Epidemiólogo Leonel Argüello: “El principal error fue politizar la pandemia y no respetar el derecho humano de salud”

El 18 de marzo de 2020, el Ministerio de Salud (Minsa) informó el primer contagio de COVID-19 en el país, llegando oficialmente la pandemia a Nicaragua, y con ella la zozobra, las muertes, en su mayoría ocultadas, los miles de contagios y, lo peor, la negación de la crisis sanitaria más grave de las últimas décadas. Hubo marchas llamadas “Amor en tiempos de COVID-19”, que lejos de evitar el virus, como lo recomendaban los expertos, procuraban contagios masivos.  

Dos años después, los números de la pandemia son encontrados y no se sabe cuántas personas han muerto en el país. El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo en una “inexplicable” estrategia de “aquí no está pasando nada”, sigue ocultando la cantidad real de contagios y fallecimientos, un patrón que ha traslado al proceso de vacunación.  

Al marcarse los dos años del registro del primer caso de COVID-19 en el país, las autoridades sanitarias siguen tratando de hacer ver que Nicaragua es el país con menos incidencia del virus en Centroamérica, en cuanto a contagios y fallecimientos. Para el Minsa, en los dos años de pandemia se han registrado 14,170 contagios y apenas 227 muertes de pacientes con síntomas asociados a la Covid-19. Mientras el independiente Observatorio Ciudadano del Covid-19 registra 32,110 contagios y 5,988 muertes. 

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¿Cómo respondió el régimen de Daniel Ortega a la crisis sanitaria? ¿Se pudo hacer más para evitar tantas muertes? En esta entrevista con DESPACHO 505, el experto en epidemiología Leonel Argüello responde estas interrogantes y da su valoración científica a dos años de la pandemia negada.  

A dos años del inicio de la pandemia en Nicaragua, ¿cómo valora la respuesta del Minsa en los inicios en cuanto a eficiencia y prioridad? 

Al no reconocer la pandemia y la epidemia de COVID-19 en nuestro país, se negaron las medidas de prevención, lo que ha conllevado a más de 14 mil muertes innecesarias, en su mayoría evitables. 

¿Pudo Nicaragua responder mejor y estar preparada, dado que la pandemia ya estaba anunciada? 

Perfectamente se pudo haber respondido siguiendo las recomendaciones de la OMS/OPS, usando la infraestructura y equipos, alertando, educando y actualizando a la población para que fuese partícipe del control de la epidemia.  Se perdió una oportunidad de ser ejemplo para otros países. 

¿La vacunación contra el COVID-19 fue oportuna y eficiente? 

No, ya que nunca se vacunó con sentido de urgencia, vacunar a la mayor parte de gente en el menor tiempo posible. Nunca existió menos información sobre una vacuna como con la Covid-19. No se protegió primero al personal de salud, tal como se recomendó en todo el mundo. La experiencia existe, la voluntad no. 

¿Cuál sería su valoración general en estos 24 meses de pandemia? 

Creo que el principal error fue politizar la epidemia y no respetar el derecho humano de salud. Hay que reconocer que tardíamente lo hicieron, pero cambiaron. Al menos dejaron que los trabajadores de salud se pudieran proteger. La cobertura de vacunación fue creciendo, los trabajadores de salud todo el tiempo se dedicaron a salvar vidas, las amenazas a los médicos por parte del Gobierno eran absolutamente innecesarias pues más bien deberían darles las gracias. 

Si se pudiera calificar de 1 a 10 la estrategia de respuesta y atención dada por el Gobierno de Nicaragua a la crisis de la pandemia de Covid-19, ¿qué calificación le daría y por qué? 

Como no pararon el contagio, siguieron promoviendo la propagación con actividades masivas y molotes, informaron tardíamente a la OPS, siguen con subregistro de casos y muertes de forma intencional. Yo le daría un cuatro.