Ligia Gómez: "Si la gente tuviera cómo ponerse a salvo, las rebeliones de Rafael Solís y de Arturo McFields, no serían las únicas"

La exsecretaria del Consejo de Liderazgo Sandinista del Banco Central cree que el FSLN se encuentra "severamente golpeado" tras la renuncia de Arturo McFields en la OEA.

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  • marzo 28, 2022
  • 01:54 AM

La rebelión del exembajador ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Arturo McFields, es un golpe contundente "a la estructura monolítica de control y autoritarismo de la familia Ortega-Murillo”, afirma Ligia Gómez, exsecretaria del Consejo de Liderazgo Sandinista del Banco Central de Nicaragua (BCN).

El bofetón al régimen llega en el peor de sus momentos: cuando intenta mantener a flote un mandato que nadie acepta ni dentro ni fuera del país, y es apoyado solo por quienes como él, se mantienen del otro lado de la ley por la fuerza militar.

Pero no ha sido el único. Ni Daniel Ortega, ni Rosario Murillo, podrán recuperarse nunca de la rebelión del hombre a quien le deben su dictadura: Rafael Solís. Las acusaciones de su otrora amigo y padrino de bodas, les siguen doliendo y peor aún, mantienen sus implacables efectos perdurables como tendrán las del exembajador McFields.   

Ligia Gómez dirige ahora el organismo Urnas Abiertas.  Dice en esta entrevista con DESPACHO 505 que las grietas que abrió la denuncia del exdiplomático a lo interno del Frente Sandinista son todavía impredecibles. “Ha sido tan fuerte que sus alcances están por verse, lo que sí es seguro, es que, si la gente del partido tuviera cómo escapar, las rebeliones de Rafael Solís y ahora la de Arturo McFields no serían las únicas, habrían más”, señala.

Gómez, una economista de carrera y quien fungió como Gerente de Investigaciones Económicas del Banco Central, alcanzó notoriedad cuando tras rebelarse también contra el régimen, denunció ante el Congreso de Estados Unidos que fue Rosario Murillo la que ordenó “el vamos con todo” contra los opositores que se manifestaban. La ejecución de la orden se tradujo en una represión armada que dejó más de 300 civiles muertos y decenas de heridos.

Ligia, ¿usted cree que se pueda medir el impacto del caso McFields dentro del FSLN?

“Ellos (el orteguismo) intentan minimizar el golpe y decir que el exembajador es un traidor, que se rajó, que lo compraron, para levantar la moral de sus seguidores. Pero el impacto es grande, incluso tendrá un efecto considerable en gente que no tiene una postura cerrada como los trabajadores públicos, por ejemplo, que sabemos hay muchos que no son militantes sandinistas.

La denuncia de Arturo McFields es un golpe muy fuerte en la estructura monolítica de control y autoritarismo de la familia Ortega-Murillo. Ha provocado sin duda una grieta en las filas de Frente Sandinista, cuyos alcances están por verse.     

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Ligia Gómez en una foto de archivo, junto a su exjefe (izquierda) el Presidente del Banco Central, Ovidio Reyes. Cortesía

¿Habrá erosión entonces?  

“Hay que decir que, para muchos, esa fue una buena noticia, un subidón de energía en esta lucha, en esta resistencia contra una dictadura, es un empujón, una subida de energía, de esperanza. Hay mucha gente dentro del gobierno, dentro del partido, que si pudieran hacer lo que hizo McFields, lo harían.

Si la gente tuviera cómo escapar, cómo ponerse a salvo, las rebeliones de Rafael Solís (el exmagistrado) y de Arturo McFields, no serían las únicas. El problema es que hay un peligro real, la vida misma está en peligro, la seguridad de las familias, hay temor a las acciones de un régimen que no parece tener límites. El impacto real, estamos por verlo.

Pero, ya tiene un impacto…  

Claro. Totalmente. Uno habló como embajador y estaba en funciones y el otro siendo magistrado y además bastante cercano a Ortega. Guardando la distancia entre una persona y otra, porque son diferentes, son golpes muy fuertes al régimen.

Este es un buen momento para hablarle a esa base orteguista, que entienda que ni Ortega, ni Murillo ya son viables, lo dice gente de su misma confianza, gente que los conoce bien.

¿Son acciones comparables?, ¿Tienen relación por impacto, origen…?

Cada caso tiene sus particularidades, son personas distintas, con compromisos diferentes.  Pero debemos decir que cualquier persona que salga y denuncie, le hace un gran favor al país.

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La acción del exembajador fue valiente, pero no sabemos el nivel de involucramiento de él con el régimen, pero Solís fue el hombre que le facilitó reelecciones a Ortega, su nivel involucramiento es profundo.  Pero hay que decir que ambas acciones tienen una gran fuerza en estos momentos.

¿Qué deberían hacer los que adversan con el régimen antes casos como estos?

Deben incentivarlos, hay que trabajar en la humanización de lo que está pasando. Quienes siguen al régimen y lo defienden deben entender que no se trata de una lucha ideológica, no es crisis entre el sandinismo y otros, es entre nicaragüenses y el problema son tan solo dos personas.

No debemos acostumbrarnos a vivir bajo represión, bajo intimidación. Ni los que creen en el régimen, ni los que hemos dejado de creer.      

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