incondicional que junto a los partidos divididos lo regresarían al poder en 2007.
Los casó con Murillo el sábado 3 de septiembre de 2005. El Cardenal Obando admitió que llamaran a la ceremonia una “renovación de votos” de un matrimonio que los contrayentes dijeron fue clandestino y que ofició el cura fallecido Gaspar García Laviana en 1978. Convenientemente de aquella ceremonia, no había testigos vivos, solo los contrayentes, pero con eso saltaban el escollo de toda una vida en pecado.
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Un religioso cercano al desaparecido Cardenal que pide hablar bajo reservas dice que Obando creyó que Ortega podría cambiar, que el mismo religioso se lo dijo, mientras lo visitó en una oficina de la Universidad Católica donde vivió su retiro y sus últimos días . “El Cardenal sabía que Ortega tenía intenciones políticas, pero pensó que podría cambiar, volvería a la presidencia y se iría. Eso pensó. Si no, dijo, mostraría su verdadera cara", señala.
González Espinoza recuerda que el sector de la iglesia que pactó con Ortega calmó a sus miembros con la penalización del aborto terapéutico que los sandinistas le cedieron en la Asamblea Nacional. “Ortega quería el poder y como antes lo ha demostrado, siempre está dispuesto a lo que sea por eso. Hoy ataca a la iglesia y mañana si le conviene se declara católico”, comentó el espacialista.
¿CATÓLICO?, NO.
Daniel Ortega no es católico. Ninguna voz de las consultadas para este reporte lo cree. Están convencidos que las veces que en el pasado se acercó a la iglesia ha sido para manipularla y desde el 2018 hasta ahora, para reprimirla.
La investigadora Martha Molina, que desde hace cinco años documenta la persecución que le hace a la iglesia, esta convencida que el dictador definitivamente no es católico. “Nadie que diga ser católico actúa de la manera que él lo hace”, señala a plomo.
Asegura que ningún gobierno ha acumulado tanto daño a la fe que él. “Hablamos de 3, 176 procesiones prohibidas únicamente en el período de Semana Santa; quien dice creer en Dios no ataca el culto”, critica.
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Monseñor Canales por su lado dice que el verdadero católico “ama a Dios por sobre toda las cosas y vive su fe en la vida diaria”. “Hay una espiritualidad intima con Dios y se cumple con la responsabilidad del mundo donde debe vivir porque se está en la tierra, no en el cielo. La doctrina social de la iglesia tiene principios como la libertad de la persona humana, no respetarla es una falta”, asegura el Obispo de Danlí.

González Espinoza recuerda que Somoza se declaraba también católico y que ni él, ni el dictador anticlerical José Santo Zelaya, se atrevieron a tanto contra la iglesia Católica, como lo ha hecho Ortega.
"Este señor y su esposa, han hecho de todo para verse como perseguidores de la iglesia Católica y así quedarán para la historia", dice. “No hay que olvidar que es un Papa el que llegó a considerarlos dementes, una dictadura grosera, hitleriana, por más católicos que digan sentirse”, recordó el especialista.